Dudas de su seguridad
Cinco millones de personas retrasarían su vacunación si se suspende AstraZeneca
España ha adquirido 12 millones de dosis, de las que se han administrado casi dos millones
Las dudas sobre la seguridad de AstraZeneca por su posible relación con los casos de trombosis detectados en algunas personas vacunadas, ha provocado que ya Castilla y León suspenda preventivamente su uso. Y es posible que si hoy la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no esclarece la relación con estos eventos trombóticos muchos países dejen de inyectarla. Francia, de hecho, se lo estaba pensando antes de que saltaran las alarmas, pero por los incumplimientos en los plazos de entrega de la compañía anglo-sueca.
En España, Pedro Sánchez aseguró ayer que 33 millones de españoles estarán vacunados en agosto. Pero, ¿sería posible alcanzar este objetivo si Sanidad decide eliminar de la estrategia contra la Covid la vacuna de AstraZeneca? Probablemente sí, ya que, del total de cartera de vacunas pre contratadas por España, un total de 93.509.245 dosis, solo 12.232.200 se han adquirido a este laboratorio.
Hasta el tercer trimestre del año, España ha adquirido 43,9 millones de dosis de Pfizer, 19,7 millones de Moderna, 12,2 de AstraZeneca y 17,5 de Janssen. Es sin contar con las vacunas que vaya adquiriendo España de otras compañías a medida que la EMA las vaya aprobando, como CureVac, Novavax e, incluso, la rusa Sputnik.
De AstraZeneca se han inyectado ya, según el último balance de Sanidad casi dos millones de dosis, concretamente 1.995.163. Quedarían, por tanto, 10.237.039, que servirían para inmunizar a poco más de 5 millones de personas, ya que el preparado de Oxford necesita de dos dosis para alcanzar la inmunización completa.
Los candidatos a vacunarse actualmente con AstraZeneca son los ciudadanos de entre 18 a 65 años de edad. No obstante, en un inicio, España puso este límite en los 55, debido a la falta de evidencias científicas sobre su efectividad en la población mayor (en los ensayos solo un 10% de participantes tenía más de 55 años). A medida que se han sucedido los estudios ha ido modificando la decisión. El límite está ahora en los 65, pero Sanidad estudia ampliarlo de nuevo para usarla en septuagenarios.
La edad no ha sido el único reto que ha tenido que enfrentar la compañía. También las diferentes variantes. Sudáfrica paralizó su uso porque se comprobó que apenas era eficaz para la cepa predominante en el país, así que la AstraZeneca y Oxford empezaron de nuevo los ensayos para reformularla. La guinda han sido los eventos trombóticos en algunas personas (muy pocas) vacunadas, lo que llevó a muchos países europeos a suspenderla preventivamenta. Ahora que se ha retomado, de nuevo la EMA ha advertido del riesgo y aunque se decida emplearla porque sus beneficios siguen superando a los riesgos, habrá que hacer mucha pedagogía entre los ciudadanos para que no cunda la reticencia hacia esta vacuna.
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