Papa Emérito

Benedicto XVI: las bodas gais, una «deformación de la conciencia»

“Este problema es más profundo y por lo tanto debe ser respondido en sus términos fundamentales”, ha precisado en un nuevo libro

El Papa Francisco y su predecesor Benedicto XVI
El Papa Francisco y su predecesor Benedicto XVIVatican MediaLa Razón

Benedicto XVI está convencido de que el matrimonio gay es «una deformación de la conciencia». El Papa emérito ha roto de nuevo su silencio conventual tras su renuncia hace ocho años en el libro «La verdadera Europa: Identidad y misión». Publicado en Italia, repasa el magisterio del Pontífice alemán sobre el continente.

En este contexto, Joseph Ratzginer asegura que el concepto de «matrimonio del mismo sexo» viene a ser «una contradicción con todas las culturas de la humanidad que han seguido hasta ahora, y esto significa una revolución cultural que es opuesta a toda la tradición de la humanidad hasta hoy». Para el pastor, de 94 años, existe una «certeza básica»: «La humanidad existe como masculina y femenina, y la transmisión de la vida sirve a esta tarea». Pero considera que esta apreciación «obvia» hoy se habría olvidado en tanto que «se pone en duda el hecho de que la existencia como hombre –en masculino y femenino– esté orientada a la procreación, y que la apertura a la transmisión de la vida determina la esencia de aquello que llamamos matrimonio».

Así, Benedicto XVI aprecia que supone una «convulsión de la certeza humana original» y de «la conciencia de los hombres», un vuelco que se dio, según su punto de vista, al crearse la píldora anticonceptiva, puesto que hizo posible «la separación de la sexualidad y la fecundidad». El efecto de esta disociación le lleva a pensar que «el hombre ya no es un don recibido, sino un producto planificado» que «se puede también destruir».

Este postulado es el que le lleva a plantear la cuestión de las uniones gais alejada de «un poco de moralismo o incluso con algunas referencias exegéticas» o como si se tratara de un debate vinculado a «ser un poco más abiertos». Para el Papa emérito las preguntas de fondo que surgen son: «¿Quién es el hombre? ¿Es una criatura de Dios?». A continuación, aporta su respuesta: «Cuando se renuncia a la idea de creación, se renuncia a la grandeza del hombre, a su dignidad que está por encima de cualquier planificación».

Desde ahí, sentencia que «la creación del hombre como masculino y femenino es ignorada en el postulado del ‘matrimonio homosexual». Y no duda en apostillar que violar o negar la naturaleza del hombre «conduce a la autodestrucción».