COP26

Cien países se comprometen a acabar con la deforestación

Para el año 2030 estas naciones –incluida Brasil– pactan salvaguardar los bosques de sus territorios, que suponen el 85% del total mundial

Britain's Prince William, right, speaks with John Kerry, United States Special Presidential Envoy for Climate, during a meeting with Earthshot prize winners and heads of state on the sidelines of the COP26 U.N. Climate Summit in Glasgow, Scotland, Tuesday, Nov. 2, 2021. The U.N. climate summit in Glasgow gathers leaders from around the world, in Scotland's biggest city, to lay out their vision for addressing the common challenge of global warming. (AP Photo/Alastair Grant, Pool)
Britain's Prince William, right, speaks with John Kerry, United States Special Presidential Envoy for Climate, during a meeting with Earthshot prize winners and heads of state on the sidelines of the COP26 U.N. Climate Summit in Glasgow, Scotland, Tuesday, Nov. 2, 2021. The U.N. climate summit in Glasgow gathers leaders from around the world, in Scotland's biggest city, to lay out their vision for addressing the common challenge of global warming. (AP Photo/Alastair Grant, Pool)Alastair GrantAP

En la mañana de autos, en su papel de anfitrión, el premier Boris Johnson se mostró ayer «cautelosamente optimista» al hacer balance de la cumbre política de los últimos dos días en la que 120 mandatarios de todo el mundo se han dado cita en la COP26 de Glasgow para afrontar el desafío medioambiental. «Debemos tener cuidado de protegernos ante las falsas esperanzas», matizó. No obstante, tirando de las metáforas que tanto le gustan, recalcó que si hace unos días la humanidad iba perdiendo «de lejos» el partido contra el cambio climático, ahora se «ha logrado ganar tiempo extra».

La cumbre del clima de Naciones Unidas, que tiene como principal objetivo mantener vivo el compromiso que se realizó hace seis años con el histórico Acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 1,5 grados para 2100, continúa hasta el próximo día 12. Los equipos negociadores de cada delegación toman ahora la batuta para las conversaciones más técnicas. «Los ojos de todo el mundo están puestos en vosotros», les decía el premier.

En definitiva, queda un largo trabajo por delante. No obstante, el tiempo «extra» al que se refiere Johnson se ha logrado gracias a dos acuerdos importantes anunciados ayer respecto a deforestación y reducciones de metano.

Un centenar de países se han comprometido no solo a frenar sino a revertir la deforestación y la degradación de la tierra en 2030. La propuesta fue lanzada por el Gobierno británico, que calificó de «éxito» el acuerdo ya que supone el «mayor paso» hacia la protección mundial de los bosques en una generación.

La declaración no es jurídicamente vinculante, pero es relevante porque los países firmantes representan el 85% de los bosques del mundo. Recoge el guante a la Declaración de Nueva York sobre los Bosques de 2014 y lo más destacado es que, en esta ocasión, incluye por primera vez a Brasil, China y Rusia, cuyos mandatarios no acudieron personalmente a Glasgow, pero sí han mandado delegación.

Esta propuesta estará respaldada por al menos 19.200 millones de euros de financiación pública y privada en todo el mundo. En concreto, se destinarán 12.000 millones de dólares de fondos públicos que aportarán 12 países y 7.200 millones de financiación privada, según las estimaciones británicas, hasta 2025.

Un área de bosque del tamaño de 27 campos de fútbol se sigue perdiendo cada minuto en todo el mundo, y la tasa de destrucción de la Amazonía brasileña este año alcanzó el nivel más alto en una década, con más de 10.000 kilómetros cuadrados talados en los 12 meses previos a este julio. Aproximadamente el 11% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provienen de la deforestación y la pérdida de otros ecosistemas naturales.

El hecho de que Brasil se haya sumado al pacto supone, por tanto, un punto de inflexión. Sin embargo, Carolina Pasquali, de Greenpeace Brasil, se mostraba escéptica. «Hay una muy buena razón por la que Bolsonaro [el presidente de Brasil] se sintió cómodo al firmar este nuevo acuerdo. Permite otra década de destrucción forestal y no es vinculante. Mientras tanto, el Amazonas ya está al borde y no puede sobrevivir años más deforestación», recalcó.

Por otra parte, en la segunda jornada política de la COP26, un centenar de países también firmó el Compromiso Global por el Metano, la iniciativa lanzada conjuntamente por EE UU y la Unión Europea el pasado mes de septiembre que busca reducir las emisiones de este potente gas de efecto invernadero en un 30% para 2030. Convencer a los mayores emisores –entre ellos, Rusia, China e India– habría sido una de las grandes victorias de esta COP26. Pero estos los tres protagonistas decidieron quedarse fuera.

Aunque tampoco es vinculante, el pacto es un gran paso. Pese a ser menos conocido, el metano –culpable de un cuarto del calentamiento que el planeta ha experimentado desde la era preindustrial, según el IPCC– es un gas mucho más potente que el CO2. Atrapa más de 80 veces el calor que la misma cantidad de dióxido de carbono en los primeros 20 años desde que llega a la atmósfera. Sin embargo, se degrada más rápido, por lo que actuar ahora para recortar significativamente sus emisiones puede ser crucial para contener el aumento de temperatura por debajo del umbral de 1,5 grados.

El presidente Joe Biden recordó que cuando se anunció la iniciativa en septiembre sólo la UE y nueve países se habían sumado. Ahora suman más de cien. Y  aunque las ausencias son destacadas, los firmantes representan alrededor del 70% de las emisiones de ese gas. «Lo que hagamos entre ahora y 2030 va a tener un impacto significativo en que podamos o no cumplir nuestros compromisos».