Alimentación

El sorprendente incidente que podría volverte alérgico a la carne roja

Algunas personas pueden desarrollar síndrome de alfa-gal (AGS) una reacción de hipersensibilidad a la carne de mamíferos derivada de la picadura de garrapata

Carne roja trinchada en un tenedor | Fuente: Dreamstime
Carne roja trinchada en un tenedor | Fuente: Dreamstimedreamstimedreamstime

Cada día son más las personas que presentan alergias o intolerancias alimentarias. En torno al 5 % de los adultos y entre el 7 u 8 % de las niños sufren alergias a los alimentos, una enfermedad cuya prevalencia se ha duplicado en pocos años.

Los expertos alertan de que, con el auge de intolerancias alimentarias, la población general puede confundir los síntomas, que en ocasiones son similares.

Sin embargo son dos afecciones que difieren considerablemente entre sí ya que la alergia puede llegar a provocar la muerte mientras que la intolerancia no supone un peligro vital.

Existen mucho tipos de alergias alimentarias. Las más comunes son al huevo, el marisco o a los frutos secos, pero hay otras alergias mucho menos comunes que incluso se pueden desarrollar por accidente. Es el caso de la alergia a la carne roja. Esta enfermedad, que ha sido identificada recientemente, se conoce como el síndrome de alfa-gal.

El primer caso documentado se dio hace 7 años en un trabajador agrícola de 56 años de Kansas City, en Missouri (Estados Unidos). Horas después de comer una hamburguesa, notó un sarpullido en la cintura y los brazos. El hombre informó a los médicos durante años de sus síntomas, pero ninguno dio en el blanco sobre un diagnóstico concreto.

Incluso llegaron a descartar una alergia alimentaria pues los síntomas generalmente ocurren minutos después del consumo del alimento al que es alérgico, no horas como en su caso. Jamás imaginaron que podría tratarse del síndrome de alfa-gal (AGS), una hipersensibilidad hacia la carne roja derivada de la picadura de una garrapata.

Según una investigación realizada en The British Medical Journal, la picadura de este diminuto insecto puede desencadenar reacciones alérgicas en el ser humano cuando consuma carne roja o productos derivados de ella.

Concretamente se trata de la garrapataAmblyomma americanum, la cual se distingue por tener una mancha blanca en forma de estrella. Por ello, también es conocida como “estrella solitaria”.

El principal hábitat de este animal es el sur y el medio oeste de Estados Unidos, aunque también se han descrito casos del síndrome de alfa-gal en en Japón, Suecia, Francia, Italia y España.

La respuesta es similar a la mayoría de las alergias alimentarias, pero en el síndrome de alfa-gal, la reacción alérgica se caracteriza por un inicio tardío, que ocurre de 3 a 8 horas tras el consumo de productos cárnicos de mamíferos.

Los principales síntomas son un picor intenso en todo el cuerpo, urticaria, angioedema y trastornos gastrointestinales. También puede producir anafilaxia, una reacción extremadamente grave que puede ser mortal. En el 70% de los casos está acompañada por dificultades respiratorias y es particularmente peligrosa para las personas que sufren asma.

Los pacientes pueden tener una sensibilidad diferente dependiendo del número de picaduras de garrapatas recibidas. Cuanto mayor sea el número de picaduras, más altos serán los niveles de IgE a alfa-gal.

En la mayor parte de los casos, los pacientes afectados no pueden consumir carne roja en el futuro, ni medicamentos que contengan componentes de mamífero. Aunque, también se han descrito casos de regresión y desaparición espontánea del síndrome.

Ante esta “amenaza”, los expertos recomiendan extremar las precauciones en el campo para evitar la picadura de estos animales, como utilizar ropa protectora adecuada, que deje visible la menor superficie de piel posible con pantalones largos, botas y la camiseta por dentro del pantalón.

Por otro lado, después de una exposición a ambientes donde cabe esperar la presencia garrapatas es importante revisar tanto la ropa como la piel y el pelo (las zonas calientes como las axilas, el cuello, la cintura y la cabeza son sus preferidas). Así, en caso de detectar alguna se puede retirar rápidamente, siempre con cuidado y la técnica adecuada.