Entrevista

David Callejo (anestesista): “Usamos fármacos a diario menos investigados que las vacunas de la covid”

El “Dr Callejo” se ha convertido en un referente de la divulgación médica en redes sociales, y en uno de los perfiles más queridos y valorados

David Callejo, anestesista, influencer y autor del libro "Lo primero, la vida", de Planeta.
David Callejo, anestesista, influencer y autor del libro "Lo primero, la vida", de Planeta.larazon

Durante los primeros meses de la pandemia, cuando la confusión de apoderó de la gente, él se entregó a resolver dudas y a informar de lo que sucedía de forma que todo el mundo pudiera comprenderlo. Se trata de David Callejo, médico especialista en Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor, que trabaja en el servicio de Anestesiología Pediátrica del HGU Gregorio Marañón, de Madrid, y que se ha convertido en uno de los doctores más queridos en las redes sociales de nuestro país. Callejo, que además es profesor de Medicina en la Universidad Complutense, debuta en Editorial Planeta con «Lo primero, la vida», una historia sobrecogedora de superación y esfuerzo contada en primera persona, pero que refleja muchos aspectos del «alma colectiva».

Forbes le nombró como uno de los 100 mejores Influencers de 2021. ¿Por qué dedicar tiempo las redes sociales en un momento en no lo tenía ni para sí mismo?

Porque la divulgación es parte de mi vocación. Cuantos más disparates oía a mí alrededor, más sentía la necesidad de comunicar, por el medio que fuera, de tranquilizar y de contar la realidad de lo que estaba pasando. Me abrí mi perfil de Instagram porque me animaron mis alumnos de la academia de preparación al MIR, pero realmente fue con el estallido de la pandemia cuando me empezó a seguir muchísima más gente.

¿No resulta abrumador para un anestesista tener que mantener el «engagement»?

Creo que nunca me ha preocupado eso. Lo único que pienso cuando publico un video es en que puedo ayudar a gente a comprender temas que les pueden provocar dudas, ansiedad, temor. Nunca he tenido ansia de popularidad... por eso elegí ser anestesista. Recuerdo la frase que me dijo un adjunto cuando empecé: «tu objetivo como profesional es que el paciente no recuerde tu nombre».

¿Por qué ha sentido la necesidad de escribir este libro?

Quería contar historias de pacientes, y de médicos. Porque, aunque desde fuera pueda parecer que tenemos inquietudes distintas, la realidad es que son muy parecidas en ambos lados. También porque a mí, como médico, mis pacientes me han cambiado la vida, mucho que más de lo que yo pueda habérsela cambiado a ellos.

¿Qué va a encontrar el lector en «Lo primero, la vida»?

Este libro habla de cómo ha sido mi vida hasta la pandemia. De todas mis dudas, de mis pocas certezas, de mis golpes de suerte y de mis miedos. He tenido mucho miedo a lo largo de mi vida, pero, sobre todo, he tenido miedo a reconocer que lo tenía. Y este libro me ha servido como terapia. También para darme cuenta de que, a pesar de mis miedos, mis inseguridades y mis indudables golpes de suerte, también he tomado decisiones. Y que siempre he sabido que lo primero era la vida.

En su trabajo en Pediatría, ¿le han hecho muchas preguntas los padres sobre la vacunación infantil?

Sí, es algo que ha suscitado muchas dudas. Ante la cuestión que más me plantean, que es si son seguras y si se han probado lo suficiente en niños, siempre les digo que las vacunas que tenemos se han investigado más que muchos de los fármacos que se usan en mi área para «dormir» a los niños en una operación. Es normal que los padres tengan miedo pero el mensaje es de seguridad absoluta: las vacunas se han probado en miles de pacientes.

¿Ómicron está haciendo que se banalice la infección?

Se está cometiendo errores a la hora de comunicar el tema de Ómicron; no tenemos pruebas científicas de que sea más leve (hay estudios in vitro, pero el cáncer y el VIH ya se han curado varias veces in vitro). Tampoco creo que ayude nada a los profesionales de Atención Primaria algunos de los mensajes que se da. Necesitamos que se refuerce la atención primaria, y escucharlos. No deja de ser un drama lo que ellos están viviendo, pero lo peor es que también puede trascender a hospitales y UCIs.

¿Queremos ir demasiado rápido «gripalizando» la covid?

La transición lógica es que este virus se acabe convirtiendo en endémico, pero aun no es el momento de plantearlo. Una cosa es que se acorten las cuarentenas y que se tomen otras decisiones para permitir una mayor sostenibilidad y supervivencia en el ámbito social y económico, y otra que queramos pasar de fase ya cuando no toca. Si esta ola no está siendo tan grave en términos de hospitalizaciones y muertes, no es porque el virus haya evolucionado hacia una menor letalidad, sino porque estamos vacunados. Es una co-evolución, y eso no hay que perderlo de vista. Sin las vacunas, esta ola sería una masacre.

¿Qué opina de cómo se está manejando la pandemia en términos de divulgación médica?

Hemos curado la covid 200 veces en titulares, hemos descubierto fármacos que nos iban a salvar y que luego hemos tenido que decir que no; hemos dicho miles de veces que la vacuna era la solución definitiva, y tantas otras cosas que luego se han tenido que «matizar». La clave, en mi opinión, está en tratar de informar con rigor y sin exageraciones o juicios (tanto por parte de los especialistas, como de los políticos, los técnicos, los medios de comunicación, etc), porque si no, se pagan las consecuencias. Lo notamos todos, estamos agotados, no queremos seguir viviendo en el miedo, y, sin querer, puedes llegar al punto de volverte escéptico. Y eso en una situación de pandemia, es peligroso.

¿Algo personal que sus pacientes y seguidores desconozcan y que les va a sorprender descubrir cuando lean su libro?

Quizá mi experiencia como paciente. Tuve una hernia discal lumbar L5 – S1, y, unos años después, una hernia cervical muy grande podría implicar comprensión medular. La situación empeoraba, el brazo perdía fuerza cada día y ya no podía ni coger un tenedor. Estuve cerca de tener que pedir la incapacidad. Ambas experiencias me llevaron conocer de cerca la tremenda realidad del dolor crónico, que posteriormente me he dedicado a tratar.