Alteraciones
La mitad de las mujeres vacunadas padecen cambios en el periodo menstrual
Varios estudios concluyen que las alteraciones son temporales y de poco impacto, comparándolas con las variaciones naturales en el ciclo
Los síntomas más frecuentes provocados por la vacuna contra la covid-19 incluyen fatiga, fiebre, cansancio, escalofríos, náuseas, dolor muscular, dolor de cabeza, malestar general y dolor o hinchazón en el lugar donde se administró la inyección. Sin embargo, un alto porcentaje de mujeres aseguran que después de recibir la primera pauta de la vacuna han sufrido alteraciones en su ciclo menstrual. Se refieren a adelantos o retrasos de la menstruación, sangrado mucho más abundante de lo habitual, ciclos que cambiaron durante los siguientes meses o reglas que incluso desaparecieron durante un tiempo.
La aparición de un mayor número de casos según avanzaba la estrategia de vacunación y la escasez de evidencia científica sobre la ocurrencia de estas alteraciones han propiciado la realización de nuevos estudios científicos. Según los resultados preliminares de un estudio transversal llevado a cabo por la Universidad de Extremadura con una muestra de 17.515 mujeres vacunadas o que han pasado la enfermedad, entre el 45-50 % de las encuestadas ha sufrido algún tipo de alteración en su ciclo menstrual. En el caso concreto de las mujeres vacunadas, un 46,8 % informó de alteraciones en la duración del ciclo y un 44,5 % en el flujo del periodo tras recibir la primera dosis, porcentajes que se ven incrementados hasta el 49 % y el 47 %, respectivamente, al recibir la segunda dosis.
Flavia Rodríguez, directora médica de la clínica Eugin Barcelona, explica cuál podría ser el mecanismo responsable de que se produzcan estas alteraciones: «No es la primera vez que se reportan alteraciones menstruales asociadas a las vacunas. En algunas, como las de la fiebre tifoidea y hepatitis B, se tiene constancia. Pero estas alteraciones no suceden tanto por el suero de la vacuna, sino por la reacción inmunológica que se produce. Toda vacuna produce una reacción inmunológica inflamatoria sistémica porque su objetivo es generar una respuesta inmune contra la enfermedad. De todas formas, las alteraciones suelen ser algo limitado en el tiempo».
También se han identificado alteraciones en mujeres que han recibido dos dosis de la vacuna en el mismo ciclo menstrual en las que, además, la primera dosis coincidió con la primera fase del ciclo cuando se está reclutando el folículo dominante. «Éstas pueden presentar una mayor alteración y esto puede deberse a la reacción inmune y de estrés que genera la vacuna, que puede alterar temporalmente el eje hipotálamo-hipofisario-ovárico que controla las hormonas responsables del ciclo menstrual», indica la ginecóloga.
Al analizar la relación entre el ciclo menstrual y la vacunación contra la covid-19, varios estudios concluyen que los cambios en la menstruación son temporales y de poco impacto, comparándolos con las variaciones naturales en el ciclo. El primer trabajo se basó en los datos de 3.959 mujeres estadounidenses, que registraron al menos seis ciclos consecutivos en una aplicación de seguimiento del ciclo menstrual. De ellas, 2.403 fueron vacunadas y el resto actuó como grupo de control. En todos los grupos, la duración del ciclo volvió a la normalidad dos ciclos después de la vacunación. Tras tener en cuenta otros factores, la primera dosis de la vacuna no tuvo ningún efecto en el momento de la siguiente menstruación, mientras que la segunda dosis se asoció a un retraso de 0,45 días. Las más afectadas fueron 358 mujeres que recibieron las dos dosis de la vacuna en el mismo ciclo, experimentando un retraso de 2,32 días hasta su siguiente periodo.
En un segundo estudio se preguntó a un grupo de 5.688 noruegas si habían experimentado cambios menstruales específicos, como una hemorragia intermitente inesperada o un dolor menstrual peor de lo normal, en los ciclos anteriores y posteriores a cada dosis de la vacuna.
El 38 % de las participantes informó de, al menos, un cambio en su menstruación en los periodos anteriores a la vacunación, lo que denota la alta variabilidad que tienen los ciclos de forma natural. Tras la inoculación de la primera dosis, el porcentaje aumentó al 39% y al 41 % después de la segunda dosis.
El cambio que se reportó más frecuentemente tras la vacunación fue que el periodo era más abundante de lo normal.
Estos estudios ponen el foco en la duración de estas alteraciones, el patrón de sangrado menstrual, la aparición de «spotting» o sangrado eventual y la sintomatología premenstrual. De hecho, en el estudio de Obstetrics & Ginecology las únicas alteraciones que se han demostrado tienen que ver con la duración y la cantidad de regla, sangrados intermenstruales, amenorrea (falta de regla) e incluso dismenorrea (dolor menstrual).
No obstante, los expertos coinciden en que se necesitan más estudios para saber qué incidencia tienen estos datos y conocer si estos cambios se deben a la vacuna o, simplemente, a alteraciones que se dan habitualmente entre la población.
Los datos de alteraciones menstruales están llegando en España a través del canal de notificación de efectos adversos de la Agencia Española de Medicamentos. También se reportan a nivel europeo. Sin embargo, hasta el momento no se ha establecido una relación causal. «Es cierto que existen estudios de otras vacunas que sí han reportado este tipo de alteraciones y, por plausibilidad biológica, podrían suceder, de forma temporal. Aunque todo es muy reciente y necesitamos estudios a largo plazo, la evidencia que va saliendo en este sentido es tranquilizadora», comenta la doctora Rodríguez.
Además, no se sabe qué incidencia tienen estas alteraciones en vacunadas. «Las alteraciones menstruales suelen ocurrir a lo largo de la vida. Además, se sabe que, en situaciones de estrés, por toma de medicamentos o por fiebre, por ejemplo, pueden producirse también cambios en la menstruación, por lo que todavía nos faltan estudios científicos para conocer el impacto real de estas alteraciones del ciclo menstrual», apunta la doctora.
Infertilidad femenina
A este respecto se ha pronunciado también la doctora Victoria Male, especialista en reproducción del Imperial College London (Reino Unido), quien explica que gran parte de la preocupación pública sobre este tema surge de la información errónea de que las vacunas covid-19 causan infertilidad femenina.
«Aunque ya tenemos evidencia de que este no es el caso, y la evidencia también sugiere que la infección con covid-19 puede reducir el conteo y la calidad de los espermatozoides, una comprensión más profunda de los efectos de la infección y la vacunación en la fertilidad permitirá un mejor asesoramiento de los pacientes para quienes esto es de particular preocupación», afirma.
«Estos estudios representan un paso en la dirección correcta, pero queda mucho por aprender. Por ejemplo, comprender la forma en que se producen cambios menstruales posteriores a la vacunación, determinar si algún grupo es particularmente vulnerable para poder asesorarlo adecuadamente y definir mejor el alcance y la persistencia de estos cambios», concluye.
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