Manifestación

El movimiento provida toma las calles de Madrid

Cien mil personas se han manifestado hoy en contra de la nueva Ley del Aborto. El cambio de rumbo en la política de Estados Unidos sobre el tema les ha dado esperanza en «un futuro mejor»

La decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de eliminar el derecho constitucional al aborto- vigente desde 1973- supone una “esperanza” para las miles de personas, 100.000 según los manifestantes, que han acudido a la concentración que ha tenido lugar esta mañana en Madrid “en defensa de la vida y la verdad”, convocada por más de 200 asociaciones provida. Los manifestantes-100.000 según la organización- clamaron contra la reforma de la ley del aborto, la ley de eutanasia y contra el proyecto «de naturaleza totalitaria» del Gobierno de Pedro Sánchez.

Tras la pancarta de cabecera en la que se podía leer «Nos jugamos la vida ¡Basta ya de leyes contra la verdad y la naturaleza humana!», estuvo el ex ministro de Interior y presidente de Neos –alternativa cultural basada en fundamentos cristianos–, Jaime Mayor Oreja, quién señaló que con la marcha se ponía de manifiesto que «la cultura de la vida está más viva que nunca». Mayor Oreja aseguró también que la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos que ha anulado la protección del derecho al aborto, «es un elemento de esperanza y de futuro» y «que con las leyes que destruyen la naturaleza humana no se construye ningún futuro».

Junto a él estuvo la ex presidenta de los populares vascos y actual vicepresidenta de la Fundación Villacisneros, María San Gil, que declaró: «Basta ya a las leyes ideológicas que imponen un proyecto autoritario para la sociedad», y aplaudió también el dictamen del Supremo estadounidense porque, en su opinión, «es una puerta de esperanza a que esto también se haga en España». «Esta manifestación no puede ser más oportuna y más necesaria», señaló.

Por su parte, Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto de Estudios de la Familia del CEU, criticó «a un Gobierno que va contra la familia y que aprueba leyes contra la vida y contra la libertad». «Quitar los tres días de reflexión es un paso más para evitar que la gente piense», manifestó, en referencia a la medida que incluye la nueva Ley de Salud Sexual al respecto.

Nuevas generaciones

A la concentración acudieron un gran número de jóvenes de distintos puntos de España, que coincidían en señalar la importancia de este tipo de actos para alzar la voz y «dejar de ser invisibles ante la sociedad». «Estamos aquí porque creemos en la vida, y para mostrar que no estamos de acuerdo con lo que quieren imponernos como ‘sentir general’. Parece que nos tenemos que avergonzar de defender la vida, cuando debería ser al contrario », explicaba Carolina, una chica de 18 años, a LA RAZÓN.

«Somos muchos los que defendemos la vida y consideramos el aborto como una aberración. Creemos en los derechos del no nacido; no es algo, es alguien, y no podemos decidir por él», destacó Isabel, quien estaba acompañada por amigos y amigas de su misma edad que no creían que la sociedad actual les representara.

«Estamos hartos de no poder expresarnos, porque cada vez que lo hacemos se nos tilda de retrógrados y de ‘carcas’. ¿Acaso no tenemos el mismo derecho a la libertad de expresión que los demás? ¿Por qué es más valida su opinión que la mía? », se quejaba Hugo, un joven de 19 años.

Por su parte, los representantes de las numerosas asociaciones convocantes celebraron el éxito de participación y señalaron que supone «un rayo de esperanza para todos aquellos que luchan por la vida de los no nacidos: los más débiles».

Contra las «listas negras»

Uno de los aspectos más polémicos de la nueva Ley de Salud Sexual es que determina que los profesionales sanitarios que quieran ejercer la objeción de conciencia tienen que inscribirse con antelación y por escrito en una lista, que aplicará tanto para el ámbito público como para el privado.

Además, la norma señala que todos los hospitales públicos que cuenten con servicio de Ginecología y Obstetricia deberán contar con profesionales que puedan garantizar que se practique el aborto a las mujeres que lo soliciten, a semejanza con lo recogido en la Ley de la Eutanasia.

Por ello, las asociaciones provida rindieron un homenaje en forma de ovación a todos esos profesionales sanitarios que «defienden la vida y la verdad» y a los que consideran «se esta limitando su derecho constitucional, ya que se pretenden exponen sus nombres y apellidos públicamente por negarse a practicar abortos».

«No podemos aceptar las listas de objetores de conciencia porque después se usaran para castigarles», señaló Alfonso Bullón de Mendoza, coordinador de la Asamblea por la Vida. Nayeli Rodríguez, coordinadora de la plataforma 40 Días por la Vida, pidió la ayuda de médicos y enfermeros para frenar el aborto y la eutanasia. «El movimiento provida despierta con más fuerza que nunca, y tenemos que manternos unidos», destacó.

Una marcha reivindicativa que finalizó sobre las 14 horas, cuando los asistentes llegaron hasta la Plaza de Colón.