Religión

El Papa Francisco feminiza las mitras vaticanas

El Papa designará a dos mujeres para incorporarse al equipo que materializa el ‘casting’ de los futuros obispos

El Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, a principios de este mes de julio
El Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, a principios de este mes de julioVATICAN MEDIA HANDOUTAgencia EFE

El Papa está convencido de que Iglesia tiene nombre de mujer y, en su proyecto de reforma, esta apuesta se va traduciendo en la ruptura de techos de cristal en el organigrama de la Santa Sede. Su jugada más reciente: el nombramiento inmediato de dos mujeres para integrarse en la Congregación para los Obispos, el ‘Ministerio’ del Vaticano que se encarga de nombrar a los prelados de todo el planeta a partir de las ternas de candidatos que presentan los nuncios destinados en los diferentes países.

Así se lo hizo saber al periodista Philip Pullella, vaticanista de la agencia británica Reuters en una entrevista al ser preguntado por el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad en la Curia. «Estoy abierto a darles una oportunidad», le comenta Francisco, que admite que «las cosas se están abriendo un poco”, consciente de la falta de presencia femenina en los puestos de liderazgo.

«Mi valoración general a esta medida es muy positiva, porque va en la línea de la constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’ que pone en valor en principio de sinodalidad y corresponsabilidad de todo el Pueblo de Dios, de los laicos en general y las mujeres en particular», explica la canonista Carmen Peña, profesora de la Universidad Pontificia Comillas a la que el Papa fichó, primero como consultora Dicasterio de Laicos, Familia y Vida en 2018 y más recientemente para formar parte de la Comisión Teológica del Sínodo de la Sinodalidad.

Lo cierto es que la nueva carta magna del Vaticano promulgada por Francisco y que entró en vigor el pasado 5 de junio contempla literalmente que «cualquier fiel puede presidir un dicasterio o un organismo, teniendo en cuenta la particular competencia, potestad de gobierno y función de estos últimos», un servicio reservado hasta la fecha a clérigos. Eso sí, tal y como advierte esta norma, no tendría sentido que un padre de familia o una religiosa estuviera liderara un área como la Congregación para los Obispos o para el Clero por la naturaleza de los destinatarios, pero sí abre la puerta para que capitaneen los ‘Ministerios’ de Cultura, Familia o Comunicación, como ya ocurre con el italiano Paolo Ruffini. «Si la reforma indica que los fieles pueden presidir, más aún se confirma que pueden integrarse como miembros de pleno derecho, no solo consultores», detalla Peña, que aprecia que este cambio permite que «en la práctica en la Curia se vea reflejada la pluralidad y riqueza de los carismas de la Iglesia».

«Es interesante que se incorpore la voz de las mujeres a esta Congregación, porque tienen una visión más independiente, al no estar contaminadas del entorno clerical. Saben que ellas no pueden ser elegidas obispos, lo que les libera de cualquier tentación de carrerismo que podría tener un sacerdote», expone la teóloga Cristina Inogés, que también forma parte del equipo de mujeres que Francisco a reclutado como consultora para el Sínodo de la Sinodalidad. Para Inogés, el hecho de que las mujeres participen en este ‘casting’ supone «aire fresco», en tanto que aportan lo que Juan Pablo II denominaba «genio femenino». «Por pura psicología o sexto sentido, captamos elementos y matices que un hombre no tiene y que sí puede resultar novedoso a la hora de iluminar este proceso. Los mismos patrones para determinar quién puede ser obispo, tienen una interpretación distinta», defiende.

Además, considera que esta designación no se trata de un gesto aislado. «Este Papa no solo expresa buenas intenciones, sino que a la prueba está que lo hace, que está adquiriendo un compromiso visible y real para que se cuente con las mujeres», subraya. Es más, Inogés explicita que el pontífice no buscarían tanto «dar roles o papeles determinados a las mujeres, sino situarla en el lugar que le corresponde por el bautismo». «Es un compromiso de Francisco en su propia casa que es la Curia para trasladar una invitación directa para que las Iglesias locales hagan una reflexión seria sobre la incorporación de la mujer».

Precisamente, Inogés ha participado este fin de semana en el encuentro formativo ‘Mujer, ¿qué buscas?’ organizado en Valladolid por la provincia de Europa de las Carmelitas de la Caridad Vedruna, en el que también ha tomado parte Belén Brezmes, de la Asociación de Teólogas Españolas. «Se trata de una decisión importante, resulta significativo que se escuche ahora a las mujeres» considera Belén. Sin embargo, echa en falta todavía una mayor valentía en el Papa, como el respaldo al diaconado femenino. «Percibo que todavía se sigue en la línea de entender que la mujer pueda acceder al orden sagrado», apunta, en tanto que «nosotras también somos imagen de Cristo».