Monkeypox

¿Qué explica que España duplique en número de casos de viruela del mono a Alemania, Francia o Reino Unido?

La concatenación de eventos súperdiseminadores, donde los asistentes eran mayoritariamente españoles, parece ser una de las principales causas

Vistas desde el Ayuntamiento de Madrid de los asistentes de la manifestación por el Orgullo LGTBIQ+,
Vistas desde el Ayuntamiento de Madrid de los asistentes de la manifestación por el Orgullo LGTBIQ+,A. Pérez MecaEuropa Press

Hasta el pasado 30 de agosto, España ha contabilizado un total de 6.543 casos de viruela del mono. Nueve de cada diez es HSH (Hombres que mantienen sexo con otros hombres), un patrón que se repite en todos los países no endémicos donde han explotado los casos.

A la pregunta de por que nuestro país lidera el número de casos en Europa (y, hasta hace un mes, en el mundo) han intentado contestar algunos expertos reunidos en el XL Congreso Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), que se celebra estos días.

La número dos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, María José Sierra, ha apuntado a la concatenación de eventos súperdiseminadores desde el Pride de Maspalomas a comienzos de mayo, donde los asistentes eran mayoritariamente españoles, al brote posterior en una sauna de Madrid o las sucesivas celebraciones de eventos multitudinarios en verano.

También pueden influir, ha añadido Jordi Casabona, del Centre d’Estudis Epidemiològics sobre les Infeccions de Transmissió Sexual i Sida de Catalunya (Ceeiscat), factores demográficos porque la densidad de población de ciudades como Madrid o Barcelona “no es la misma que la de Copenhage”.

O que “la concepción del riesgo es menor en las culturas latinas”, a lo que se han sumado “mensajes paternalistas y negacionistas desde Salud Pública” que llevaron a una respuesta tardía en España, ha lamentado.

Por sus características, este experto cree que el actual brote de monkeypox debería considerarse como una Infección de Transmisión Sexual (ITS) e incorporarlo a la Cartera Común de Servicios de Salud Sexual y Reproductiva (SSR) para monitorizarlo como tal.

No obstante, antes hay que creerse y convencer de que “hablar de grupos nucleares y conductas sexuales de riesgo no implica estigmatizar, sino priorizar”, para lo que es imprescindible hablar con la población LGTBI y las organizaciones de base.

Por otro lado, que la principal vía de transmisión hayan sido las relaciones sexuales de riesgo no quiere decir que no haya otras -Andalucía registró un brote de 21 afectados en un centro de piercing y en Castellón una bebé lactante se contagió poco después que su padre-, pero sí es la predominante.

Incertidumbre en el futuro

Pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló la semana pasada que se puede “acabar eliminando la viruela del mono” en Europa, tras las “primeras señales de ralentización del brote”, los epidemiologos creen que hay que valorarlo con cautela. “Es difícil de valorar acabando el verano: se ve la curva y lleva a pensar que estamos fenomenal, pero creemos que hay retraso en la notificación y, sobre todo, de infradiagnóstico”, ha advertido Sierra. “La evolución del brote -ha insistido- es incierta y se va a basar en el éxito de que lleguen las recomendaciones”.

Otro punto de incertidumbre es que, a diferencia de la covid, no se puede fiar el control del brote a la vacunación, por dos motivos. El primero, que no hay estudios que avalen la proxilaxis preexposición con una dosis, que es la estrategia que se está aplicando a menores de 45 años con prácticas sexuales de alto riesgo, fundamentalmente GBHSH (Gays, Bisexuales y Hombres que tienen sexo con Hombres). El segunda, que los medicamentos escasean: España cuenta con 17.000 sueros, que ahora se administran por vía intradérmica con un quinto de la cantidad que se pinchaba al principio de manera subcutánea. Y solo se pone una y no las dos requeridas para completar la pauta.