Salud

El súper chocolate enriquecido con vitamina E dirigido a cuidar el cerebro

El proyecto europeo ‘Choko-Age’ estudia sus efectos favorables sobre la cognición y la fragilidad en pacientes mayores con deterioro cognitivo leve

Chocolate
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Comer chocolates es un placer saludable. Está demostrado científicamente que a partir de un 60% de pureza es bueno para todo el mundo siempre que se tome con sentido común. Además de la teobromina, una sustancia beneficiosa que tiene un efecto parecido a la cafeína, contiene polifenoles con cualidades antioxidantes y cardiovasculares.

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES), en el Instituto de Investigación Sanitaria (Incliva), participan en el proyecto europeo ‘Choko-Age’ que tiene como objetivo determinar si la ingesta de chocolate enriquecido con vitamina E tiene efectos favorables sobre la cognición y la fragilidad en pacientes mayores con deterioro cognitivo leve.

Choko-Age parte del supuesto de que una nutrición óptima y el ejercicio físico pueden actuar en sinergia para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, al prevenir la desnutrición proteico-energética y la atrofia muscular asociada al paso de los años que pueden conducir al desarrollo de discapacidades y fragilidad, un síndrome geriátrico caracterizado por dificultades para responder a estreses menores. “Un anciano frágil, frente a uno robusto, tiene un riesgo muy elevado de acabar siendo dependiente, por lo que prevenir, identificar y revertir el estado de fragilidad es fundamental para garantizar un envejecimiento saludable”, afirman desde Incliva.

Varios estudios han demostrado que el ejercicio físico y los polifenoles del chocolate producen un efecto reductor del cortisol (una hormona esteroide con un papel importante en el control del metabolismo de los tejidos y la función inmune en condiciones de estrés), que produce una mejora de los procesos metabólicos y neurológicos. Sobre esta base, Choko-Age pondrá a prueba la hipótesis de que los efectos reductores del cortisol del chocolate y el ejercicio físico pueden combinarse con la función antioxidante y citoprotectora de la vitamina E para ralentizar la progresión de la desnutrición proteico-energética en personas mayores con riesgo de fragilidad.

Durante el proyecto se desarrollará un chocolate negro funcionalizado con vitamina E rico en polifenoles en colaboración con Perugina, empresa de Nestlé. A continuación se investigarán sus efectos combinados con un programa de entrenamiento físico interválico de alta intensidad –que ya se ha aplicado con éxito en personas mayores y en poblaciones frágiles- en un período de 6 meses, a través de un ensayo aleatorizado de casos y controles en pacientes ancianos con demencia.

“La actividad física es un tratamiento no farmacológico con gran potencial para atenuar el deterioro cognitivo en ancianos sanos, en pacientes con deterioro cognitivo leve y con demencia severa. El entrenamiento con ejercicios debe realizarse preferentemente como intervalos de alta intensidad aeróbica (85%-95% de la frecuencia cardíaca máxima), ya que produce efectos superiores en el sistema cardiovascular en comparación con el ejercicio de intensidad moderada o baja”, explican desde Incliva.

Choko-Age se puso en marcha en 2021 y finalizará en 2024. La intervención de INCLIVA consistirá en la realización de análisis in vitro de células de músculos esqueléticos y otras líneas celulares, así como de estudios ómicos y del estrés oxidativo. Para ello, se utilizarán plataformas de análisis génico, especialmente para la transcritómica de RNA extraído de los pacientes que intervienen en el ensayo. En el proyecto participan, además, la Universidad de Perugia y la Universidad de Verona, en Italia; la Universidad de Molde, en Noruega; y la Universidad de Liverpool, en Reino Unido.