Psicología

¿Por qué los ascensores de los hospitales no suelen tener espejos?

Diseñar un ascensor no es únicamente un problema físico o de ingeniería. Es un problema que también tiene muchas implicaciones psicológicas

Imagen de archivo de un ascensor
Imagen de archivo de un ascensorLa RazónFuente: Daniel Nettesheim / Pixabay

La idea basal detrás del ascensor no es muy compleja que digamos. En esencia, es una caja sujeta a un sistema de poleas que nos permite ahorrarnos la molestia, el tiempo y el esfuerzo de subir y bajar escaleras. Ahora bien, aunque esta idea pueda parecer poco original y creativa, llevarla a la práctica exige controlar muchísimas variables diferentes.

No es únicamente un problema físico o de ingeniería. Entre otras muchas cosas, también es un problema psicológico, porque el ser humano no está hecho para permanecer durante demasiado tiempo en espacios tan pequeños y herméticos. En realidad, en un ascensor todo está estudiado. Desde esa música afable y repetitiva, hasta los colores, la iluminación… y sí, también los espejos.

Todo en un ascensor está estudiado... desde la música hasta el espejo | Fuente: Clker-Free-Vector-Images / Pixabay
Todo en un ascensor está estudiado... desde la música hasta el espejo | Fuente: Clker-Free-Vector-Images / PixabayLa Razón

Los muchos usos del espejo

Cuando se instalaron los primeros ascensores y la gente empezó a utilizarlos, muchos se sintieron profundamente incómodos ahí parados, mirando a la nada y experimentando las sensaciones de agobio y estrés propias de quien está encerrado en un espacio tan pequeño. Y eso sin contar con el miedo que provoca estar en una caja colgada a varios metros del suelo.

Así que, este es el primer motivo por el que se instalan los espejos… para que el viaje sea lo menos agobiante posible. Este simple truco reduce el sentimiento de claustrofobia, porque los espejos transmiten sensación de amplitud. De hecho, con un solo espejo el espacio real parece el doble de grande.

Además, tiene otra misión importante: los espejos también amenizan los viajes. Si una persona está sola en el ascensor, es muy normal que se mire en el espejo y se retoque el peinado o el maquillaje. Puede que sea un entretenimiento que sólo dure unos segundos… pero unos segundos son suficientes para que la tensión de la espera se evapore.

Ahora bien, hay una tercera implicación psicológica por la que el espejo en el ascensor puede ser de mucha utilidad. El propio reflejo hace que nos sintamos observados y -en consecuencia- inhibidos. Y las personas que se sienten vigiladas tienden a comportarse mejor. Es decir, que al verse a sí mismos, se reduce el riesgo de vandalismo en el interior de los elevadores.

¿Por qué no en los hospitales?

El anciano fue hallado en el hueco del ascensor
El anciano fue hallado en el hueco del ascensorLa RazónLa Razón

Esta peculiaridad de los ascensores de los centros sanitarios se debe a que las personas que visitan el hospital... no suelen estar en su mejor momento. Hay muchas posibilidades de que, al entrar en el ascensor de un hospital, al menos uno de los pasajeros esté profundamente triste o bastante enfermo. Según un estudio del departamento de psicología de la Universidad de Arizona del año 2016, el hecho de que no haya espejos en los ascensores contribuye a mejorar el estado de ánimo del paciente y de sus familiares, porque eso impide que puedan ver su reflejo en unas condiciones un tanto desmejoradas debido a su situación.