Religión
Los obispos exigen «despolitizar» el debate del aborto
El secretario general César García Magán pide «no hacer banderías»
Ni de un lado ni de otro. En el complejo contexto de polarización política en la que unas siglas buscan apoderarse del catecismo y otros buscan utilizar cualquier posicionamiento eclesial como arma arrojadiza, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, se bandeó ayer para salvar el tercer grado al que se sometió por primera vez en su participación en los desayunos del Fórum Europa. Celebrado en el hotel Villamagna, el obispo auxiliar de Toledo lo mismo llamó a «despolitizar» el debate del aborto a raíz del revuelo provocado por VOX con sus propuestas en Castilla y León, que limó asperezas en los frentes abiertos con el Gobierno de Pedro Sánchez en materia de financiación o en relación a una posible «desamortización» de la Obra Pía, esto es, del patrimonio de la Iglesia española en Roma.
Con la «finezza» propia del diplomático que es, también abordó el revuelo mediático generado por las declaraciones del Papa Francisco cuando afirmó que «ser homosexual no es un delito». «Sin juzgar a historias personales, la moral católica dice lo que dice: nadie está estigmatizado ni anatematizado por su condición sexual», aseveró, para asegurar después: «No es un delito ni es un pecado».
«La vida humana no es solo para ser defendida en el seno de la vida de una madre», explicó el portavoz de los obispos, que fue elegido el pasado diciembre, cuando se le instó a posicionarse frente a las iniciativas provida del partido de Santiago Abascal para las mujeres que se plantean abortar.
Así, García Magán, expuso que «esa vida humana que se mete en una patera, tiene que ser también protegida y defendida, también la mujer que se ve amenazada por la violencia intradoméstica y la vida de quien no tiene qué llevarse a la boca». Así, advirtió de que no se pueden «hacer banderías con el tema del aborto» y llamó a la opinión pública a llevar a cabo «una maduración de conciencia social»
Para evitar suspicacia alguna, explicó que «el mensaje de la Iglesia en el tiempo es el mismo en defensa de la vida», enfatizando que la lucha contra el aborto
«no es un acto de fe, hay un consenso en la comunidad científica». Eso sí, evitó condenar a quien da el paso al frente: «No entro a juzgar las circunstancias de las personas. Nos tendría que hacer a todos reflexionar cuando una mujer se ve abocada a esa salida».
Al ser interpelado por el diálogo con Moncloa ante una futurible reforma de la fiscalidad, admitió que hay «negociaciones abiertas» que «se están llevando a buen término», si bien quiso despejar la idea de que hoy por hoy se cuente con algún tipo de «privilegios».
García Magán también quiso allanar el camino en lo que a la comisión antiabusos encargada por el Ejecutivo al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, para rastrear esta lacra en el seno de la Iglesia. Afirmó que el «principio de cooperación» es el que guía el diálogo tanto con Gabilondo como con cualquier instancia judicial. A la par, entonó un nuevo «mea culpa»: «Muy lamentablemente la Iglesia se ha contagiado de este virus tan letal», expresó, a la par que dijo que «eso no puede permitirse en ninguno de los ámbitos».
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