Calendario

La primera y única vez que existió un 30 de febrero

El mes de febrero se llamó originalmente februarius, en referencia a februum (“purificación”), por el ritual que se celebraba por estas fechas

El año 2022 tiene doce días laborables que son festivos en España, de los cuales ocho son comunes a todas las comunidades autónomas
El año 2022 tiene doce días laborables que son festivos en España, de los cuales ocho son comunes a todas las comunidades autónomaslarazon

El primer calendario del Imperio Romano comenzó a utilizarse en torno al 750 aC. Fue bautizado comocalendario Romulus, en honor al fundador de la ciudad de Roma. El orden del tiempo que imponía este calendario era de diez meses y 304 días, comenzando su ciclo por el mes de Martius (en honor al dios de la guerra).

Boceto para el poblado de la serie «Romulus», la primera de la historia de la televisión rodada íntegramente en latín arcaico
Boceto para el poblado de la serie «Romulus», la primera de la historia de la televisión rodada íntegramente en latín arcaicolarazon

A este le seguía el mes que se abre, aprilis (abril), el del crecimiento maius (mayo) y el de el florecimiento junius (junio). Luego los meses seguían por orden del quinto al décimo, donde sí que coincidían por su nombre y por la posición que ocuparían en el calendario: Quintilis sería (julio), sextilis (agosto), septembris (septiembre), octobris (octubre), novembris (noviembre) y decembris (diciembre).

Unos años después, en torno al 700 aC, fue necesaria la actualización de cómo los romanos medían el tiempo. Tras observar el comportamiento de los días y las estaciones, los eruditos romanos aconsejaron al segundo rey de Roma, Numa Pompilius Censorio, que añadiese 51 días al calendario de Rómulo, dando como resultado un año de 355 días. Y fue en este momento cuando se hizo necesario incluir otros dos meses: Ianuarius, en honor al dios Jano, y februarius, en referencia a februum (“purificación”), por el ritual de Februa que se celebraba por estas fechas.

De esta forma, el calendario de Numa quedaba tal que así: Martius (31 días), Aprilis (29 días), Maius (31 días), Junius (29 días), Quintilis (31 días), sextilis (29 días), septembris (29 días), octobris (31 días), novembris (29 días), decembris (29 días), Januarius (29 días) y Februarius (28 días). Como el lector habrá podido observar, el calendario de Numa seguía comenzando el año con el equinoccio de primavera que tiene lugar durante este mes.

Guerra de marcas en Roma
Guerra de marcas en RomaArchivoArchivo

La necesidad de un reajuste

A pesar de que esta actualización fue un paso en el buen sentido... no fue suficiente. Seguía existiendo un desajuste. Un desajuste que los sabios estimaron en 11 días y mediorespecto al año solar. Para solucionarlo, se sumaría al calendario un mes adicional llamado Intercalaris, que tendría de 22 y 23 días y se añadiría al calendario cada dos años (22 el segundo y 23 el cuarto año).

Era un sistema muy complicado y acarreó numerosas confusiones entre los Pontífices, que eran los encargados de ajustar estas diferencias entre el calendario y las estaciones del año. Y muchas veces, al realizar esta labor -que en un principio tenía un objetivo espiritual y místico- lo hicieron de forma arbitraria... o peor, movidos por intereses económicos o políticos. Los encargados de velar por la certezas de la plebe, ahora se habían vuelto corruptos.

El momento de la cosechaya no dependía de las fases lunares, sino que se decidía por cuestiones políticas (y pecuniarias). Por ejemplo, si un cargo público quería extender un poco su mandato, podía comprar la voluntad de los pontífices... y estos se encargarían de retrasar las elecciones haciendo unos pequeños retoques en el calendario... a pesar de las terribles secuelas que eso podría ocasionar en la vida del populacho.

Ilustración de un pontifex maximus por Jacques Grasset de Saint-Sauveur | Dominio Público
Ilustración de un pontifex maximus por Jacques Grasset de Saint-Sauveur | Dominio PúblicoLa Razón

La situación se había vuelto tan obscena que -en cierto momento- los pontífices llegaron a fechar el invierno en otoño. Eso significaba que miles de campesinos despilfarrarían sus semillas plantándolas en el momento equivocado o que podrían verse indefensos ante las imprevistas subida de un río, (...). Evidentemente, aquello tenía que cambiar.

Afortunadamente, un nuevo tirano había venido a poner orden en Roma. Julio César -sabiéndose ignorante en estos menesteres- consultó a Sosígenes de Alejandría “el peripatético”; que postulaba que el año -en realidad- duraba 356 días y 6 horas (una precisión absolutamente notable para la época).

Haciéndole caso, Julio César impuso un nuevo calendario que quedaría marcado con su nombre y que seguiría aplicando hasta el siglo XVI; cuando el papa Gregorio XIII implantó el actual calendario gregoriano, que corregía algunos desfases que venía arrastrando el calendario juliano.

El 30 de febrero del año 1712

Entre las actualizaciones incluidas por el calendario gregoriano estaba la incorporación de la figura de los años bisiestos para sincronizar el año calendario de 365 días al año solar de aproximadamente 365,25 días o sea, 365 días y seis horas. Es un término que deriva de la expresión “Bis sextus dies ante calendas martii”, es decir, la repetición del sexto día antes de las calendas de marzo. O dicho de otra forma, que el día 24 de febrero se contaba dos veces. En el calendario gregoriano, este día extra se situó al final del mes, correspondiendo al 29 de febrero.

El Papa Gregorio XIII fue quien instauró de manera oficial el uso del calendario gregoriano
El Papa Gregorio XIII fue quien instauró de manera oficial el uso del calendario gregorianoarchivo

Como hemos dicho antes, el calendario juliano malinterpretaba levemente la duración del movimiento de traslación de la Tierra. Ese error había derivado en que al calendario juliano contabilizase un año en 365,25 días, cuando -en realidad- duraba 365,2425 días... un desfase mínimo o -incluso- despreciable. Pero, claro, año tras año, el desfase se fue acumulando hasta que se creó una inexactitud que desvió 10 días el calendario.

Una vez quedó claro que el orden instaurado por el calendario juliano era impreciso, se decidió que después del jueves, 4 de octubre de 1582, se pasase al viernes, 15 de octubre de 1582. De esta forma, en el paso del juliano al gregoriano desaparecieron 10 días del calendario. La reforma se adoptó de forma inmediata en los dominios de la Monarquía Hispánica (que en aquel momento incluían también los de la Corona de Portugal).

Sin embargo, otros países se resistieron a aceptar la autoridad del Papa y tardaron algunos años en implantarlo. En el caso de Suecia, el problema no fue tanto el adoptar el nuevo calendario, sino hacerlo de una forma tan súbita. No querían que 10 días desaparecieran de golpe. Así que, optaron por saltarse los días bisiestos durante 40 años... hasta ajustarse con el resto del mundo.

Para cuadrar el cambio del calendario juliano al gregoriano, en 1582 se pasó del 4 al 15 de octubre en una noche
Para cuadrar el cambio del calendario juliano al gregoriano, en 1582 se pasó del 4 al 15 de octubre en una nochearchivo

No fue una buena decisión. Al principio fue sencillo obedecer al cambio. Pero poco después, el emperador Carlos XII se dio cuenta de que el 1700, que era año bisiesto, las autoridades suecas simplemente se habían olvidado de hacer el cambio. Tenían cosas más importantes de las que ocuparse. Al fin y al cabo, en aquella época estaban en medio de varios conflictos con sus vecinos del Norte. Para solucionarlo, ordenó que se añadiera un día adicional al 29 de febrero del año 1712, que también era bisiesto; creando así por única vez en la historia, el día 30 de febrero.