Hogar
Ni 60 ni 90 grados: esta es la mejor temperatura para lavar las sábanas y eliminar las bacterias
Elegir el calor adecuado protege la ropa de cama, elimina bacterias y ahorra energía
En España, como en muchos hogares, la limpieza de sábanas es una preocupación constante. Muchos piensan que solo con lavados muy calientes se consigue una higiene completa; sin embargo, existen métodos igualmente eficaces que permiten mantener la ropa de cama limpia y segura sin necesidad de recurrir siempre a altas temperaturas.
Hoy, la la ciencia y la tecnología del hogar han encontrado la forma de demostrarnos que no siempre lo caliente es lo correcto.
Las nuevas lavadoras y las altas temperaturas
De acuerdo con diversas investigaciones, hoy en día, las lavadoras modernas y los detergentes enzimáticos permiten conseguir resultados igual de efectivos e incluso superiores a temperaturas más bajas, reduciendo así el consumo y las emisiones.
El mito de los 90 grados: una costumbre difícil de abandonar
La idea de que solo el agua hirviendo puede desinfectar se originó en una época en la que las telas se fabricaban principalmente con algodón crudo y los detergentes carecían de aditivos antibacterianos. Sin embargo, hoy en día, esa lógica persiste más por costumbre que por necesidad.
Las pruebas comparativas realizadas por el laboratorio TÜV Rheinland demuestran que, incluso a 40 °C, el uso de un detergente enzimático puede eliminar hasta el 99 % de las bacterias comunes en la ropa. No obstante, lavar a 90 °C implica un aumento medio del 150 % en el consumo de energía respecto a un ciclo estándar, con un coste ambiental y económico mucho mayor.
40ºC: Una temperatura ideal para una colada higiénica y sostenible en casa
Los 40 °C se consideran hoy la temperatura ideal para lavar la ropa de cama, ya que permiten obtener una higiene profunda sin aumentar el consumo energético ni dañar las fibras. A este gradiente, el agua tibia y los detergentes enzimáticos trabajan con máxima eficacia, eliminando bacterias, ácaros y restos orgánicos que se acumulan en las sábanas con el uso diario.
A su vez, lavar a dicha temperatura no solo garantiza una colada higiénica, sino que también protege el tejido, evita el desgaste prematuro y mantiene la elasticidad de las fibras durante más tiempo.
Además, esta modalidad reduce de forma notable el consumo eléctrico, lo que se traduce en un ahorro importante en la factura del hogar y en una menor huella ambiental en comparación con los lavados de alta temperatura.
Cuándo y por qué subir la temperatura de lavado de la ropa de cama
En algunos casos, si es necesario aumentar la temperatura de lavado para garantizar una higiene más profunda.
Ante situaciones como la gripe estacional, infecciones cutáneas o cualquier proceso que pueda aumentar la carga microbiana en el hogar, las recomendaciones sanitarias indican lavar la ropa de cama por encima de los 60 °C para interrumpir la transmisión de gérmenes en el entorno doméstico.
Quienes sufren alergia a los ácaros del polvo también deberían programar, al menos una vez al mes, un ciclo de lavado a esta temperatura para reducir la presencia de alérgenos y mejorar la calidad del descanso.
En familias con recién nacidos o personas inmunodeprimidas, la precaución sigue siendo fundamental. En estos casos, se recomienda alternar ciclos de lavado a 40 °C y 60 °C de forma semanal, asegurando siempre un secado completo para prevenir la aparición de moho y mantener la textura y la higiene de las telas.
Otros consejos
La higiene en el hogar también depende de rutinas diarias constantes.
Por ejemplo, se recomienda cambiar la ropa de cama cada siete a diez días, y con mayor frecuencia durante el verano o cuando se suda mucho, aproximadamente cada cinco días.
Asimismo, es importante adaptar la temperatura y la frecuencia de lavado según el tipo de ropa o tejido. Para las sábanas estándar, lo ideal es lavarlas a 40 °C cada semana, mientras que las sábanas para personas con alergias o asma deben lavarse a 60 °C cada dos semanas.
La ropa de cama tras episodios de gripe o infecciones requiere un lavado a 60 °C después de cada episodio, y las mantas ligeras o edredones sintéticos se limpian mejor a 30–40 °C con ciclo delicado al final de la temporada..
Para mantener sábanas, fundas y edredones siempre frescos y en buen estado, es recomendable optar por detergentes ecológicos o dermatológicamente probados, evitar suavizantes de telas con base de silicona y secar la ropa al aire siempre que sea posible. Un mantenimiento adecuado no solo limita los olores persistentes, sino que también prolonga la vida útil incluso de los tejidos más delicados.
Sábanas siempre frescas
Cuidar la ropa de cama va mucho más allá de la lavadora. Elegir la temperatura de lavado adecuada, como los 40 °C recomendados para la mayoría de las sábanas, se convierte en una decisión informada que combina eficacia, cuidado de las fibras y ahorro energético, sin caer ni en la obsesión por la esterilidad ni en la negligencia cotidiana.
La higiene moderna se mide hoy por la capacidad de las familias para integrar la ciencia, la economía doméstica y la conciencia ambiental en la rutina diaria de lavar la ropa, logrando un hogar limpio, seguro y sostenible.