Vuelta al trabajo
Adiós a las vacaciones: el truco japonés que te ayudará a regresar a la rutina después del verano
El final del verano suele venir acompañado de desánimo y falta de energía. Sin embargo, una filosofía japonesa puede ayudarte a transformar ese regreso en una oportunidad para redescubrir lo que te motiva
El verano termina, ha vuelto septiembre, la agenda vuelve a llenarse (si es que no lo ha hecho ya) y muchos sienten ese conocido “bajón postvacacional”. Los horarios se ajustan de nuevo, las obligaciones se multiplican y la sensación de haber perdido la ligereza de las vacaciones se instala en la mente. Este choque entre descanso y rutina no es extraño: se calcula que un alto porcentaje de trabajadores experimenta síntomas de apatía o estrés en las primeras semanas de reincorporación.
La buena noticia es que no todo depende de fuerza de voluntad. Desde Japón llega un enfoque que puede hacer mucho más llevadero este proceso y que invita a replantearse el día a día con otra perspectiva: el ikigai.
¿Qué es el 'ikigai'?
La palabra ikigai podría traducirse como “la razón por la que nos levantamos cada mañana”. No se trata de una receta mágica ni de una moda pasajera, sino de una forma de entender la vida muy arraigada en la cultura japonesa. En su esencia, propone encontrar un punto de equilibrio entre cuatro factores: aquello que te apasiona, lo que sabes hacer bien, lo que aporta valor a los demás y lo que puede darte sustento económico.
Cuando estas piezas encajan, surge una sensación de propósito que ayuda a vivir con más motivación y coherencia.
Cómo aplicarlo en la vuelta al trabajo
Tras las vacaciones, el ikigai puede convertirse en una brújula para reencontrar el sentido de la rutina. No hace falta pensar en grandes cambios vitales; basta con introducir pequeños gestos que reconecten con lo que de verdad importa.
Por ejemplo, empezar el día preparando el desayuno con calma (el que se lo pueda permitir), reservar unos minutos para caminar antes de encender el ordenador o recuperar un hobby olvidado. Estos rituales sencillos actúan como recordatorios de que tu vida no se reduce a obligaciones, sino que incluye espacios que nutren tu bienestar.
Los psicólogos destacan que este tipo de prácticas reducen la ansiedad y aumentan la sensación de control. En lugar de afrontar septiembre como un castigo inevitable, el ikigai te anima a verlo como una oportunidad para reconectar con tus valores y prioridades.
A diferencia de otros métodos motivacionales, el ikigai no busca un cambio inmediato ni radical. Su fuerza reside en la constancia y en integrar pequeños hábitos de manera progresiva. Al hacerlo, no solomejora el estado de ánimo: también tiene efectos sobre la salud física, ya que la reducción del estrés repercute en la calidad del sueño, la energía y hasta en la longevidad.
En Japón, esta filosofía se asocia con comunidades longevas, especialmente en la isla de Okinawa, donde los habitantes suelen señalar su ikigai como la clave de una vida plena y duradera.
Un aliado para septiembre
Si septiembre suele convertirse en un muro difícil de escalar, el ikigai ofrece una alternativa: darle la vuelta a la rutina y transformarla en un espacio con sentido. Al identificar qué actividades te conectan contigo mismo y con lo que valoras, la vuelta al trabajo deja de percibirse como una obligación pesada y se convierte en una oportunidad para crecer.
Decir adiós a las vacaciones no tiene por qué equivaler a perder la motivación. El ikigai enseña que la clave está en alinear pasión, talento, misión y sustento. Desde ese punto de equilibrio, cada día cobra un nuevo significado.
Este otoño, en lugar de dejarte arrastrar por el bajón postvacacional, quizá merezca la pena mirar hacia la filosofía japonesa y descubrir que volver a la rutina también puede ser un viaje de reencuentro contigo mismo.