Hogar
¿Por qué no debes almacenar sartenes en el horno? Descubre los peligros ocultos
En algunos hogares, es común guardar las ollas y las sartenes en el cajón del horno. Sin embargo, esto podría no ser recomendable
Con el paso de los años, es completamente natural que nuestros hogares se llenen de una multitud de utensilios, electrodomésticos y piezas de vajilla. Esto plantea un desafío considerable a la hora de mantener un ambiente organizado y eficiente en el corazón de nuestra casa: la cocina.
Aprovecharemos cada rincón y recoveco disponible para almacenar todos nuestros preciados artículos de cocina. Desde estanterías hasta ganchos, pasando por cajones y cualquier otro espacio que pueda servir de refugio a nuestras herramientas culinarias, cada opción se explora y se utiliza al máximo. Algunos incluso recurren al horno para utilizarlo como si de un cajón se tratase.
Mejor buscar otro espacio
Es común que algunas familias utilicen este espacio para guardar las sartenes y las ollas, que son piezas especialmente voluminosas y que molestarían en cualquier otra estantería. Además, pueden retirarse fácilmente en el momento en que sea necesario utilizarlo. Sin embargo, aunque pueda parecer una solución de almacenamiento conveniente, podría no ser aconsejable usar el horno para guardar utensilios de cocina.
Primero, porque existe un riesgo muy real para la seguridad. Si alguien enciende el horno accidentalmente mientras hay utensilios almacenados dentro, esto podría causar un incendio. Además, los utensilios de cocina que no están diseñados para soportar altas temperaturas podrían derretirse o liberar gases tóxicos. En segundo lugar, almacenar cosas en el horno puede afectar su eficiencia.
En segundo lugar, el constante movimiento de utensilios dentro y fuera del horno puede causar desgaste y daño con el tiempo en las paredes internas del horno, afectando su funcionamiento a largo plazo. La puerta del horno también puede dañarse, especialmente si se abre y cierra con frecuencia. Si se rompe la puerta, el horno ya no serviría porque necesita estar cerrado para funcionar correctamente. Además, si se utiliza el horno como armario y se rompe, podría necesitar reparaciones que se podrían haber evitado.
El método de limpieza más efectivo
Para limpiar el horno de manera eficaz y natural, podemos utilizar el zumo de limón, gracias a su ácido cítrico, que es muy efectivo contra la suciedad y los malos olores. Este método es especialmente útil si mantenemos la limpieza del horno al día.
Para empezar, cortamos un limón en cuatro rodajas y lo sumergimos en una bandeja de horno con agua. Luego, introducimos la bandeja en el horno. Calentamos el horno a 200ºC y lo dejamos funcionar durante unos 30 minutos. El vapor que se crea a partir del agua y del ácido cítrico del zumo de limón ayuda a despegar completamente la grasa del interior del horno.
Si queremos ser más meticulosos y asegurarnos de que la limpieza sea perfecta, podemos exprimir primero el limón y mezclar el zumo directamente con el agua, en lugar de simplemente cortar el limón en rodajas. Esto podría resultar en una mayor cantidad de vapor y a un ritmo más rápido, pero no es absolutamente necesario.
Después de dejar el horno con el agua y el limón durante 30 minutos, podemos apagar el horno y retirar la bandeja del interior. Es importante no desechar la mezcla de agua y limón restante. Este líquido, ya sea en forma líquida o gaseosa, es muy útil para eliminar la grasa. Por lo tanto, una vez que hayamos limpiado toda la superficie del horno con un paño seco y que el líquido se haya enfriado, podemos empapar otro paño o esponja en él y usarlo para frotar cualquier resto de grasa que pueda haber quedado.
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