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El árbol que lo ha visto todo: 4.000 años de vida y aceitunas sin descanso

Su longevidad y productividad ofrecen claves importantes para la biología vegetal, la genética de cultivos y los esfuerzos de conservación

El árbol que lo ha visto todo: 4.000 años de vida y aceitunas sin descanso
El árbol que lo ha visto todo: 4.000 años de vida y aceitunas sin descansoEric Nagle/Wikimedia

En las laderas de la isla de Creta, específicamente en el pequeño pueblo de Ano Vouves, se alza un árbol singular que ha sobrevivido al paso de los siglos. Se trata del olivo monumental de Vouves, una auténtica joya botánica cuya antigüedad, según un estudio reciente, podría alcanzar los 4.000 años. Además de su longevidad, lo que lo hace aún más extraordinario es que continúa siendo fértil y produce aceitunas todos los años.

Un árbol milenario en pleno rendimiento

Este ejemplar pertenece a la especie Olea europaea L., la misma que ha acompañado a las culturas del Mediterráneo desde la prehistoria. Su localización en Creta es especialmente relevante, ya que en esta isla floreció la civilización minoica, una de las primeras en cultivar el olivo, alrededor del tercer milenio a.C. Esto sugiere que este árbol pudo haber sido testigo del esplendor del palacio de Cnosos, de las incursiones micénicas y de la posterior dominación romana.

Una silueta moldeada por el tiempo

El olivo de Vouves presenta una estructura especialmente llamativa: su tronco, con un diámetro de 4,6 metros, está retorcido, parcialmente hueco y con formas que parecen esculpidas por la erosión natural y el paso del tiempo. A pesar de su edad, su copa se mantiene sana y brota con vigor cada año.

Desafíos al datar un árbol sin núcleo

En 2021, un grupo de especialistas dirigidos por el profesor Mihalis Avramakis realizó el primer análisis científico exhaustivo del árbol, publicado en la revista Plants. La investigación abordó no solo su edad estimada, sino también su estado de salud.

Uno de los principales obstáculos fue que el núcleo del tronco ha desaparecido, un fenómeno común en olivos de edad avanzada debido a la descomposición de la madera central. Para superar esta limitación, los científicos recurrieron a una combinación de métodos no invasivos, tomografías computarizadas, cortes en ramas más recientes y técnicas de dendrocronología. También llevaron a cabo estudios histológicos, evaluaciones anatómicas de hojas y tallos y pruebas de germinación.

Revelaciones del estudio: un testigo de la historia en plena forma

Gracias al análisis de los anillos de crecimiento visibles y a las estimaciones basadas en tejidos jóvenes, el equipo científico concluyó que el árbol tiene una antigüedad aproximada de 4.000 años, lo que lo convierte en el ejemplar más antiguo conocido de Olea europaea que aún sigue vivo.

Lo más sorprendente es que el olivo continúa generando aceitunas en buen estado. Las hojas analizadas mostraron una estructura perfectamente normal, con estomas y tejidos similares a los de árboles jóvenes. La recolección de frutos durante el estudio confirmó que el árbol no solo sobrevive, sino que conserva una vitalidad activa.

Una forma cambiante que le ha dado longevidad

También se observó que la forma del tronco ha evolucionado significativamente. Las oquedades, giros y cavidades que presenta actualmente se deben a la acción del entorno, a podas históricas y a procesos biológicos. Lejos de considerarse signos de deterioro, estas transformaciones han favorecido su supervivencia, permitiendo la regeneración continua del tejido vegetal.

Este estudio demuestra que la vejez en los olivos no está necesariamente ligada a la pérdida de funcionalidad. Por el contrario, el caso de Vouves evidencia la impresionante capacidad de adaptación y resistencia de esta especie en climas mediterráneos.

Un símbolo cultural y científico del Mediterráneo

Debido a su relevancia histórica y ecológica, el olivo de Vouves ha sido protegido por las autoridades locales y es la pieza central del Museo del Olivo de Vouves, inaugurado en 2009. Sus aceitunas se recolectan a mano y se prensan en frío para elaborar un aceite muy especial, aunque no se comercializa. Algunas de sus ramas se han empleado en la confección de coronas para los Juegos Olímpicos modernos, lo que refuerza su condición de símbolo entre el pasado y el presente.

Esperanza para la biodiversidad vegetal

En un contexto de creciente amenaza para la flora mundial por el cambio climático, la pérdida de hábitats y las enfermedades, ejemplos como el olivo de Vouves resultan especialmente valiosos. Su longevidad y productividad ofrecen claves importantes para la biología vegetal, la genética de cultivos y los esfuerzos de conservación. Los autores del estudio concluyen que un mayor conocimiento sobre estos árboles monumentales puede proporcionar información vital sobre los mecanismos que permiten a ciertas especies alcanzar edades tan avanzadas sin perder funcionalidad.