Conmoción
Asesinan a tiros el obispo auxiliar de Los Ángeles, David O'Connell
El prelado, conocido como el "pacificador" por sus labores mediadoras, recibió un disparo en el pecho cuando se encontraba en una casa del sureste de la ciudad californiana
Monseñor David O'Connell, obispo auxiliar de Los Ángeles, que dedicó su vida de servicio a la Iglesia como "pacificador y defensor de los inmigrantes", falleció el pasado sábado a causa de una herida de bala en el pecho.
El cuerpo del prelado fue descubierto sobre la una de la tarde, hora local, en el suburbio de Hacienda Heights y fue declarado muerto en el lugar de los hechos, según informa Los Angeles Times y recoge Vatican News.
En un comunicado el domingo, el Departamento del Sheriff de Los Ángeles anunció una investigación sobre la muerte a tiros de un varón adulto, sin nombrar al obispo O'Connell. No se han facilitado detalles sobre un posible sospechoso o motivo.
El arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, hizo público el sábado un comunicado en el que expresaba su conmoción y tristeza por el "inesperado fallecimiento del obispo auxiliar David O'Connell". "Era un pacificador con corazón para los pobres y los inmigrantes, y sentía pasión por construir una comunidad en la que se honrara y protegiera la santidad y la dignidad de toda vida humana", destacó.
El Arzobispo Gómez también recordó al Obispo O'Connell, de 69 años, como un "buen amigo" al que echará mucho de menos. "Como sacerdote y más tarde como obispo aquí en Los Ángeles durante cuarenta y cinco años, el obispo Dave era un hombre de profunda oración que tenía un gran amor por Nuestra Santísima Madre", ha asegurado el arzobispo. Además, animó a todos a rezar por el difunto obispo y "por su familia en Irlanda".
El difunto obispo O'Connell nació en Cork (Irlanda) el 16 de agosto de 1953. Estudió Teología en el All Hallows College de Dublín, y fue ordenado sacerdote para la archidiócesis de Los Ángeles el 10 de junio de 1979. El Papa Francisco le nombró obispo auxiliar de Los Ángeles el 21 de junio de 2015. Tras su muerte, los fieles encendieron velas y rezaron el rosario cerca del lugar de su fallecimiento.
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