Estudio

Las bacterias de los hospitales proceden sobre todo del exterior

El ambiente hospitalario "no actúa como un punto de emisión de patógenos relevante hacia la ciudad", señala una investigación

La mayoría de bacterias y hongos detectados en las habitaciones estaban también en el exterior
La mayoría de bacterias y hongos detectados en las habitaciones estaban también en el exteriorEuropa Press

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han participado en un estudio sobre la presencia de microorganismos en el aire de un hospital de Madrid y sus alrededores para evaluar su impacto sobre la salud, revelando que la mayoría de las bacterias que hay en el interior tienen procedencia "mayoritariamente ambiental" del exterior, y que el hospital "no actúa como un punto de emisión de patógenos relevante hacia la ciudad".

En concreto, analizaron la calidad del aire en el Hospital Clínico San Carlos, en el marco de una investigación financiada por el Programa Airtec-CM de la Comunidad de Madrid, con ayuda de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), del Ciemat-CSIC y del Instituto de Investigación Sanitaria Hospital Clínico San Carlos (IdISSC).

Durante varias semanas, entre el verano de 2020 y el invierno de 2021, recogieron numerosas muestras de aire del interior de una habitación del hospital y de zonas del exterior, con el fin de estudiar la presencia de bacterias y de hongos empleando técnicas basadas en el análisis del material genético (ADN).

Al comparar las muestras de aire del interior y del exterior del hospital se observó que la mayor parte de las bacterias y hongos detectados en la habitación del hospital también estaban presentes en el aire exterior, lo que indicaría que su procedencia es "mayoritariamente ambiental".

Además, una de las conclusiones más relevantes del estudio ha sido constatar que el ambiente hospitalario "no actúa como un punto de emisión de patógenos relevante hacia la ciudad".

En concreto, al comparar las muestras de aire del interior y del exterior del hospital se comprobó que la mayor parte de las bacterias y hongos detectados en la habitación del hospital (que se mantuvo cerrada y sin actividad humana) también estaban presentes en el aire exterior.

Además, las variaciones estacionales en composición y abundancia relativa que experimentan los microorganismos en el exterior se observaron también en el interior.

Esto indicaría que su procedencia es mayoritariamente ambiental y que los microorganismos "logran infiltrarse en el interior del edificio" a través de los resquicios de puertas y ventanas impulsados por el viento, algo frecuente en todo tipo de edificios, incluyendo las casas.

Otro "hallazgo interesante", apuntan los autores del trabajo, fue identificar un grupo de bacterias que típicamente se encuentran asociadas a la piel del ser humano en las muestras de aire.

Los niveles de estas bacterias fueron siempre mayores en la habitación del hospital, lo que indicaría que la actividad que se realiza en el interior de los edificios "deja una huella particular", influenciando los microorganismos que podemos encontrar allí.

El estudio también se centraba en desvelar si en el hospital se acumulaban microorganismos patógenos y si estos "se podían diseminar hacia el exterior".

Los investigadores detectaron bajos niveles de microorganismos potencialmente peligrosos en el interior del edificio, pero también en el exterior y en zonas alejadas de la posible influencia del hospital.

La investigadora responsable del grupo BIO-MAT de la UPM, Ana M García, sostiene que los resultados obtenidos sugieren que este ambiente hospitalario "no actúa como un punto de emisión de patógenos relevante en la ciudad".

Adicionalmente, analizaron si abrir la ventana de la habitación tenía algún impacto sobre los microorganismos del interior, concluyendo que después de dos horas con la ventana abierta "no se producen cambios significativos".

Los autores matizan que, para lograr una "buena ventilación" en cuestión de hongos y bacterias, abrir las ventanas debería acompañarse de la apertura de puertas u otros sistemas activos, como ventiladores para crear corrientes que movilicen este tipo concreto de partículas.