Parto

Si tu bebé viene de nalgas, ¡no te preocupes! La versión cefálica externa es una maniobra que te ayudará

En los casos en los que el bebé viene de nalgas o en postura transversal es posible colocar de cabeza al bebé y evitar la realización de una cesárea

Versión cefálica externa
Versión cefálica externaQuirónsalud

Cuando un bebé se encuentra en la última etapa del embarazo y está de nalgas o de forma transversa en la placenta no puede nacer a través de un parto vaginal. Estos casos suelen terminar en una cesárea, una técnica también asociada a riesgos. Es por ello por lo que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), recomiendan la ‘versión cefálica externa’ como la maniobra de elección en caso de gestaciones a término donde el bebé no está colocado de cabeza. Según explica el doctor José Alberto Rodríguez León, ginecólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, y miembro del equipo de versión cefálica del hospital, consiste en una maniobra obstétrica que pretende convertir la presentación de cabeza –o cefálica-- de los embarazos que no lo están, si el bebé se encuentra de nalgas, o está colocado de forma transversa.

“Está indicada en todas las gestaciones únicas por encima de la semana 37, siempre que no haya contraindicaciones para el parto vaginal; y es que entre un 4 y un 5 por ciento de los embarazos a término el feto no se encuentra de cabeza, lo que contraindica el parto vaginal, porque está asociado a mayor riesgo de complicaciones”, remarca. Por su parte, la Dra. Myrna Assaf, miembro del equipo de versión externa del Hospital Quirónsalud Madrid, dice que no se recomienda esta técnica en gestaciones múltiples, en situaciones de malformaciones uterinas o fetales, o con compromiso fetal o bolsa rota. A su vez, explica que existen factores que hacen que esta técnica tenga más éxito, como su realización en madres multíparas, en presentación posterior de la placenta, y en casos más volumen de líquido amniótico. “No se ha apreciado relación entre una mayor edad gestacional y una mayor tasa de éxito de la versión externa”, apostilla.

Cómo se realiza

La doctora Patricia Carazo, especialista de este mismo centro hospitalario, señala que para la realización de este procedimiento se hace primero una valoración inicial de la paciente en consulta, donde se analizan posibles contraindicaciones, así como para explicarle la técnica. Entre las contraindicaciones de la versión cefálica recuerda que se encontrarían las propias del embarazo, así como todo aquello que contraindique un parto vaginal, u otros problemas graves como la tensión arterial o el poco líquido amniótico.

Esta técnica se basa, según prosigue, "en la manipulación externa del bebé, a través del abdomen materno, y con el fin de desplazar la pelvis fetal y dirigir su cabeza hacia la zona superior de la pelvis materna y así favorecer el encaje de la cabeza del bebé en la postura óptima para el parto vaginal".

Mientras, la doctora Myrna Assaf detalla que esta técnica se realiza en ingreso ambulatorio, de forma que la paciente se va de alta en el mismo día. “Se pone una medicación para que el útero esté relajado y sea más fácil hacer la maniobra, se monitoriza el bienestar fetal y materno y se procede la maniobra”, relata.

Equipo de GInecología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid
Equipo de GInecología del Hospital Universitario Quirónsalud MadridQuirónsalud

"La administración de la medicación para relajar el útero (tocolisis) se mantiene hasta finalizar el procedimiento, pues ha demostrado aumentar la tasa de éxito de la maniobra y reducir la tasa de cesáreas", explica la doctora Marta Fuentes, del mismo equipo que los anteriores.

Sí reconoce esta especialista que es una técnica “algo dolorosa”, y por la que se le administra a la madre analgesia inhalada con óxido nitroso, “un fármaco seguro para la madre y para el bebé”, que mejora la experiencia del paciente y la tolerancia al procedimiento. “También otros recursos son la música, la aromaterapia, la luz tenue para hacer el ambiente más tenue”, apostilla.

Esta técnica se ha de realizar siempre entre dos ginecólogos y una matrona, con monitorización del latido fetal, con disponibilidad de anestesista, y además en un área donde se pueda acceder con facilidad a quirófano porque, aunque es infrecuente, esta técnica puede llevar a practicar una cesárea urgente.

"Se trata de una maniobra suave en la que no se deben realizar movimientos bruscos. Si se presenta dolor intenso, si se detectan anomalías en la frecuencia cardiaca fetal, o si se realizan tres intentos fallidos se debe suspender", apunta por su parte el doctor Guillermo Fernández.

La tasa de éxito

Para aumentar las posibilidades de éxito de esta técnica es fundamental una valoración previa de los casos realizada por obstetras con experiencia, y que incluya la revisión de la historia clínica y una exploración ecográfica exhaustiva para determinar la colocación del feto. "También es muy importante explicar la técnica con detalle a los padres y resolver todas sus dudas. Suele programarse entre la semana 37 y la 40 de gestación", detalla la doctora Patricia Carazo, miembro del equipo de versión externa de Quirónsalud Madrid.

La tasa de éxito de la versión externa ronda el 60 por ciento, según la literatura científica tal y como sostiene, aunque depende del hospital y del equipo, afirma esta doctora (ratios entre el 40 y el 78 por ciento según la experiencia de los equipos). Además, subraya que la tasa de complicaciones descritas es muy baja, en torno a un 5% de complicaciones leves, como puede ser un mareo después de la medicación de la paciente, o alguna alteración transitoria del monitor, y sólo un 0,2% de complicaciones graves, que son las que llevarían al quirófano a hacer una cesárea.

"En el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid ya se han superado las 100 versiones externas que han conseguido dar la vuelta al feto y nuestra tasa de éxito es del 62 por ciento", explica el doctor Rodríguez León, que forma parte del equipo de versión externa junto a los doctores Patricia Carazo, Myrna Assaf, Guillermo Fernández y Marta Fuentes.

Tras el procedimiento, tanto si es exitoso como si no, se realiza una monitorización materno-fetal de una hora y si no se producen complicaciones la futura madre recibe el alta. "La gestante continuará seguimiento de consultas en obstetricia. Si se ha conseguido colocar el feto se intentará un parto vaginal en el momento oportuno y en caso de que la maniobra haya sido fallida se programará la cesárea con su ginecólogo habitual", concluye el Dr. Guillermo Fernández Lizana.