Iglesia Católica

Ni blanca ni negra: esta es la "fumata amarilla" del cónclave que se utilizó durante años para la elección del Papa

Tras el fallecimiento del Pontífice Francisco I, los cardenales del Vaticano se reúnen para seguir la voluntad del Espíritu Santo y nombrar al sucesor del representante de Dios en la Tierra

Ni blanca ni negra: esta es la "fumata amarilla" del cónclave que se utilizó durante años para la elección del Papa
Ni blanca ni negra: esta es la "fumata amarilla" del cónclave que se utilizó durante años para la elección del PapaLa Razón

El pontificado de Jorge Mario Bergoglio, conocido como el Papa Francisco a ojos de Dios, ha dejado un legado imborrable y, tras su muerte, los dirigentes principales de todo tipo de ideologías y religiones han mostrado su profundo pesar. Si es verdad que a lo largo de su mandato, el espíritu arriesgado que encumbró cada una de sus decisiones fue la consecuencia directa que motivó tanto a sus detractores, en sus múltiples críticas, como a sus fieles seguidores, con sus continuas alabanzas. Para bien o para mal, el antiguo Pontífice fue un ejemplo de sinceridad con su idiosincrasia, sin complejos.

Ahora, en el calendario eclesiástico, la fecha de relevancia que se tachará con una equis durante las próximas horas es el inicio del cónclave. La reunión que invoca la presencia de todos los cardenales en el Vaticano para que, con la ayuda y la bendición de Dios, elijan de manera conjunta al que será el próximo sucesor de san Pedro en el gobierno universal de la Iglesia católica y el vicario de Cristo. Es así como hoy, miércoles 7 de mayo de 2025, da comienzo la elección del nuevo Pontífice con un total de 133 cardenales reunidos en la sede central de la Iglesia.

Ante la incertidumbre que genera esta decisión, hay que recalcar que serán necesarios un total de 89 votos conjuntos para que el nuevo Papa sea elegido de una vez por todas. En este sentido, tras un primer análisis, la realidad es que todo apunta a que en la primera comparecencia del humo que emita la chimenea más famosa del Vaticano no se dilucide con claridad dicha voluntad. Aunque todo es tan incierto que esta misma tarde podría ser el momento indicado para que se alineen las papeletas y la noticia sea el nuevo nombramiento, solo el tiempo conoce la respuesta.

Fumata blanca o negra: ¿qué simboliza cada una?

Gran parte de los procedimientos que hoy se siguen en el recorrido del cónclave, entendido como la designación del padre espiritual de todos los fieles, encuentran su origen en el siglo XIII. La humareda que ilumina u oscurece la chimenea de la Capilla Sixtina ha adquirido diferentes significados a lo largo de su historia pero todos han sido relacionados con esta decisión conjunto. Por un lado, cuando es el color negro el que inunda el ambiente del Vaticano, tras horas de silencio y tensión dentro del oratorio más sagrado, simboliza la imprecisión de opiniones generales.

Por consiguiente, se procede a repetir el procedimiento para salir de dudas y, al fin, concretar al elegido que ocupará el puesto de máximo mandatario. El cónclave más largo de todos los registrados en el siglo XX requirió más de catorce votaciones. En la contraparte, la fumata blanca es la que por fin asegura que la decisión está tomada y que, por lo cual, se entonará el "Habemus Papam" durante los próximos instantes para notificar a los creyentes presentes el cardenal que guiará las decisiones de Cristo durante los próximos años. La última fumata, que nombró a Francisco I, tardó 24 horas en concretarse.

La "fumata amarilla": dejó de utilizarse en 2005

No obstante, algo que no muchos conocen es que hace décadas también se empleaba otro color a modo de práctica antes de comenzar con el funcionamiento lógico de la elección. Esta era la fumata amarilla, empleada como método de verificación de la estufa. Por el contrario, en 2005, con las implantaciones tecnológicas dentro de la estufa, a la que se le atribuyó un sistema electrónico para tratar de eludir problemas futuros, este humo amarillento desapareció, dejando a su paso un pasado que reluce y anticipa la llegada de la modernidad en el ámbito técnico de la Iglesia.