Informe

Los casos de racismo suben el 41,4% en un año

Hasta 740 casos entre agresiones físicas e insultos en situaciones contrarias a la convivencia

Una concentración contra el racismo en Madrid, en apoyo al futbolista Vinicius
Una concentración contra el racismo en Madrid, en apoyo al futbolista ViniciusDiego Radamés Europa Press

Un aumento del 41,4% de casos en 2022 respecto al informe 2021. Es el principal dato de la federación SOS Racismo en el informe que presentó ayer. Aumentan de forma importante los casos de agresiones y conflictos racistas, la limitación en el acceso a prestaciones y servicios públicos y privados, así como la discriminación laboral.

En el documento se recogen 740 actos racistas en todo el Estado, de los que la mayor parte tienen que ver con el conflictos y agresiones racistas, racismo institucional, siguiéndoles los casos relacionados con la denegación de acceso a prestaciones y servicios públicos, discriminación laboral o denegación de acceso a servicios privados. privados. Estas cifras en palabras de Elena Stasi, autora del informe, suponen «más allá de las cifras, una fotografía de una realidad que debemos poner encima de la mesa para abordar soluciones que eviten, no sólo los insultos, agresiones o conflictos vecinales que sufren estas personas, sino también el deterioro en la convivencia en nuestras localidades».

La federación añadió que junto al incremento se detecta que «ciertos actos racistas que en los últimos años sufren las personas racializadas, migrantes y gitanas día a día comienzan a verse como algo cotidiano que no merece la pena denunciar. Aun así, la mayoría de los casos de discriminación siguen permaneciendo ocultos, bien porque se sigue normalizando, bien por el desconocimiento de las víctimas, tal y como mostramos en nuestro informe».

Como solución a esta cuestión la investigadora Cecilia Themme alude a «mejorar la accesibilidad a la denuncia, así como generar mecanismos que trabajen para la reparación de las víctimas de este tipo de delito. Esto permitiría fomentar consensos sociales no sólo para pasar de adoptar medidas de lucha contra el racismo a políticas antirracistas, sino también para mejorar la convivencia».

Para mostrar el impacto de estos casos en la vida de las personas racializadas, migrantes y gitanas, el informe presenta testimonios reales que muestran esta realidad que muchas personas y partidos niegan, y que abarcan desde situaciones que se dan en el ámbito educativo como el que relata que «X tiene un hijo que estudia 6º de Primaria en un centro educativo de la comunidad gallega. Desde que empezó primaria su hijo, Y, recibe insultos racistas tales como ‘negro de mierda’ o ‘color de caca.’ Con cada uno de los insultos que su hijo le traslada X escribe por correo electrónico, pero nunca hacen nada al respecto».

Otro caso muestra el empeoramiento de la convivencia. Una familia «cuyos vecinos de arriba constantemente hacen mucho ruido por las noches; un día por la mañana a las 7:40 horas les pidió por favor que dejasen de hacer ruido y entonces la pareja de vecinos comenzó a insultar y amenazar con pegarle».