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Agencia Espacial Europea

Dos canicas azules llamadas Urano y Neptuno

Las últimas imágenes del Hubble muestran una novedosa visión de los dos planetas con una gran actividad meteorológica

Urano y Neptuno, fotografiados por el Hubble / ESA
Urano y Neptuno, fotografiados por el Hubble / ESAlarazon

El incombustible telescopio Hubble ha aportado dos imágenes nuevas de Urano y Neptuno, los dos planetas más inaccesibles y poco conocidos para el hombre. Solo habían sido visitados una vez, y de forma breve, cuando la sonda Voyager2 de la NASA sobrevoló el primero en 1986 y el segundo en 1989, capturando los únicos primeros planos detallados que tenemos de estos mundos lejanos.

Pero la soledad de estos planetas cambió con el telescopio espacial Hubble, que con una frecuencia más o menos anual ha ido siguiendo la evolución de estos distantes planetas a medida que experimentaban los dilatados cambios estacionales debidos a sus órbitas, de décadas de duración.

Un año uraniano equivale a 84de nuestros años, mientras que Neptuno tarda 165años terrestres en dar una vuelta al Sol. La última imagen proporcionada por la Agencia Espacial Europea (ESA) muestra ahora al planeta Urano (izquierda) lleno de actividad y a Neptuno (derecha) con una nueva tormenta oscura.

La imagen de Urano destaca por el gigantesco y brillante casquete que se extiende por el polo norte. Este, que podría deberse a los cambios estacionales en el flujo atmosférico, resulta mucho más prominente que en observaciones anteriores realizadas durante el sobrevuelo de la Voyager2, cuando el planeta, en pleno invierno, parecía tranquilo”, explica la ESA.

Los científicos creen que esta formación es el resultado de la extraordinaria rotación de Urano. A diferencia del resto de los planetas del Sistema Solar, el eje de Urano está prácticamente horizontal. Esta inclinación extrema hace que, durante el verano planetario, el Sol incida casi de pleno sobre su polo norte y nunca se ponga. El planeta ahora está acercándose a la mitad de su verano, que dura 21 años, por lo que la región polar es cada vez más prominente.

Cerca del límite del casquete polar se halla una gran nube de hielo de metano, mientras que otra nube más estrecha envuelve el planeta al norte de su ecuador, explican los científicos de la ESA. Se desconoce por qué estas bandas son tan estrechas, ya que tanto Urano como Neptuno cuentan con fuertes vientos de gran extensión que soplan hacia el oeste.

Las últimas imágenes muestran que Neptuno presenta una nueva tormenta oscura de casi 11.000km de diámetro, lo que equivaldría a la distancia de Lisboa (Portugal) a Tokio (Japón). Está acompañada de brillantes nubes “compañeras” blancas, formadas cuando el flujo de aire ambiental se ve perturbado y desviado hacia arriba por encima del vórtice oscuro, haciendo que los gases se congelen y formen cristales de hielo de metano. Al igual que la Gran Mancha Roja de Júpiter, los vórtices oscuros giran en sentido anticiclónico y parecen absorber material procedente de niveles más bajos de la atmósfera de este planeta helado.

Tanto Urano como Neptuno forman parte de los denominados “gigantes de hielo”, diferenciándose así de los gigantes gaseosos, como Júpiter y Saturno. No tienen una superficie sólida, sino que cuentan con capas de hidrógeno y helio que rodean un interior rico en agua, que a su vez podría envolver un núcleo rocoso. El metano de la atmósfera absorbe la luz roja, a la vez que permite que la luz verdiazulada se disperse al espacio, lo que confiere a estos planetas su característico color cian.

Según la agencia espacial europea, el análisis de estos planetas ayudará a los científicos a comprender mejor las diferencias y semejanzas de los planetas de nuestro Sistema Solar, así como de los miles de exoplanetas descubiertos en otros sistemas, la mayoría de los cuales tienen tamaños similares a los de Neptuno y Urano.

De hecho, la próxima misión exoplanetaria de la ESA, Cheops, se dedicará a analizar estrellas que se sabe que albergan planetas con tamaños entre la Tierra y Urano/Neptuno, para ofrecer una primera caracterización de la naturaleza de estos mundos extraños.

Gracias a la alineación favorable de Júpiter, que permitirán efectuar maniobras de asistencia gravitacional a finales de la década de 2020 y comienzos de la década de 2030, la NASA y la ESA también han estado estudiando conceptospara enviar una misión a los gigantes de hielo y conocer mejor esta categoría de planetas.