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Entrevista

Cristóbal López Romero: «Me tomo con cierto humor estar en las quinielas ‘‘papables’’»

El cardenal arzobispo de Rabat atendió a LA RAZÓN desde Roma en vísperas del cónclave

Rabat Archbishop Cristobal Lopez Romero Mosa'ab ElshamyAP

Con humor y contundencia asume el cardenal arzobispo de Rabat, Cristóbal López Romero, su inclusión en las quinielas de papables en vísperas del cónclave. Nacido hace 72 años en la localidad almeriense de Vélez-Rubio, toda una vida de servicio entre Europa, África y América Latina, será uno de los seis españoles que elegirán al sucesor de Francisco, al que considera «un padre, un amigo y un ejemplo de buen pastor».

¿Se ve con posibilidades de suceder a Francisco?

Absolutamente ninguna. Yo no estoy para eso: no tengo las capacidades ni estoy a la altura ni mucho menos. Ciertamente, como soy elector y estoy dentro del cónclave alguna posibilidad más que mi abuela tengo (risas). Pero no tengo ningún interés ni soy la persona más indicada. Vivo ajeno a todo eso y me lo tomo con cierto humor. Incluso me alegra de cierta manera estar en esas listas, porque hay un dicho muy famoso que dice que «quien entra en el cónclave como Papa, sale cardenal». Estate tranquilo que las aguas no irán por ese cauce.

Pero mucha gente le ha preguntado por ello. Habrá muchas razones.

El Espíritu Santo nos tiene un poco despistados a todos. Y nos sorprenderá a todos. Yo digo que nadie que esté en su sano juicio desea o quiere ser Papa. Porque, si lo desea, quiere decir que no está bien de la cabeza, no sabe la responsabilidad que eso supone, o no está bien del espíritu, porque está buscando el poder, la figuración o los honores o vete a saber qué. Lo importante no es quién sea sino que la persona que sea llamada a ese servicio responda a las necesidades de mundo y de la Iglesia en este momento. Que nos ayude, como ha hecho Francisco, a conectar con nuestros orígenes, que están en Cristo y en el Evangelio y al mismo tiempo conectar con el mundo al servicio del cual estamos.

Y ya que se descarta, ¿tiene algún favorito antes del cónclave? ¿Qué perfil tendrá el nuevo Papa?

No tengo ningún candidato porque conozco poco a los cardenales y vengo con los oídos bien abiertos para escuchar atento, descubrir la personalidad de cada uno de los cardenales y hacerme una idea de a quién se podría uno referir para responder a esas necesidades. Pero, si tuviese un candidato, tampoco te lo diría, me lo guardaría para mí. Lo de conservadores y progresistas son etiquetas inadecuadas y maniqueas; son la proyección de la política a un ambiente que no es político, aquí no hay programas ni campañas electorales. Nosotros, en cambio, pensamos en una persona que tenga cualidades humanas y de buen pastor, y gran fundamento cristiano y evangélico.

¿Cómo definiría al Papa Francisco como persona? ¿Qué recuerdo le deja?

Para mí, Francisco ha sido un padre, un hermano mayor, un amigo y un ejemplo de buen pastor. Como yo también tengo que ejercer el ministerio pastoral, para mí era una inspiración. Ha sido una persona que me ha ayudado a ir a fondo en las intuiciones evangélicas, que me ha conectado con las raíces pero también poniendo los pies sobre la tierra. He tenido mucha confianza en sus orientaciones y me he sentido muy identificado con lo que decía y más aún hacía, porque ha sido una persona que ha hablado más con los gestos y con los hechos que con las palabras.

¿Tuvo ocasión de tratarlo mucho?

Fue sobre todo en ocasión de su viaje apostólico a Rabat (30-31 de marzo de 2019), durante el cual tuve ocasión de estar con él en varios momentos. Posteriormente, tuve una audiencia personal con él en el Vaticano. Todo ello fue suficiente para establecer una sintonía y una afinidad espiritual. Me he sentido muy inspirado y muy sostenido por él.

¿Cree que el próximo Papado será una oportunidad para poner en valor el trabajo de la Iglesia en el norte de África y Oriente Medio, como el que hace su diócesis, la de Rabat?

El Pontificado de Francisco ha sido un gran avance en el diálogo islamo-cristiano y el conocimiento del resto de la cristiandad con respecto a nuestras iglesias minoritarias en ambiente musulmán. Francisco visitó Irak, Albania, Tierra Santa, Egipto, Marruecos e Indonesia. Marruecos y el norte de África eran totalmente desconocidos, por no decir ignorados. Ahora, sin embargo, estamos un poco en el candelero: recibimos peregrinaciones, grupos que se interesan por conocer nuestra realidad, somos consultados y escuchados, podemos compartir nuestra experiencia con las otras iglesias europeas y americanas. Eso es fruto del trabajo del Papa. A mí me gustaría que todo eso continúe porque es una riqueza para la Iglesia. Y, como ya dijo Juan Pablo II, la iglesia universal sin las iglesias del norte de África sería menos católica. Nosotros hacemos que la Iglesia sea más universal, más católica.

Esto enlaza con la nueva evangelización a la que llamó el Papa Juan Pablo II.

Juan Pablo II lanzó la Nueva Evangelización refiriéndose a que debería ser nueva en sus métodos, contenidos y ardor y en nuestros países se ha concretizado en la evangelización y el apostolado de la verdad y el testimonio: una evangelización que no se hace tanto con la lengua sino con toda la personalidad, a través del ejemplo y del trabajo en conjunto con otras personas. Es un cambio bastante importante: desarrollar un servicio al mundo que consiste en mostrar con los hechos y el testimonio que Cristo es nuestro Salvador y Señor. Es un mensaje que debemos transmitir a las iglesias de larga tradición cristiana: no estamos para agrandar la Iglesia, sino para hacer crecer el reino de Dios. Eso nos coloca en una postura de colaboración con los creyentes de otras religiones que comparten con nosotros muchos elementos de la fe. Podemos trabajar juntos.