Cocina
Deja de usar la cacerola para cocer los huevos: este método garantiza yemas perfectas siempre
Un truco doméstico está revolucionando la forma de cocer huevos y promete resultados impecables sin tener que vigilar una olla
Pocos alimentos son tan sencillos y, al mismo tiempo, tan desesperantes como un huevo. Que si la clara queda gomosa, que si la yema se pasa, que si el temporizador se te olvida un minuto y ya no hay vuelta atrás. Cocer un huevo debería ser la tarea más básica de la cocina, pero la realidad es que no todo el mundo domina el punto exacto. En muchas casas, la escena es la misma: cacerola en el fuego, burbujeo constante y un ojo puesto en la cuenta atrás. Sin embargo, hay quienes aseguran que todo ese ritual es más complicado de lo necesario.
En los últimos años, un electrodoméstico ha ganado un protagonismo inesperado en las cocinas: la freidora de aire. Según datos de Statista, más de la mitad de los hogares británicos ya cuentan con una, y España sigue un ritmo parecido. Originalmente pensada para “freír” con menos aceite, su versatilidad ha dado pie a usos tan variados como hornear bizcochos, hacer verduras crujientes… y ahora, incluso cocer huevos.
Cómo cocer un huevo de manera perfecta
La idea puede sonar contraintuitiva. ¿Cómo se va a cocer un huevo sin sumergirlo en agua? Pero varios especialistas en manipulación y preparación de huevos aseguran que sí es posible, y que el resultado no solo iguala al de la cacerola tradicional, sino que lo supera. La clave está en el control preciso de la temperatura, un punto en el que las freidoras de aire destacan. A diferencia de una olla que hierva a borbotones, y cuyo calor fluctúa en función del fuego o la potencia, un aparato de aire caliente mantiene los grados constantes durante todo el proceso.
Este tipo de cocción más estable evita los picos altos que endurecen en exceso la yema y permite reproducir un entorno similar al de un baño caliente, pero sin la complicación del agua hirviendo. Para quienes sufren con las cáscaras que se rompen, los tiempos imprecisos o el caos de platos pendientes de lavar, este sistema supone un pequeño alivio doméstico.
Cómo funciona el método que todos están probando
El procedimiento es sorprendentemente simple. No requiere rejillas especiales, moldes ni accesorios. Solo la freidora de aire, los huevos y un bol con agua muy fría. A partir de aquí, el proceso se asemeja más a un horneado suave que a una cocción tradicional.
- 1. Precalentar el aparato. La mayoría de expertos sugieren situarlo en torno a 140 ºC. Esta temperatura, según la Food Standards Agency, es suficiente para garantizar la correcta cocción del huevo a la vez que respeta la textura de la yema.
- 2. Colocar los huevos directamente en la cesta. No hace falta envolverlos ni apoyarlos sobre papel de aluminio. El calor circula de forma uniforme, de modo que la superficie del huevo se calienta progresivamente.
- 3. Cocinar durante unos ocho minutos. Este tiempo produce yemas suaves y ligeramente cremosas, aunque se puede prolongar uno o dos minutos si se prefiere un interior más firme.
- 4. Enfriar de inmediato. Al finalizar, es fundamental pasarlos a un baño de agua con hielo. Este choque térmico detiene la cocción interna, mantiene el punto exacto de la yema y facilita enormemente el pelado.
- 5. Listos para consumir. Tras dos minutos en el agua fría, la cáscara debería desprenderse casi sin esfuerzo y el interior presentar un tono brillante y uniforme.
¿Por qué este método se está volviendo tan popular?
Además de la precisión, la comodidad juega un papel decisivo. La freidora de aire no requiere supervisión; basta con programar el tiempo y esperar. Tampoco genera vapor, ni salpicaduras, ni platos adicionales que lavar. Para quienes desayunan huevos a diario o preparan varios de una vez para la semana, el ahorro de tiempo es evidente.
No es una moda pasajera: es la consecuencia lógica de un electrodoméstico cada vez más presente y más versátil. Si estás cansado de vigilar la olla o de que tus huevos no queden siempre iguales, este sistema vale la pena. Puede que la cacerola siga siendo un clásico, pero la freidora de aire ha demostrado que, incluso en algo tan cotidiano como cocer un huevo, aún hay margen para mejorar.