Salud

El ejercicio físico regular estimula el crecimiento neuronal y protege del deterioro cognitivo

La doctora María Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra, destaca el papel del deporte en la activación de proteínas clave para el cerebro

El investigador Eduardo Salinas y los doctores María Cruz Rodríguez Oroz y Miguel Germán Borda
El investigador Eduardo Salinas y los doctores María Cruz Rodríguez Oroz y Miguel Germán Borda Clínica Universidad de Navarra

La práctica habitual de ejercicio físico no solo fortalece el cuerpo, sino que desencadena procesos bioquímicos que benefician directamente al cerebro. Esta actividad favorece, específicamente, la producción de sustancias que estimulan el crecimiento de nuevas neuronas y contribuye a preservar la función cognitiva a lo largo del tiempo.

La doctora María Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología de la Clínica Universidad de Navarra, explica: “Durante el ejercicio, el músculo libera mioquinas que actúan sobre el cerebro y aumentan los niveles de la Brain Derived Neurotrophic Factor, una proteína fundamental para mantener activas las conexiones neuronales”. Esta acción tiene un impacto directo sobre la memoria, la capacidad de aprendizaje y la resistencia frente a enfermedades como el alzhéimer o el párkinson.

El ejercicio genera un potente efecto antiinflamatorio que lo convierte en un aliado contra los procesos neurodegenerativos. “La inflamación es una de las vías más importantes por las que se desarrollan muchas enfermedades del sistema nervioso. Al mantenerla a raya, también se mejora la calidad del sueño, lo cual refuerza la protección cerebral”, indica Rodríguez Oroz.

Este beneficio se vuelve especialmente relevante en personas mayores. El doctor Miguel Germán Borda, geriatra con dedicación preferente a la Neurogeriatría en la Clínica, destaca, por su parte, que “a partir de cierta edad, el músculo comienza a deteriorarse rápidamente si no se estimula. El ejercicio, en especial el de fuerza, ayuda a frenar la pérdida de masa muscular, previene la fragilidad y reduce la dependencia”.

Pese a ello, los datos del último barómetro deportivo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revelan que más de la mitad de los españoles no practica deporte con regularidad, una tendencia que se acentúa en edades avanzadas. “Dejar a las personas mayores inactivas es un error. Su bienestar físico y mental depende, en gran parte, del movimiento”, subraya el doctor Borda.

Los beneficios del deporte no se limitan al ámbito neurológico. También es una herramienta eficaz en la regulación del estado de ánimo. “La actividad física favorece la liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están directamente relacionados con el bienestar emocional”, señala Julen Arellano, residente de Psicología Clínica con dedicación preferente a la Psicología del Deporte.

Además, practicar ejercicio permite desconectar de las preocupaciones, centrarse en metas alcanzables y reforzar la autoestima a través del progreso personal. “En el caso de los deportes grupales, se suma un componente social que favorece las habilidades interpersonales y el sentido de pertenencia, pero incluso disciplinas individuales como el running generan oportunidades de interacción”, añade Arellano.

En contextos de ansiedad, estrés o trastornos como el TDAH, el ejercicio puede tener un efecto terapéutico significativo. “En personas con hiperactividad, los deportes estructurados con reglas claras mejoran la atención y ayudan a canalizar la energía de forma saludable”, apunta el psicólogo.

Aun así, los especialistas insisten en la importancia de mantener un equilibrio. El sobreentrenamiento, especialmente cuando va acompañado de una preocupación excesiva por el aspecto físico o la alimentación, puede derivar en problemas de salud mental. “El deporte debe formar parte de un estilo de vida saludable, pero sin convertirse en una fuente de presión”, concluye Arellano.