Papel

El objetivo de El Chicle: mujeres jóvenes, morenas y de pelo largo

El primer auto de prisión al que ha tenido acceso LA RAZÓN describe las similitudes entre el intento de rapto de diciembre y la joven madrileña

José Enrique Abuín Gey, El Chicle, tras prestar declaración ante el juez
José Enrique Abuín Gey, El Chicle, tras prestar declaración ante el juezlarazon

El primer auto de prisión al que ha tenido acceso LA RAZÓN describe las similitudes entre el intento de rapto de diciembre y la joven madrileña.

El pasado 1 de enero, el juez del Juzgado de Instrucción Número 3 de Ribeira redactó un auto detallado, explicando, de forma pormenorizada, por qué José Enrique Abuín, alias El Chicle, debía ingresar en prisión sin fianza e incomunicada. «Existen indicios razonables de la comisión, por parte del investigado, de delitos contra la vida (asesinato concurriendo la circunstancia de alevosía) y contra la libertad», relata el auto al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Y consideró la necesidad de que ingresara inmediatamente en prisión para «evitar la reiteración delictiva», así como «para evitar el riesgo de fuga del investigado y la destrucción de medios de prueba».

Pero no sólo eso, una de las claves más importantes del auto es que explica el vínculo que une la denuncia de la joven a la que intentó retener El Chicle el pasado 25 de diciembre con Diana Quer. «En los dos asuntos investigados se advierten similitudes que no se reputan casuales, aún en este momento inicial de las actuaciones. En ambos casos nos encontramos entre mujeres jóvenes de entre 18 y 30 años; con características físicas similares (cabello moreno y largo)», a lo que añade el «modus operandi» del presunto asesino de la joven madrileña: Son «asaltadas en lugares aislados y en los que se pretendió su incomunicación mediante la inutilización de su terminal móvil. Entre ambos hechos transcurrieron, además, 16 meses, lo que sustenta la alta probabilidad de reiteración delictiva». Y es que como han apuntado a este diario en varios momentos fuentes de la investigación, en un momento en el que El Chicle creía que era capaz de repetir lo que ocurrió aquella noche de agosto en A Pobra do Caramiñal fue cuando intentó retener a la joven de Boiro, la misma noche de Navidad, pero ella, como relató al juez no sólo fue capaz de pararle los pies, si no que también retuvo su cara y su matrícula en la retina.

Al día siguiente de que ocurrieran los hechos, la joven acudió a comisaría y relató, «con un discurso claro, contundente y muy minucioso», lo que ocurrió aquella noche y así lo recoge el auto: «Mientras iba chateando con amigos por la Rúa Bao, en una zona poco luminosa vio un coche que tenía la puerta del piloto abierta y un varón apoyado en ella. Al pasar a su lado le dijo: ‘‘Dame el móvil’’ y le rodeó por el cuello, a la vez que le ponía un objeto punzante». En ese momento se encontraban frente a frente y le volvió a exigir el teléfono, ella le ofreció 20 euros, para no quedarse incomunicada. Ante su negativa, se pudo nervioso y la amenazó con el cuchillo para que entrara en el coche. Ella se negó y el optó por cambiar de tono e intento convencerla mientras le acariciaba los brazos. Ella comenzó a andar hacia atrás, a huir de él y aprovechó para fijarse en la matrícula del coche. Él «se percató y se abalanzó sobre ella. La giró y la empujó sobre el maletero, que estaba abierto en ese momento». Ella empezó a pedir ayuda, mientras «el agresor empujaba sus piernas hacia dentro del maletero, para procurar cerrarlo». Pero no lo consiguió por la resistencia de ella. Mientras se producía este forcejeo, «advirtió la presencia de dos varones que se acercaban al lugar de los hechos y pidió auxilio de nuevo. Gritó que estaban intentando secuestrarla y que, además, el agresor tenía un cuchillo. El agresor, al percibir la presencia de terceros, cerró el maletero y emprendió la huida del vehículo». A esta detallada declaración se suma, como prueba, un audio de WhatsApp en el que «se escucha perfectamente cómo un varón le pide el móvil y le amenaza con cortarle con un objeto si no se lo da». Como tercer elemento incriminatorio incluyen el parte médico del hospital al que acudió hora y media después del intento de agresión. En él «se concluye que sufrió lesiones» en varios puntos de los brazos y de las rodillas.

También aporta detalles de Abuín: «De complexión normal tirando a fuerte, pelo claro y de punta. Recordaba como rasgo característico sus labios y su dentadura, que sobresalía particularmente». Con todo, «el relato no ofrece dudas de credibilidad».

El magistrado, en su auto, también detalla cómo el caso de esta joven está ligado a la desaparición de Diana Quer. En concreto, cómo el agresor de la chica de Boiro podría ser el mismo que raptó a la joven de Madrid. Todo ello, gracias a los teléfonos móviles. En el auto se detalla cómo los investigadores han conseguido determinar «cuál fue su itinerario el día que desapareció», al rescatar la memoria interna del terminal. De este modo, determinan que a las 2:28 horas, Diana iba camino a su casa de A Pobra. «Posteriormente, a las 2:51, las coordenadas de su teléfono lo ubicaban en la carretera AC 302». Poco después se situaría en Taragoña (Rianxo). Se desplazó seis kilómetros en siete minutos. Por ello, «se tuvo que realizar en vehículo». Con la ayuda de una cámara, los investigadores fueron capaces de determinar que el coche era el Alfa Romero de Enrique Abuín. Su teléfono también le situaba en el mismo punto, pero él se negó a declarar en sede judicial. Sí lo hizo, como describe el auto, «en sede policial», donde ofreció dos versiones hasta que llevó a los agentes hasta el cuerpo de Diana.

A las tres de la tarde de ayer, cesó la incomunicació de El Chicle en la cárcel de Teixeiro. Está en régimen de vida ordinaria y ya puede llamar por teléfono. Permanece en el módulo de ingresos. El próximo lunes se solicitará su traslado a otro centro, según ha podido saber este diario.