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Jardinería
Transformar basura en recurso ya no es solo un eslogan de reciclaje: en un reciente artículo, una jardinera compartió cómo reutilizar cajas de cartón viejas para preparar parterres de cultivo y combatir malezas con un truco sencillo y ecológico.
La estrategia es simple pero ingeniosa: se extiende una capa de cartón corrugado sobre la zona que se desea plantar o preparar para cultivo, retirando cinta de embalaje o plásticos añadidos, y se perfora o humedece para facilitar el contacto con el suelo. Luego se retira parte de la cubierta del cartón o se lo deja en el sitio y se añade una capa de tierra o compost encima. De este modo, el cartón actúa como barrera inicial para las malas hierbas y ayuda a incorporar materia orgánica a medida que se degrada. Según la jardinera, “el truco se completa en apenas cinco minutos y convierte cajas de entrega en maceteros o camas de cultivo listas para plantar”.
La técnica forma parte de la corriente “no-dig” o sin laboreo profundo, donde se evita remover intensamente el suelo, y en su lugar se apuesta por capas de cobertura que mejoran la estructura del terreno y fomentan la actividad biológica.
Aunque la idea es atractiva por su bajo coste y por el aprovechamiento de materiales reciclados, la evidencia científica es menos concluyente. Un artículo crítico de especialistas en ciencia del suelo advierte que el cartón, especialmente cuando se usa como “parche” para cubrir suelo, puede reducir la difusión de gases (como oxígeno y dióxido de carbono) hacia el suelo hasta 10 veces más que otros mantillos como la astilla de madera.
Esto implica que, aunque el cartón pueda controlar malezas eficazmente, podría comprometer la salud del suelo si se usa en exceso o sin añadir materia orgánica adicional. Sin embargo, no todo es negativo: otros estudios y experiencias prácticas muestran que, cuando se combina con compost o se usa en capas finas, el cartón sí puede mejorar la retención de humedad y reducir el trabajo manual.
En definitiva, el truco funciona, pero con matices: es más efectivo cuando se integra en una estrategia más amplia de mantenimiento del suelo y no como única solución.
Para aplicar esta técnica en tu jardín o huerto, asegúrate de empezar con un área bien limpia: retira maleza, piedras grandes y nivela el terreno. Luego, coloca las cajas de cartón extendidas y sin cintas plásticas. Haz unos cortes o perforaciones para facilitar el paso de raíces o aire al suelo. Humedécelo ligeramente para que se adapte. Sobre él, añade una capa de 5-10 cm de tierra, compost o mantillo y planta directamente o espera unas semanas para estabilizar la superficie.
Evita cubrir el cartón con materiales compactantes sin huecos (como capas gruesas de plástico o materiales impermeables), ya que eso puede agravar los efectos de reducción de aireación. Si vas a usarlo en el largo plazo, considera alternar con mantillo orgánico (hojas, paja, astilla) para mejorar la biodiversidad del suelo.
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