
Limpieza
Esta prenda que nunca lavas está llena de gérmenes: la usas todos los días
Deberías saber que esta prenda de tu armario requiere más limpieza de lo que crees

La época de la pandemia nos recordó que la higiene cotidiana es esencial para la salud. Sin embargo, muchos pasamos por alto la limpieza de ciertas prendas que nos acompañan a diario.
Cuando salimos de casa, estamos expuestos a gérmenes, bacterias y hongos presentes en aire, superficies y personas. Esos microorganismos se adhieren con facilidad a nuestra ropa, se alimentan de polvo, células muertas y humedad, y se multiplican sin que lo notemos.
¿Qué tipo de prendas sueles olvidar meter a la lavadora?
Los expertos en microbiología textil afirman que casi todas las piezas exteriores actúan como conducto de patógenos. Pero hay algunas que, por su material o uso constante, concentran una carga microbiana mucho mayor de la que imaginamos.
Charles Gerba, microbiólogo de la Universidad de Arizona, explica que los guantes son uno de los mayores focos de gérmenes cuando se usan en espacios públicos cerrados, como el transporte subterráneo o centros comerciales poco ventilados.
Para los guantes de tela, recomienda un lavado semanal con el agua más caliente que tolere la etiqueta. Los de cuero necesitan otro método, limpiarlos cada siete días con una mezcla de agua tibia y jabón especial para cuero, eso hace que elimine residuos también prolongando la vida del material.
La frecuencia con la que debes lavar el abrigo que llevas todos los días
Los científicos coinciden en que la verdadera "bomba de bacterias" del invierno es el abrigo que usamos a diario. Según los expertos, tras dos días continuos de uso sin lavado, la solapa de un abrigo puede superar en densidad microbiana a un teclado de oficina sin desinfectar durante una semana.

El problema se agrava porque muchas personas solo la limpian al final de la temporada, y otras ni siquiera entonces. El calor corporal crea en su interior un microclima templado, ideal para que las bacterias se reproduzcan con rapidez. Además, cuellos y puños acumulan grasa cutánea que actúa de pegamento para polvo y partículas virales presentes en el aire urbano.
Lo más aconsejable sería integrar el abrigo en la rutina de lavado con agua caliente y detergente antibacteriano cada diez días si el tejido lo permite, o una limpieza profesional mensual en el caso de lanas delicadas y plumas.
Entre lavados, un ciclo de vapor a alta temperatura reduce hasta un 90 % la población de gérmenes. Para abrigos impermeables o de cuero, basta con pasar un paño húmedo con jabón neutro cada semana y dejar secar completamente antes de guardarlos.
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