
Juicio en Bruselas
"Estaba ciego de amor", dice el exnovio de la enfermera española que recibió 153 puñaladas
César Arribas reconoce que acuchilló en 2022 a Teresa Rodríguez, de 23 años, hasta matarla

El juicio por el asesinato en Bruselas de la enfermera española Teresa Rodríguez Llamazares a los 23 años, presuntamente a manos de su expareja, César Arribas Calvo, ha comenzado este jueves en la capital belga casi tres años después del suceso; con una primera sesión en la que el acusado ha dicho que perdió el "control" y reconocido que la apuñaló hasta matarla.
"Estaba ciego por el amor, era también una obsesión", ha reconocido Arribas, de 26 años y guardia civil en prácticas en el momento de los hechos -ahora expulsado del cuerpo-, a preguntas de la presidenta del Tribunal por la razón por la que viajó a Bruselas a pesar de que la relación estaba rota, informa Ep.
El caso será examinado durante una semana por el Tribunal de lo penal de Bruselas en la Sala Solemne compuesta por tres juezas y ante un jurado popular de ocho hombres y cuatro mujeres, cuyas deliberaciones finales se esperan para el jueves 16 de octubre.
Según la lectura del acto de acusación leído por la Abogada General (Fiscalía), el acusado se enfrenta a los cargos de asesinato -en tanto que homicidio voluntario y premeditado- y de posesión de elementos punzantes para su uso como arma.
En el mismo informe se recoge que distintas pruebas realizadas a César Arribas Calvo con posterioridad descartan que el autor confeso estuviera en el momento del asesinato bajo problemas mentales que suprimieran su capacidad de discernir o de control de sus actos.
Aunque las penas que pide la Fiscalía por los hechos no se conocerán hasta el final del proceso, en Bélgica el delito de asesinato con premeditación se pena con cadena perpetua.
Los hechos se remontan a la madrugada del 27 de octubre de 2022, cuando la expareja de Teresa Rodríguez le asestó 153 puñaladas con dos cuchillos distintos a la víctima, que se encontraba tumbada en la cama de su habitación.
Tras comprobar que la joven no se movía, el agresor se dirigió a la ventana y se precipitó al vacío intentando subir hasta el piso superior por la fachada, según ha narrado él en el juicio con la intención de suicidarse.
A las preguntas de las juezas, la expareja de Rodríguez ha asegurado que en el momento de los hechos "estaba totalmente perdido, obcecado en que no podría rehacer" su vida y que asoció toda su "existencia a la de Teresa".
Durante la declaración de los padres de la víctima, la madre ha cuestionado la versión del acusado y ha afirmado que "no siempre dice la verdad", al tiempo que ha subrayado que la pareja rompió su relación antes de que ella se fuera a Bruselas, pese a que Arribas sostiene que fue por teléfono cuando la joven enfermera estaba ya instalada en su nueva ciudad de residencia. También ha definido a Arribas como "controlador", no sólo con su pareja sino con todo el mundo.
Como otro ejemplo de contradicciones, la madre de Teresa ha afirmado que Arribas sabía que la compañera de piso de la víctima no estaría ese día en casa porque se había ido por el fallecimiento de su abuela, algo que niega el acusado, quien admite saber que iba a irse por esta razón pero no la fecha en que lo haría.
Prácticas en Bruselas
Rodríguez se había mudado meses atrás a Bruselas, en junio de 2022, para iniciar un año de formación como enfermera y realizar prácticas en el departamento de oncología en el Instituto Jules Bordet.
Arribas ha narrado cómo decidió comprar un billete de avión el 26 de septiembre para ir a Bruselas para "recuperar a Teresa", días después de que ella le dijera por teléfono que quería romper la relación. El 1 octubre supo, además, que ella había iniciado tras la ruptura una relación con un estudiante alemán que había conocido en la capital belga, pero Arribas quiso seguir adelante con su viaje a verla.
Adquirió el vuelo el 26 de septiembre para volar a Bruselas un mes después y, aunque en los primeros días se alojó en el domicilio de la víctima, la última noche antes de los hechos los pasó en un albergue próximo porque ella, según ha relatado el propio acusado, "se sentía incómoda" con él en casa y le había pedido que se fuera.
Durante su declaración ante el tribunal, Arribas Calvo ha pedido "perdón" en varia ocasiones a la familia de la víctima y a la suya propia, al tiempo que ha insistido en que estaba muy alterado y que no supo medir sus actos.
De este modo, ha descrito cómo llamó a la puerta de la víctima pasadas las 6:00 horas con la excusa de recuperar unas tarjetas olvidadas y que, una vez que ella le dejó pasar, se dirigió a la cocina para coger los cuchillos y fue después hasta la habitación de ella y apagó la luz para "no ver lo que iba a hacer ni que ella viera lo que iba a hacer".
También ha explicado cómo la escuchó "gritar" repetidamente, pero no ha querido responder a las preguntas de si ella intentó escapar y él fue tras ella.
A lo largo de la vista también se ha conocido que mientras Arribas estuvo la víspera en el albergue realizó distintas búsquedas en Internet relacionadas con cómo matar a alguien y cómo comprar cuchillos de Ikea.
Los investigadores, además, hallaron en uno de los dispositivos del agresor el borrador de una nota que nunca llegó a enviar y en la que pedía perdón "por lo que iba a hacer".
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