Hogar

Este motivo hace que tu nevera aumente el gasto energético: así lo puedes solucionar

Cuida tus electrodomésticos con estos sencillos consejos y evita reparaciones innecesarias

Este motivo hace que tu nevera aumente el gasto energético: así lo puedes solucionar
Este motivo hace que tu nevera aumente el gasto energético: así lo puedes solucionarFreepik

Una nevera que ya no cierra como antes no siempre necesita una reparación cara. Muchas veces, el problema está en un detalle tan pequeño como la goma de la puerta, esa pieza encargada de mantener el frío dentro y evitar un mayor gasto energético.

Cuando la goma pierde flexibilidad o acumula suciedad, deja de sellar correctamente. Esto provoca fugas de aire frío y obliga al electrodoméstico a trabajar más de la cuenta, con el consiguiente aumento en la factura de la luz. A menudo, el propietario piensa en fallos graves como el motor o el termostato, cuando en realidad se trata de una avería menor.

En redes sociales, un remedio doméstico ha despertado la atención de miles de usuarios por su eficacia y bajo coste. La técnica consiste en aplicar calor directo sobre la goma con un secador de pelo. El calor devuelve elasticidad al material y permite que recupere su forma original, mejorando el ajuste con la estructura de la puerta. Según quienes han probado el truco, el resultado se nota en cuestión de segundos: la nevera vuelve a cerrar de forma hermética y se evita el derroche energético.

¿Solución temporal o definitiva?

Pese a su eficacia, el método no sirve en todos los casos. Si la goma ya está muy deteriorada, presenta cortes o se ha endurecido en exceso, la única alternativa es sustituirla. Las juntas de recambio son económicas y fáciles de encontrar, por lo que cambiarlas puede ser una solución más práctica y duradera que intentar recuperarlas.

Estos consejos sencillos de mantenimiento no solo alargan la vida de los electrodomésticos, sino que también ayudan a reducir el consumo energético y evitar reparaciones innecesarias.

En este caso, la clave está en prestar atención a un componente muchas veces olvidado, pero esencial para el buen funcionamiento de la nevera.