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Salud

Gimnasia contra el cáncer de colon

Un estudio sugiere que el ejercicio puede ayudar a combatir la enfermedad

Un ensayo establece conexiones directas entre el deporte y la destrucción de células tumorales DREAMSTIMELA RAZÓN

Que el ejercicio físico es bueno, al menos casi siempre, nadie lo niega. Los efectos positivos de una actividad deportiva adecuada a la edad y las condiciones personales son indiscutibles. Sin embargo, no es fácil atribuir efectos concretos sobre la salud en la mayoría de los casos. Sabemos que funciona, pero ¿cómo y por qué? Todavía no son muchos los estudios que arrojen evidencias específicas sobre la relación directa entre un tipo de ejercicio y tal o cual mejora de la salud. Se sigue investigando, y mucho, en ello. Algunas áreas, como la salud cardiovascular y la endocrinología, están más nutridas de datos favorables. ¿Sería posible establecer también esa relación entre la gimnasia y el cáncer? Un estudio publicado esta semana en New England Journal of Medicine da un paso adelante en esa dirección.

Se trata de la salida a la luz de los resultados de un estudio clínico en fase 3 realizado en Canadá con más de 900 voluntarios que habían sido sometidos a cirugía y quimioterapia tras diagnosticárseles un cáncer de colon. A la luz del trabajo, la práctica de ejercicio podría beneficiar la recuperación de estos pacientes.

Los 900 participantes fueron divididos en dos grupos según fueran practicantes asiduos de algún tipo de actividad física regulada o no. La investigación parece demostrar que aquellos que hacían rutinas deportivas tenían un 28% de probabilidades de que su tumor reapareciera, de que aparecieran otros cánceres y de morir en los ocho años posteriores a su primer tratamiento.

En el ensayo clínico, se solicitó a un grupo de participantes que se sometieran a un programa de entrenamiento fijo después de la quimioterapia. La intención era lograr que estas personas realizaran un esfuerzo al menos dos veces mayor que el que habitualmente está tasado para los individuos de su edad sanos. Por ejemplo, realizar tres o cuatro horas de caminatas a buena velocidad cada semana de al menos una hora cada una. Los seleccionados realizaban el ejercicio asistidos por un entrenador el primer mes y luego tenían sesiones de seguimiento cada 30 días.

Al pasar los primeros tres años de trabajo los datos son sorprendentes: el 80% de las personas que se ejercitaron siguieron libres de cáncer (un 6% más que las del otro grupo). Entre los “no deportistas”, el 17% falleció. Entre los deportistas la tasa fue del 10%. Eso significa una reducción del 37% del riesgo de morir a causa de la enfermedad.

Las razones por las cuales la actividad deportiva mejora el pronóstico del cáncer de colon no se conocen bien todavía, pero el estudio viene a avalar otras tesis observacionales que sugieren que moverse es bueno para luchar contra la enfermedad. Los expertos aventuran algunas hipótesis. Las células pueden verse sometidas a una tensión llamada de cizallamiento que regula el impacto de los fluidos en la pared celular. El ejercicio puede aumentar esa tensión y favorecer la destrucción de células tumorales. Otros expertos apuntan a que algunos tipos de deporte son activadores del sistema inmunitario, reducen la inflamación, aumentan la sensibilidad a la insulina y alteran algunos aspectos microambientales que favorecen metástasis.

El trabajo, expuesto en el foro de la Sociedad Americana de Oncología, ha recibido el aplauso de mucho miembros de la comunidad médica porque no se limita a determinar aspectos de mejora generales relacionados con el ejercicio sino que, por primera vez, establece conexiones directas entre este y valores clínicos concretos relacionados con una enfermedad.

Esta misma semana, curiosamente, otro estudio elaborado en Chicago ha arrojado un resultado muy diferente. En este caso, se trataba de analizar el riesgo de enfermedad de personas que realizan ejercicio extremo. Después de analizar la historia clínica de decenas de corredores de maratón se halló que estos tienen un mayor riesgo de padecer pólipos colorrectales, tumoraciones benignas que en ocasiones pueden derivar en cáncer. No se aprecia mayor riesgo de enfermedad oncológica que en la población general, pero se sugiere una relación entre el deporte extremo y la patología benigna. Quizás simplemente sea porque los corredores de maratón suelen ser sometidos a mayores controles de salud y se detecten antes en ellos estos signos o porque la actividad intensa provoque algún tipo de modificación en el entorno celular del colon.

De momento queda mucho camino por recorrer. Pero es más que evidente que el ejercicio controlado, moderado y adecuado a la edad, puede ser una herramienta para combatir uno de los cánceres que más está creciendo en el mundo: el colorrectal.