Calentamiento global

Los glaciares del Himalaya podrían reducirse hasta un 80%

La disponibilidad de agua dulce se verá afectada para casi 2.000 millones de personas

El cambio climatico se come los glaciares del Himalaya
El cambio climatico se come los glaciares del HimalayaSinc

Los glaciares se están derritiendo a un ritmo sin precedentes en las cordilleras del Hindu Kush, en el Himalaya, y de no reducirse drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, pueden llegar a perder hasta el 80% de su volumen actual antes de que finalice el presente siglo, según un nuevo informe científico.

La publicación del Centro Internacional para el Aprovechamiento Integrado de las Montañas (Icimod), con sede en Katmandú, advirtió este martes de que las inundaciones repentinas y las avalanchas serán más probables en los próximos años, y que la disponibilidad de agua dulce se verá afectada para casi 2.000 millones de personas que habitan en el curso inferior de una docena de ríos que nacen en las cordilleras.

"La población más vulnerable que vive en estas montañas, y que no han contribuido prácticamente nada al calentamiento global, corren un alto riesgo debido al cambio climático", afirmó Amina Maharjan, especialista en migraciones y una de las autoras del informe. "Los actuales esfuerzos de adaptación son totalmente insuficientes, y, sin un mayor apoyo, estas comunidades no puedan hacer frente a la situación".

Varios informes anteriores han constatado que la criosfera -regiones de la Tierra cubiertas de nieve y hielo- es una de las más afectadas por el cambio climático. Según investigaciones recientes, los glaciares del Everest, por ejemplo, han perdido 2.000 años de hielo en sólo los últimos 30 años.

Una de las principales conclusiones del estudio es que, desde 2010, los glaciares del Himalaya han desaparecido un 65% más rápido que en la década anterior, y que la reducción de la capa de nieve debida al calentamiento global provocará una disminución del agua dulce para las personas que viven río abajo. Según los datos del documento, 200 lagos glaciares de estas montañas se consideran peligrosos, y la región podría sufrir un aumento significativo de las inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares a finales de siglo.

La región montañosa de Asia Central -también conocida como Asia de Alta Montaña- incluye el Himalaya, el Karakórum y el Hindu Kush. Se extiende desde China hasta Afganistán y alberga 55.000 glaciares que, en conjunto, almacenan más agua dulce que ningún otro lugar del planeta fuera de los polos Norte y Sur. El agua de deshielo alimenta los 10 mayores ríos de Asia, en cuyas cuencas viven casi 2.000 millones de personas. Tan solo los ríos Ganges, Indo y Brahmaputra son fuentes de agua para el sustento de 750 millones de personas, según un informe del Banco Mundial de 2015. El río Yangtsé en China -el mayor del continente- y el Mekong en el sudeste asiático también dependen de las aguas del Himalaya.

Sin embargo, el ascenso de las temperaturas los ha puesto en serio peligro. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, las temperaturas en el Himalaya están aumentando dos veces más rápido que la media mundial, derritiendo el hielo y reduciendo las nevadas. Si los líderes mundiales no cumplen su promesa de intentar limitar el calentamiento global a 1,5 C, entre la mitad y dos tercios de la masa total de hielo de las montañas de Asia Central habrá desaparecido a finales de siglo.

Además, la desaparición de los glaciares ha perturbado el suministro de energía. Según las estimaciones de los científicos, más de 250 centrales hidroeléctricas del Himalaya se encuentran en las vías de salida de posibles lagos glaciares, lo que significa que podrían quedar inundadas por el agua que brote de los lagos. Una de cada tres centrales podría sufrir entradas de agua muy superiores a la cantidad para la que fueron construidas.

El planeta se ha recalentado una media de casi 1,2 grados centígrados desde mediados del siglo XIX, lo que ha desencadenado una cascada de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor más intensas, sequías más severas y tormentas más feroces por la subida del nivel del mar.