Fiesta de la Resurrección
... y Hakuna conquistó a la Generación Z
Más de 60.000 personas llenaron la Plaza de Cibeles de Madrid
Más allá de «Colgando en tus manos» de Carlos Baute y el «Tanto la quería» de Andy&Lucas, si algo se coreó entre los más de 60.000 asistentes en la Fiesta de la Resurrección de la Plaza de Cibeles, en Madrid, fueron cada una de las canciones de Hakuna, el grupo católico de música para jóvenes que han conseguido colocar algunos de sus temas entre los más escuchados de Spotify. Tras Hakuna, intervino el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, con un mensaje a los asistentes: «Cristo Resucitado os haga testigos valientes». Diversión y emoción se expandieron en el centro de Madrid.
Y la tarde también se puso flamenca. ¿El responsable? Juan Peña, que compartió su arte con quienes participaron en esta iniciativa de la Asociación Católica de Propagandistas. El jerezano lo mismo se arranca en un pequeño local de su tierra que canta ante Leonardo Di Caprio o Cristiano Ronaldo. Pero como él mismo confesó sobre el escenario, lo de ayer fue más que especial. Antes de la actuación atendió a LA RAZÓN.
¿Qué pinta Juan Peña en el Festival de la Resurrección?
Soy cristiano y me gusta celebrar los días más importantes para nosotros, que son la Resurrección y el nacimiento de Jesús. Me educaron en una familia católica y estudié en un colegio de los Hermanos de la Salle en Jerez. Tuve la oportunidad de cantar en el Vaticano y ahora de hacerlo en la ciudad a la que tanto le debo, Madrid. Todo esto es sin duda un privilegio.
¿Es capillita?
La Semana Santa me gusta, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Disfruto con la alegría y el gentío de la Borriquita, hermandad en Jerez. Se despiertan mis sentimientos más profundos el Miércoles Santo, cuando veo al Cristo del Prendimiento y me apasiona la Madrugá en Jerez, en Sevilla…. Ese silencio, ese eco de una saeta… Y, por supuesto, soy del Domingo de Resurrección: «¿Por qué buscáis entre los muertos a quien ha resucitado?». Es el día de Jesús.
Cantó para el Papa en 2015...
No puedo explicar con palabras lo que significó para mí. Fue emoción y alegría. Iba como corista de María José Santiago y, cuando ella se saltó el protocolo para darle un abrazo, yo hubiese hecho lo mismo.
Si pudiera cantar en solitario para él, ¿qué le dedicaría?
Quizás suene a burrada, pero le cantaría «Vestida de Chanel», para que la baile. Es el próximo single que sacaré el 21 de este mes. ¿Por qué el Santo Padre no puede bailar? Sería divertido. Tenemos un Papa cercano y le gusta mucho el flamenco, como nos lo confesó aquel día.
¿La música puede resucitar a alguien muerto en vida?
La música mueve el mundo, alegra el corazón… Pero, tanto como resucitar, no sé yo. ¡Ojalá! Creo en los milagros, pero pienso que eso sólo ocurrió con Lázaro. El milagro que sí podría hacer la música es un concierto que facilitara la paz en el mundo, que certificara que se ha acabado la guerra en Ucrania y en otros tantos países… Ojalá la música pudiese hacer esos milagros.
¿Cantar es su terapia?
La música es mi vida. Desde que me levanto hasta que me acuesto escucho música: Mozart, Camarón, Julio Iglesias, Michael Jackson... La música une, crea sinergias, acerca mundos, culturas, tradiciones… Es alegría y tristeza a la vez.
¿Ser católico hoy conlleva peajes en una sociedad secularizada?
Soy de «Jeré», andaluz, español y católico. Me enorgullezco en decir que soy creyente. ¿Qué tiene de malo que crea en Jesús de Nazaret? Cuando voy a cantar a Dubai, cada media hora están haciendo sus rezos y la gente se siente orgullosa de su religión, van a las mezquitas, hacen el ramadán… Todas las religiones merecen mi respeto y respeto a todo el mundo. Sólo pido que respeten a los que somos cristianos. No hago daño a nadie por ir a una iglesia, por ayudar a quien lo necesita, por ser buena gente, que es lo que me enseñaron desde pequeño y que es la base de cualquier religión: el respeto y el compartir.
Dicen que los creyentes son más felices que los ateos. ¿Mienten o dicen la verdad?
Yo soy feliz porque tuve una infancia feliz llena de cariño de mi gente, de mi familia y eso es lo que estoy haciendo con mi hijo, ¿soy más feliz por ser cristiano? No lo sé, lo único que te puedo decir es que cuando no me encuentro bien, me gusta hablar con Dios, me enfado, me río, le doy las gracias, le pido por los míos… Cuando termino de rezar, que más que un rezo es una conversación, me siento mejor. Llámalo fe o como quieras, pero me siento bien sabiendo lo principal, que no hago daño a nadie y siempre me sentí bien cuando me apetecía a una iglesia a rezar o a cantarle al Señor. No soy de ir a misa todos los domingos, pero sí rezo todas las noches con mi hijo y doy gracias a Dios por cada nuevo día.
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