
Desalojo
Un hombre es acusado de okupar su propia vivienda y recibe amenazas: "Hemos leído que eres un okupa, ¿por qué no te vas?"
El inmueble está a la venta en más de una decena de portales puesto por la inmobiliaria y constantemente se presenta gente para verlo

Los casos de okupación se suceden diariamente en España y el fenómeno va creciendo exponencialmente. En cambio, los casos se resuelven de manera diversa. Algunos propietarios tienen una fortuna mayor y consiguen recuperar su casa en primera instancia gracias a la actuación de la Policía, pero otros tienen que verse encerrados en largos y tediosos procesos judiciales que muchas veces no tienen fin. No solo existen estos dos caminos posibles, ya que otros se resuelven mediante una negociación, ya sea individual o con empresas de desokupación por medio.
La pugna suele estar entre los propietarios, que quieren recuperar su vivienda, y los okupas, que quieren mantenerse dentro de ella. Sin embargo, se ha dado un curiosos caso en Ibiza, desvelado por el 'Diario de Mallorca', en el que el propietario es acusado de ser el okupa. Aunque parezca una broma de mal gusto, la historia de Toni Fernández es real y muy dura. Él está viviendo un infierno desde el pasado verano.
Así empezó el drama de este propietario
El calvario de Toni empezó cuando una inmobiliaria puso su casa la venta en más de una decena de portales el pasado verano. Desde ese momento la gente visita su casa y le hace la siguiente pregunta: "Queremos comprar el piso, pero hemos leído que eres un okupa. ¿Por qué no te vas?". Sin embargo, esto no es así. Él es el propietario legítimo del apartamento de 40 metros cuadrados en el edificio Roca Park, tal y como confirma el Registro de la Propiedad Número 2 de Ibiza. Según el medio local, todo el problema viene de una larga disputa judicial.
Compró la vivienda en 2008
Toni firmó la hipoteca en el año 2008 en un banco local que posteriormente fue absorbido. El problema llegó en 2013 con el tema de las cláusulas suelo, debido a lo que la justicia obligó a los bancos a devolver dinero a los clientes de sus hipotecas: "Iniciamos un litigio porque en el banco ya no solo se negaban a devolverme mi dinero, sino que tampoco querían descontármelo de las cuotas". Sin embargo, no tuvo suerte en primera instancia y se dictaminó la ejecución hipotecaria.
Lejos de darse por vencido, presentó un recurso y en 2023, tres años después de la primera sentencia, la Audiencia Provincial de Palma le dio la razón y ordenó el sobreseimiento en sentencia firme. Gracias a ello vivió un periodo de calma, que se acabó cuando, como se menciona anteriormente, empezaron a presentarse personas en su puerta. Al ir a preguntar al banco le dijeron que habían delegado el asunto en una empresa dedicada a cobrar las deudas de otras empresas.
Unas deudas imaginarias
Las deudas no existían y su abogado se empeñaba en demostrarlo: "Decían que habían ganado el caso y que el piso era suyo. Mi abogado les mandaba la sentencia y seguían encabezonados, hasta que dejaron de contestar a los correos. Era blanco y en botella en el paseo de los lácteos, pero no les entraba". Finalmente el caso llegó a una inmobiliaria, que fue la que puso el piso en venta.
El temor de Toni
"Me da miedo hasta salir a ir por el pan", explica en la entrevista con el mencionado medio. Además, no tiene demasiada información: "Todo lo que te puedo decir son elucubraciones y conjeturas, porque nadie nos dice nada. Incluso le han llegado a decir a mi abogado que tienen que revisar todo por la Ley de prevención del blanqueo de capitales.Si soy un muerto de hambre y estoy cobrando el ingreso mínimo vital, ¿qué capital voy a blanquear yo".
Mientras intenta conseguirla, está con depresión y atemorizado: "No vivo. Solo salgo los domingos para ver a mis amigos y voy acojonado de que me entren en casa o de que alguien se quiera tomar la supuesta justicia por la mano". Su mayor temor es que alguien contrate a una empresa de desokupación: "Y como acaben por aquí unos de desokupa, a ver qué hago contra cuatro armarios empotrados, si yo no tengo ni media hostia". La situación le tiene al límite y ha decidido irse a Granada con su familia a trabajar con su padre, dejando atrás el sueño que le llevó a la isla.
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