
Estudios
Una investigación alerta de que casi un tercio de los universitarios en España presenta tendencias de riesgo en el consumo de alcohol
El estudio revela que el 30,3 % de los encuestados mantienen patrones preocupantes de ingesta durante la carrera y que el 61 % de quienes ya bebían de forma problemática al inicio continúan haciéndolo años después

La etapa universitaria se consolida como un periodo decisivo para la configuración de hábitos de consumo de alcohol de riesgo, según los resultados de una investigación longitudinal que acaba de publicarse en la revista International Journal of Mental Health and Addiction.
El trabajo, coordinado por científicos de la Universidad de León (ULe) con la participación de la Universidad de Castilla-La Mancha, ha seguido la evolución de 1.181 alumnos de siete universidades españolas desde su ingreso hasta dos o tres años después, constatando que el 30,3 % de ellos presentaba un riesgo moderado o alto de consumo problemático en el segundo punto de análisis, frente al 28,2 % inicial. Aunque la diferencia no resulta estadísticamente significativa, sí llama la atención la persistencia del fenómeno: seis de cada diez estudiantes que ya bebían de forma abusiva al comienzo mantenían ese patrón al final del seguimiento.
La investigación también detectó un flujo de nuevos casos que alcanzó el 18 % del total, lo que refuerza la idea de que la vida universitaria actúa como caldo de cultivo para la normalización del exceso. Vivir alejado del núcleo familiar duplicó la probabilidad de que el consumo problemático se perpetuara, mientras que el malestar psicológico incrementó ese riesgo en un 65 %.
Haber practicado binge drinking durante el primer año o haber experimentado con otras sustancias se mostró igualmente determinante, lo que lleva a los autores a defender intervenciones preventivas que comiencen antes de la mayoría de edad, dado que en España el alcohol se estrena de media a los 13,9 años.
El entorno familiar, menos influyente de lo esperado
Contrariamente a la intuición predominante, el estudio no halló una relación significativa entre la disfuncionalidad familiar o la presencia de un familiar con trastorno por uso de alcohol y el desarrollo de un consumo problemático entre los jóvenes. Este dato invita a revisar la importancia relativa que se atribuye al contexto doméstico y a centrarse, además, en factores inmediatos como el entorno de convivencia universitaria y el estado emocional del estudiante.
El equipo multidisciplinar, integrado por investigadores del Departamento de Ciencias Biomédicas y del Instituto de Biomedicina de la ULe, subraya que las residencias, los pisos compartidos y los macrobotellones actúan como escenarios donde el alcohol se consolida como herramienta de socialización.
El trabajo ha contado con financiación del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, el Instituto de Salud Carlos III y fondos europeos Feder, y ha reunido datos de las universidades de Granada, Valencia, Vigo, Salamanca, Alicante, Valladolid, Huelva, Jaén, Cantabria, Castilla-La Mancha y León.
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