FOMO

Javier Labourt, psicólogo: “Viajar es una posibilidad muy grande de sembrar una semilla de cambio personal”

El especialista valoró cómo afecta el FOMO en esta época del año y la importancia de no siempre llevar un rumbo fijo

Economía/Turismo.- Uno de cada cuatro europeos tiene previsto viajar a España este año
Grupo de personas emprendiendo un viajeEuropa Press

Que los jóvenes hablan diferente a las generaciones previas es algo que no admite ninguna duda. Anglicismos, nuevas palabras y términos incluso difíciles de entender para los más mayores se han colado en el vocabulario del día a día. Uno de los términos más repetidos es el FOMO, una sigla que proviene del inglés "Fear of Missing Out", que se traduce como miedo a perderse algo. Es una mezcla de ansiedad, presión social y necesidad de validación que nos impulsa a estar constantemente conectados, incluso cuando eso nos hace sentir peor.

El FOMO se multiplica en verano con la llegada de las vacaciones. Fiestas, conciertos, playa... y sobre todo viajes. Estos últimos hacen vivir a las personas, especialmente a las más jóvenes, con la necesidad constante de estar fuera de casa. Sin embargo, viajar se puede ver de forma diferente según explica Javier Labourt, en 'Viajes National Geographic': "En un momento donde viajar es tan popular y fácil, me gustaría mostrar a la gente que un viaje no es solo un viaje en sí mismo, sino también un contacto directo con la propia vulnerabilidad, y por ende, una posibilidad muy grande de sembrar una semilla de cambio personal".

El experto explica que el FOMO afecta a los viajes y que cambia la experiencia completamente. Para evitarlo, revela cómo evitarlo y convertir el FOMO en JOMO (Joy Of Missing Out), un concepto que se refiere a la satisfacción y el placer que se obtiene al no participar en ciertas actividades sociales, especialmente aquellas que son promovidas en las redes sociales.

¿Cómo afecta el FOMO a los viajes?

Javier Labourt explica lo siguiente: "Es una falsa ilusión de control, la idea de que nosotros podemos controlar todo lo que nos rodea. Nuestro estilo de vida cotidiana, centrada en objetivos y metas, en la que nos organizamos en torno a una estructura y una rutina, es justamente lo que acabamos por copiar en nuestro esquema de viaje". Muchos viajeros buscan llevar el viaje organizado al milímetro y eso no siempre es positivo.

¿Cómo disfrutar más de los viajes?

El psicólogo explica la forma ideal de disfrutar los viajes: "Hay un proverbio chino que dice: 'Quien regresa de un viaje no es la misma persona que se fue'. Entonces, es interesante poder analizar en qué aspecto de nosotros ese viaje nos transformó. No hace falta que haya sido una transformación completa, sino pequeñas transformaciones.Y eso se consigue dándole un factor emocional al viaje, sin estructurar tanto y dejándose llevar".

Es muy claro sobre cómo lograrlo: "Para viajar más sano hay que tener espacios para soltar el control. Tener días libres y entender que no vamos a poder ver todo, que en lo que tenemos que focalizarnos no es en un objetivo,sino en el nivel de experiencia. Pone el ejemplo de guardarse el móvil en un lugar concreto y disfrutarlo en vez de sacar cuatro fotos. El objetivo es alejarse: "El foco debería ser interno, debería estar en vivir, y a veces vivir tiene que ver con separarse de nuestra cabeza, separarse de nuestros focos", recomienda.

Del FOMO al JOMO

Señala lo que debe ocurrir para lograr cambiar de siglas: "En el viaje que se va a planificar es interesante poner días o momentos donde no estructurar". Desarrolla su explicación: "El viaje tiene una especie de vida propia que va a proponer un vínculo con la gente, un encuentro con diferentes personas, con diferentes experiencias, sentimientos diversos. Un viaje, así como un tratamiento terapéutico, puede estar altamente estructurado o poco estructurado".

Pide no ir con rumbo fijo y dejar abierta una puerta a la improvisación: "El propio viaje será el que nos diga de qué tenemos ganas. ¿Nos separamos?, ¿nos quedamos juntos?, ¿vamos a explorar esto?, ¿nos perdemos por el centro?. Es muy fácil perderse en los viajes, y es algo positivo. En un viaje, la actividad principal debería de ser abrirse a la posibilidad de sorprenderse, navegar en la incertidumbre y dejar un poco de lado la planificación".

El psicólogo explica que es algo exponencial, sobre todo en este contexto: "Cuanto más ansiosa es nuestra personalidad, más ganas de controlar la realidad tenemos. En el fondo es una ilusión, porque no podemos controlar nada. El viaje nos pone en un contexto donde esta idea utópica se exacerba mucho más, así que hemos de estimular a propósito esto de tener momentos sin estructurar donde no hay planificación, donde yo salga a sacar fotos, a conocer gente, a explorar y ver cómo me siento. Es fundamental estar abierto a lo que surja en los viajes".