Ley antitabaco

José Nicolás, dueño de un estanco: "Si sale toda la ley antitabaco adelante nuestros negocios cerrarán"

El comerciante, que lleva más de veinte años en el sector, explica a LA RAZÓN las claves de las nuevas medidas restrictivas que se pretenden implementar respecto al tabaco

Imagen de un estanco
Imagen de un estancolarazonlarazon

El pasado martes 9 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley para la prevención del tabaquismo. En este plan legislativo, que modifica la Ley 28/2005, de medidas sanitarias frente al tabaquismo, pretende acabar con el consumo de esta sustancia en diversas zonas de interés común, además de formalizar la prohibición expresa y total sobre el consumo en menores con multas de hasta 100 euros para los padres, protegiendo así a los colectivos más vulnerables. Al mismo tiempo, el veto al consumo en terrazas al aire libre de bares y restaurantes, instalaciones deportivas y en recintos donde se desarrollen espectáculos públicos. Por otro lado, el texto también incide en las diferentes formas de consumir que existen, ofreciendo el mismo trato para todas ellas sin realizar una distinción.

Para ello, define y regula esas nuevas formas de consumo como los cigarrillos electrónico con y sin nicotina, productos a base de hierbas para fumar, tal es el caso de la "shisha, bolsitas de nicotina y cualquier otro artilugio con esta sustancia. Sin embargo, otros elementos principales como la subida de precios y el empaquetado genérico, que fueron promovidos por Mónica García, quedan excluidos de la ley. En este sentido, el escrito ha sido criticado por la dureza de muchos de sus aspectos y por el carácter restrictivo de un mercado que supone una gran cantidad de recaudación pública a modo de impuestos. Aspectos como la proliferación de la economía sumergida y el desarrollo del mercado negro del tabaco se encuentra sobre la mesa como posibles consecuencias negativas de las nuevas normativas.

José Nicolás, propietario de un estanco familiar de dos generaciones localizado en la Calle Virgen de la Oliva, Madrid, ha revelado a LA RAZÓN las claves que considera fundamentales en cuanto al futuro del negocio y la forma de afrontar esta legislación. Por el momento, compara la situación con la prohibición de fumar en interiores que tuvo lugar hace años, cuando el comercio sufrió las consecuencias de la misma. Este local, con más de cuatro décadas de historia, se enfrenta a estos impedimentos con artículos complementarios que dejan entrever la posibilidad de que la venta de tabaco como única ocupación cada vez es una posibilidad menos viable.

Restricción del consumo en terrazas

En un análisis general de todas las medidas que se planean implementar, el trabajador identifica el cambio principal que afectará a su negocio cuando este escrito entré en vigor. "El consumo en terrazas es lo que más va a afectar de la ley antitabaco", agrega. Además del estanco, el dueño del mismo ostenta diversas máquinas de venta ubicadas en locales de hostelería, por lo que, verdaderamente estos negocios serán los más perjudicados por la ley. "Al final mucha gente va a tomarse el café al bar y a fumar, por lo que cambiarán sus hábitos comprándolo en otro sitio", indica. Por otra parte, desde su percepción, identifica una mayor tolerancia respecto al público que llena las terrazas. "Desde que se dejó de fumar en locales cerrados, la gente le da menos importancia", resalta.

En este contexto, el comerciante compara la situación actual que se puede llegar a vivir en la capital con las restricciones que se impusieron en zonas de playa, donde los consumidores terminaban abandonando las terrazas para fumar. "La gente al final fumará menos, en vez de cuatro cigarros en el desayuno se fumará uno o ni eso, más que en partidos de fútbol", recalca volviendo a las enmiendas expuestas en el texto legislativo, donde también se incluye el veto en recintos donde se desarrollen eventos de gran magnitud.

Las alternativas de las casas de tabaco

Por otro lado, Nicolás se adentra en los productos alternativos de la misma índole que cuentan con un porcentaje menor de nicotina e incluso algunos llegan a prescindir de este compuesto. "El tabaco perjudica mucho pero está demostrado que los productos, como los vapers, son menos perjudiciales al no tener nicotina", explica. Por el contrario, tal y como se puede comprobar en el anteproyecto, las pretensiones del ente público pasan por hacer una interdicción conjunta de todos los artículos que puedan promover estos hábitos. "Dependemos de lo que saquen las casas de tabaco para combatirlo", afirma en relación a los posibles artículos que rebasen el catálogo de restricciones que vienen incluidas dentro de la ley. Por ende, tal y como ha pasado en su negocio, la alternativa pasa por vender otra clase de productos alejados de su sector.

La recaudación del Gobierno: una gran masa impositiva

Uno de los elementos que no quedan registrados por la ley y que en la práctica cobran una gran trascendencia es la recaudación pública que se tiene con la venta de esta sustancia. "El estanquero se lleva el 8,5%, el resto va al Estado. Si un paquete se vende a 5,85 euros, yo de me llevo treinta o cuarenta céntimos", sentencia. Al mismo tiempo que la restricción compone una suma de inconvenientes para el propietario, el descenso de las compras por parte del consumidor repercute sobre la salud económica pública. Con unos impuestos cada vez más altos y unos precios por cajetilla que llegan a ser inasumibles para el público general, la bajada de las ventas puede suponer una pérdida inesperada que tendrá que solventar el ciudadano. "Con el alcohol, por ejemplo, no es tanta diferencia, por lo que, a la sociedad le subirán impuestos de otro lado", destaca.

Una falta de regulación del mercado negro

Asimismo, otro de los factores que afectan al pequeño comercio, como es el de Nicolás, es la venta de tabaco, normalmente de forma individual, en puntos de venta no autorizados para ello. "En muchas tiendas de alimentación que hay ahora en Madrid venden tabaco suelto y eso no se puede, es contrabando", aclara. Por lo que, la proliferación del mercado negro, unido al carácter cada vez más prohibitivo del consumo, hacen que la subsistencia de estos locales especializados en tabaco sea cada vez más compleja.

Desde su experiencia profesional, el vendedor revela uno de los casos más habituales, en los que las autoridades no pueden hacer gran cosa ante las continuas denuncias de los comerciantes. "He tenido reuniones con la Guardia Civil y me han dicho que cuando les pillan no les pueden multar, porque las sanciones son muy pequeñas", manifiesta ante la problemática vigente que parece no ser atendida por las instituciones competentes. En este sentido, la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España ha denunciado la situación, posicionando la falta de normativas en este aspecto como una de los principales preocupaciones del mercado legal.

¿El fin de los estancos en España?

El estanquero incide en cómo las prohibiciones de todas las variantes de la nicotina contribuyen al abandono del tabaco por parte de los fumadores. Estas consecuencias, si se efectúan en su máximo significado podrían provocar la extinción de su nicho. "Ahora seguimos viviendo de ello, pero en un futuro de diez años o más, si sale toda la ley antitabaco adelante nuestros negocios cerrarán", esclarece como el peor de los escenarios en el largo plazo. Por el contrario, pese a que se muestra optimista al pensar que por el momento no se implementarán todas las restricciones, es cuestión de tiempo que estas se lleven a la práctica.

Por último, recalca la situación actual, el desarrollo de este hábito en los ciudadanos y los nuevos negocios que abren sus puertas con vistas a entrar en el mercado. "Creo que la gente seguirá fumando porque está muy integrado en la sociedad, pero el consumo y la venta bajarán y los negocios que están abriendo ahora terminan cerrando por no estar consolidados", concluye. De esta manera, por el momento, el presente de los estancos se basa en la complementación de la venta de tabaco con alimentación o papelería, para la subsistencia del local.