Enfermedades

«Yo tomo PREP»

Joseph es una de las 700 personas que participan en el ensayo clínico de la denominada «pastilla antisida» que todavía es ilegal en España. Los médicos aseguran que su efectividad ronda el 100% y ya se utiliza en EE UU, Francia, Portugal y Reino Unido para frenar el contagio del VIH

Joseph Candeloro, terapeuta de 42 años, posa para LA RAZÓN en Barcelona con la pastilla PREP que toma a diario como parte del ensayo / Miquel González-Shooting
Joseph Candeloro, terapeuta de 42 años, posa para LA RAZÓN en Barcelona con la pastilla PREP que toma a diario como parte del ensayo / Miquel González-Shootinglarazon

Joseph es una de las 700 personas que participan en el ensayo clínico de la denominada «pastilla antisida» que todavía es ilegal en España. Los médicos aseguran que su efectividad ronda el 100% y ya se utiliza en EE UU, Francia, Portugal y Reino Unido para frenar el contagio del VIH.

AJoseph le traumatizó la muerte de Rock Hudson, de Freddie Mercury y de Rudolf Nuréyev. Él era pequeño, pero la repercusión mundial que tuvo el fallecimiento de estos artistas infectados de SIDA se le quedó grabado a fuego. Desde entonces, la posibilidad de contagiarse se instaló en lo más profundo de sus miedos e incluso antes de que comenzara a mantener relaciones sexuales pensaba que tarde o temprano él sería también seropositivo. Pese a que la ciencia avanzaba y el sida dejó de ser una pandemia en Occidente, este estadounidense de nacimiento y actualmente residente en Barcelona no conseguía alejar de sus pensamientos el riesgo de contagio, así que en diciembre de 2013 comenzó a tomar PREP. Hasta entonces no sabía que existía una pastilla que impedía el contagio y fue su pareja de entonces la que le explicó en qué consistía este tratamiento de Profilaxis Pre-exposición. Se trata de un fármaco antirretroviral (Truvada: una combinación de emtricitabina y tenofovir) bien conocido por los médicos y expertos en VIH, ya que desde hace más de una década se utiliza para el tratamiento de personas infectadas. Sin embargo, hace menos de un lustro los científicos descubrieron también su poder preventivo y desde entonces ya es legal en varios países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Portugal. En España todavía se encuentra en fase de prueba y, pese al visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento, de Gesida (agrupación de profesionales que investigan el VIH) e incluso la recomendación de la Organización Mundial de la Salud para su consumo, en nuestro país sigue dilatándose su aplicación y de momento se ha puesto en marcha un ensayo clínico para constatar su eficacia. Luego ya se verá. «Ya existe suficiente evidencia a través de otros estudios realizados en Europa y EE UU como el Iprex o el Proud, como para tener que supeditar la aprobación en España a otro estudio más», asegura Ferran Pujol, director de Barcelona Checkpoint, centro comunitario de detención de VIH donde se está realizado el ensayo exigido por el Ministerio.

Joseph forma parte de estudio en el que participan aproximadamente 700 personas en España. Sin embargo, hay otras 1.500 que lo estarían tomando de manera irregular. «Comencé a formar parte del ensayo clínico en febrero de 2017, pero yo llevaba tomando la PREP desde hacía tres años, en Estados Unidos. Allí, como es legal desde 2012, mi médico y yo acordamos someterme a este tratamiento de prevención. Me costaba unos 20 dólares mensuales porque mi seguro médico cubría gran parte del coste», explica Joseph, de 42 años. Su odisea comenzó al llegar a España. Aquí descubrió que Truvada no era legal así que fueron sus amigos estadounidenses los que inicialmente le enviaban la medicación. El año pasado se enteró de que en Barcelona comenzaba el estudio y decidió apuntarse para así poder tener acceso a la pastilla. Desde entonces, este hombre natural de Filadelfia ha dejado a un lado sus miedos y, aunque asegura tener «una vida sexual bastante aburrida», se siente confiado al no poder contagiarse de VIH.

«La PREP administrada de manera adecuada es una herramienta muy útil para la transmisión del sida, tanto a nivel individual como colectivo. Es muy segura y su efectividad es cercana al 100%», explica a LA RAZÓN Juan González, coordinador de la Unidad de VIH del Hospital Universitario La Paz de Madrid. El experto hace hincapié en que la clave está en el tratamiento continuado. Hay personas que también lo utilizan como «la pastilla del día antes», es decir una toma cuando se van a tener relaciones sexuales y otra al día siguiente. Sin embargo los expertos aseguran que esto no es lo adecuado. «La persona que tome PREP debe hacerlo de acuerdo a una serie de requisitos y siempre con el seguimiento y control de un experto», apunta González.

De ahí la insistencia de la comunidad médica para acelerar su implantación, algo que en determinados grupos sociales sigue levantado recelos. Hay quienes no comparten que el sistema de salud subvencione este tipo de pastilla preventiva enfocada especialmente para la población homosexual, que es la que confronta el mayor índice de riesgo. «En España la incidencia, es decir el número de personas que anualmente se infectan de VIH, es del 0,02% entre heterosexuales y un 2,3% entre homosexuales, de ahí que la PREP esté dirigida a hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres. La aplicación supone un beneficio para la salud pública ya que la eficacia ronda el 100%», apunta el director de Barcelona Checkpoint.

«La moralidad no debería ser relevante en este tipo de asuntos. Yo creo que en esta ocasión más bien es cuestión de prioridades en cuanto a los recursos sanitarios. Sin embargo, cuando se den cuenta de la que es una estrategia que ahorra dinero, cambiarán la prioridades», asevera González.

Las secuelas de la ingesta de PREP, según los expertos, son mínimas y, además, si se detecta alguna reacción se suprime el tratamiento. Joseph la toleró desde el primer momento. No sufrió náuseas ni problemas de estómago, como si padecieron algunos colegas suyos. «Lo importante es que ahora ya no me obsesiona el contagio, me siento protegido», confiesa.