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Vaticano

León XIV cesa al obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, tras ser acusado de abusos

El Papa acelera su jubilación tras una petición directa de la cúpula eclesial española ante el escándalo generado en la opinión pública

RAFAEL ZORNOZA, OBISPO DE CADIZ. JESUS G. FERIALA RAZÓN

León XIV ha oficializazo hoy la renuncia del obispo de Ceuta y Cádiz, Rafael Zornoza, que le retira tanto de la gestión como de la representación institucional de la diócesis andaluza. Aunque fue el 31 de julio de 2024 cuando cumplió la edad preceptiva para que los obispos presenten su solicitud de jubilación, un año y cuatro meses después, no se había tramitado.

LA RAZÓN ha podido confirmar que su salida se ha precipitado en estos últimos diez días, después de que el lunes 10 de noviembre el diario ‘El País’ desvelara que se había convertido en el primer obispo español en ser acusado de presuntos abusos sexuales a un menor.

En este tiempo de ‘sede vacante’ gaditana hasta nombrar a un nuevo obispo ‘titular’, será el obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Darío Valdivia Giménez, quien pilote “en funciones” la diócesis. Según ha explicado la Conferencia Episcopal Española, su designación ha sido firmada directamente por el Papa, lo que hace deducir que la Santa Sede ha tomado las riendas en un asunto que consideraría de gravedad.

El escándalo mediático, social y eclesial generado habría provocado, según han relatado fuentes eclesiales a LA RAZÓN, que la cúpula eclesial española solicitara a la Santa Sede que acelerara su salida de Cádiz a modo de “medida cautelar”, tras el ‘shock’ que habría generado entre los propios pastores españoles. De hecho, hasta el mismo día que saltó el caso a la esfera pública, se desconocía que Rafael Zornoza estaba siendo investigado por el Tribunal de la Nunciatura Apostólica de la Rota, debido al proceso abierto contra él en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Fue el pasado verano cuando llegó al ‘Ministerio’ vaticano encargado de abordar los casos de pederastia, la carta de un madrileño que denunciaba que había sufrido agresiones sexuales de manera continuada desde que tenía 14 años. Los hechos se habrían producido cuando Zornoza era rector del Seminario de la Diócesis de Getafe ubicado en el Cerro de los Ángeles y habrían continuado durante siete años dentro del propio centro formativo en el que ingresó el denunciante.

La Santa Sede dio verosimilitud a su relato y trasladó el expediente al arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, como metropolitano de la provincia eclesiástica a la que pertenece Cádiz. Sin embargo, se inhibió de investigar o juzgar el caso para borrar cualquier sospecha de parcialidad de arzobispo a obispo. Fue entonces cuando la responsabilidad de llevar una investigación previa recayó en La Rota. Eso sí, desde Sevilla sí se habrían puesto en contacto con Roma para sugerir de manera informal que se tramitara más pronto que tarde la renuncia de Zornoza. Pero, a la vista está, no se movió ficha. Así, la falta de diligencia con relación a este asunto apuntaría al oficial responsable de llevar el expediente Zornoza en Doctrina de la Fe, que no habría sido consciente del alcance de la denuncia como para haber advertido a quien correspondiera del escándalo que generaría si, como ha sucedido, trascendiera a la opinión pública.

Solo cuando el caso se hizo público hace doce días, según ha podido saber este periódico, la cúpula episcopal española mantuvo una conversación directa con quien podría tomar cartas en el asunto: el arzobispo brasileño Ilson de Jesús Montanari, que es el secretario del Dicasterio para los Obispos. Y es que, como explicó este viernes, el secretario general del Episcopado español, César García Magán, ningún obispo ni la propia Conferencia Episcopal tiene competencia para cesar a otro obispo: su autoridad depende directamente de Roma.

Fuentes eclesiales comparten con ‘Vida Nueva’ que cuando se cursó la semana pasada la petición a Montanari de jubilar a Zornoza, el prelado desconocía la gravedad de la denuncia que pesa sobre el obispo de Cádiz y Ceuta. Sin embargo, de inmediato habría reaccionado para priorizar el asunto, informando a León XIV para contar con su visto bueno.

El trámite para facilitar su salida coincidió en el tiempo con la visita programada de los nueve miembros de la Comisión Ejecutiva de los obispos españoles a León XIV. Para entonces, León XIV ya habría firmado la aceptación de la renuncia de Zornoza, pero se optó por esperar al encuentro con los prelados para fijar una fecha adecuada. Así, desde Roma y desde España se optó por no soltar el anuncio ni ese mismo día, pero tampoco hasta el viernes, cuando se celebraba la Asamblea Plenaria.

A su salida de la audiencia con el Papa, el propio presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, se mostró cauteloso a la hora de abordar el asunto cuando se le planteó en la Plaza de San pedro en un encuentro con periodistas. “Lógicamente el Santo Padre tiene que estar informado”, despejó el presidente de los obispos. Eso sí, matizó, desmarcando al Pontífice del siguiente comentario, que “nos han transmitido que quizás sea aceptada: que va a ser aceptada y diciéndonos el día y la hora, no”.

Sin embargo, durante toda esta semana el caso Zornoza ha planeado sobre la calle Añastro, donde los obispos han celebrado su cumbre de otoño. El mismo martes, se convertía en el protagonista ausente. Convocado para la Plenaria, y todavía con voz y voto, no se presentó a la cita. El equipo encargado de la organización de la Asamblea fue avisado con tiempo puesto que no estaba reservado su escaño en el aula de votaciones ni su nombre aparecía en el listado oficial de participantes.

Argüello no le mencionó explícitamente, pero sí hizo alusión indirecta a la crisis generada: “Las tristes noticias que nos han llegado a lo largo de las últimas semanas, acerca de denuncias sobre delitos sexuales cometidos contra menores de edad, nos conducen a todos a profundizar la renovación espiritual”. Y añadió: “En este camino en el ejercicio de la justicia reparativa y equitativa, queremos alcanzar un equilibrio justo entre el derecho a la presunción de inocencia y el derecho a denunciar, en el fuero jurídico competente, las ofensas recibidas, ambos, derechos fundamentales que corresponden a todos”. Eso sí, insistió en la importancia de analizar si “la denuncia tiene fuerza para seguir adelante en un procedimiento canónico”.

Mientras se tramitaba la jubilación de Zornoza, en el Tribunal de la Rota continuaban avanzando con una investigación preliminar en la que estarían volcados desde hace unas tres semanas. Y lejos de estar en una fase incipiente, como adelantó este diario, ya habrían tomado declaración al denunciante, así como a otras personas que se habrían presentado voluntariamente para aportar información. Además estarían recopilando todo tipo de documentación, como archivos diocesanos. Para la fase final de esta indagación se dejaría el testimonio e interrogatorio del obispo emérito. Con todo ello, La Rota está llamada a elaborar un informe final con sus respectivas conclusiones. Se enviaría a Doctrina de la Fe y, de nuevo, el Vaticano sería el responsable de decidir si archiva el caso por falta de pruebas o si abre juicio, previsiblemente también encargándoselo a La Rota, por lo que se conoce como ‘delicta graviora’, que es como están tipificados los delitos graves en la Iglesia vinculados a los abusos sexuales.

En cualquier caso, hay voces en Cádiz que lamentan que se haya llegado a este cese tras la acusación de abusos, cuando al margen de este suceso ya habían manifestado su malestar a Roma por la gestión pastoral y económica que Zornoza habría realizado durante los últimos catorce años.