Salud Mental
Lluvia de críticas por las carencias de la línea 024 contra el suicidio
Expertos señalan los puntos ciegos de un recurso que se lanzó de manera precipitada, que no tiene conexión con las CC AA y en el que el personal carece de la capacitación suficiente
Hace unos días el Ministerio de Sanidad compartía los datos de los 2 primeros años de funcionamiento de la línea 024 de atención a la conducta suicida, un recurso de prevención universal – así es como se denominan este tipo de "hot lines"– lanzado como única respuesta a las cifras récord de suicidios que acumula España en los últimos años.
Desde el 10 de mayo de 2022, la línea ha recibido un total 260.033 llamadas. De ellas, 12.846 fueron derivadas al servicio de emergencias 112 con el propósito de ofrecer una atención urgente a la persona en crisis. Una cifra que representa un 5% del total. De la información compartida por Sanidad, se podía inferir que las mujeres lo habían usado más que los hombres (101.915 frente a 84.103), que en casi la mitad las llamadas el sujeto había preferido no comunicar su edad (94.485 llamadas) o que el grupo de población que más había recurrido a esta línea era el de 50 a 59 años (42.674), seguido del de 40 a 49 (37.527). Con relación a la comunidad autónoma de origen de las llamadas, el mayor porcentaje procedía de Andalucía, seguida de la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
Si comparamos estos datos con las últimas cifras de suicidios aportadas por el Instituto Nacional de Estadística (y recogidas en el Observatorio del Suicidio), correspondientes a 2022 , vemos algunas diferencias y muchas coincidencias. La primera es que, pese a que las mujeres puedan realizar más intentos autolíticos (lo que coincide con que sean las que más llamen a los teléfonos de apoyo y prevención, y las que más acuden a terapia), los hombres son los que más se suicidan (en un porcentaje de 3 a 1). Por grupos de edad, las cifras más altas fueron en las personas de entre 50 y 59 años (965), seguidos por los de 40 a 49 (783). Por comunidades autónomas, las cuatro donde más personas llamaron al 024 son las que lideran las tasas de suicidio.
Esto demuestra que el recurso es útil y, sus datos, representativos de la realidad social. Sin embargo, la línea presenta importantes carencias que han sido objeto de críticas por parte de expertos en la materia.
Precariedad asistencial en salud mental
Es importante matizar que las 260.000 llamadas no son de usuarios únicos, es decir, que las personas llaman más de una vez. Sin embargo, y dado que el anonimato forma parte de la esencia de este recurso, no se puede saber cuántas veces ha llamado una misma persona. Esto, que es esencial para que la línea sirva a su función, puede ser solo la punta que asoma del iceberg. "Muchas personas pueden estar usando este servicio como salida por el tiempo que tarda en atenderle un profesional de salud mental en el Sistema Nacional de Salud", explica Alejandro de la Torre, psiquiatra, investigador y coordinador de la Plataforma Nacional para el Estudio y la Prevención del Suicidio. La salud mental es una de las áreas más débiles de la sanidad pública en España. Lo dice el último informe del el Consejo Económico y Social (CES), que señala que la cobertura de la salud mental es insuficiente, y la cartera de servicios está obsoleta.
"Que el servicio sea anónimo no significa que no se pueda realizar ningún tipo de seguimiento o monitorización mínima. Por ejemplo, los servicios de emergencias usan una herramienta de geolocalización (AML) de las llamadas que podría implantarse si hubiera voluntad de hacerlo", explica de la Torre. "Así, se podría obtener información de los ‘puntos calientes’ en los que incidir en la prevención de la conducta suicida".
Además, el experto destaca que ni Sanidad ni Cruz Roja–entidad que maneja el servicio– han sido transparentes con los datos. "Nosotros se los hemos solicitado y no nos han dado acceso. Sin ellos no podemos identificar colectivos de riesgo ni planificar acciones efectivas", añade.
¿Qué pasa con el chat?
Sanidad no ha hecho públicas las cifras del chat, un servicio del 024 que se puso en marcha un año después de que se anunciara. Ante la petición de este periódico, el ministerio ha facilitado los datos, que ofrecemos en exclusiva. En su primer año de funcionamiento, se han recibido 3.877 chats (de los que un 98% han sido atendidos), de los que 88 fueron derivados al 112 (57 de ellos por tentativa de suicidio). La proporción de hombres y mujeres ha sido muy similar y, respecto al nivel de riesgo de la persona usuaria, el 34% se catalogaron como «sin identificar» (1.398), seguidos de riesgo medio (907) y riesgo medio- alto (708). Por grupos de edad, más de la mitad no la indicaron (2.121) y, de los que se tienen información, los que más lo han usado han sido los de 20 a 29 años (499) y los de 30 a 39 (442).
Baja cualificación
Una de las principales críticas tiene que ver con la escasa formación, especialización y experiencia de las personas que atendían el teléfono el primer año. Sobre este tema realizó una investigación el periodista especializado en suicidio Guillermo Córdoba, en la que evidenció que Cruz Roja había contratado personas sin la capacitación adecuada para atender un servicio de estas características. Ni había psicólogos, ni trabajadores sociales, como se había prometido. Las ofertas de trabajo publicadas en Infojobs eran poco claras, en ningún momento se especificaba que eran para atender esta línea, y los contratos que les hicieron, muy precarios. Afortunadamente, las quejas hicieron mella, y, en opinión De la Torre "en la ‘segunda generación’ de seleccionados, el perfil de reclutamiento está más cerca del profesional clínico. Los supervisores al menos deben tener formación clínica y a la persona que atiende el teléfono se le exige formación sanitaria avanzada".
"La salud mental es un tema muy amplio y ya sólo la validación de la ideación suicida requiere de mucha formación, mucha más de la que se ha estado exigiendo al personal de la línea 024, al menos en sus inicios", explica Pedro Martín-Barrajón, psicólogo y responsable de la Red Nacional Psicólogos para la Prevención del Suicidio en Psicólogos Princesa.."Otras quejas frecuentes de los profesionales del 112 es la de recibir llamadas del 024 que no son una emergencia médica, que no se disponga de una localización del alertante, que sea una llamada para un psicólogo especialista en conductas suicidas (y los profesionales del 112 no lo son), así como que no se les transfiere directamente con el alertante, y se pierde un tiempo valiosísimo al 'rebotar' la llamada a los 112 de las diferentes CC AA en caso de emergencia médica (multiplicando el número de interlocutores)".
Como reflexión final, los expertos apuntan que, aunque el suicidio es un tema muy complejo, se puede prevenir. Destacan que este tipo de líneas funcionan cuando están integradas en un plan nacional de prevención del suicidio, del que España carece. El ejemplo más claro es el de Dinamarca que, en 10 años, ha pasado de ser uno de los países que registraban una mayor tasa de suicidios, especialmente entre los jóvenes, a ser uno de los que menos casos tiene en el conjunto de la Unión Europea. "Lo han conseguido con intervenciones que van más allá del sistema sanitario, la buena formación de los profesionales, una mejor detección en Atención Primaria y la reducción en las listas de espera, porque también entran en juego otros ámbitos como el educativo, el judicial o el social", explica De la Torre.
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