Oriente

Los chicos quieren cocinitas

Cada vez más niños optan por pedir a los Reyes Magos juguetes relacionados con los fogones, mientras que ellas se interesan por los de construcción

Jugar a las cocinitas ya no es sólo cosa de chicas como refleja Inés Cordero, de 7 años, en su dibujo
Jugar a las cocinitas ya no es sólo cosa de chicas como refleja Inés Cordero, de 7 años, en su dibujolarazon

Nadie puso en duda las nobles intenciones de Melchor, Gaspar y Baltasar cuando dejaron en el portal de Belén oro, incienso y mirra. Sin embargo, su labor sí estará en el punto de mira la noche del 5 al 6 de enero, cuando depositen bajo los árboles de Navidad de millones de hogares españoles los regalos que todos los niños llevan un año esperando. Si atendemos a los juguetes más vendidos, ellas disfrutarán, entre otros, de las princesas Elsa y Anna de «Frozen», la «Nancy Periodista» de Famosa y las tradicionales «Barbies». Por su parte, ellos jugarán con el dinosaurio T-Rex que devora los coches de Hot Wheels; el «Vectron Wave», una suerte de ovni inalámbrico, y el «Futbolín 9 en 1» de Playland. Ante este panorama, cabe hacerse la pregunta: ¿dejarán los Reyes Magos juguetes sexistas?

Recientemente, el PSOE presentó un vídeo bajo el enunciado «El mejor regalo, la igualdad», con el objetivo de que no se regalen juguetes sexistas durante estas Navidades. Su secretaria de Igualdad, Carmen Montón, aseguró que «los niños y las niñas se hacen adultos con valores o no en función de lo que les ofrezcamos en las aulas, en las familias y en el ocio y el juego». Por ello, «los juegos y los juguetes son instrumentos fundamentales del aprendizaje y la socialización», destacó Montón. Mientras, instituciones como el Observatorio Andaluz de la Publicidad No Sexista ha constatado que el 50% de los anuncios de juguetes y juegos es sexista. Además, colectivos como la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana (UCCV) denunció recientemente los folletos y catálogos de varios grandes almacenes, entre otras cuestiones, por utilizar el color verde para los niños y el rosa para las niñas.

«El sexismo en los juguetes no existe, pero sí la intencionalidad del que los regala», afirmó a LA RAZÓN Maite Francés, del departamento de Marketing de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. Y es que parece imposible borrar de un plumazo las preferencias de niños y niñas, que adquieren dimensiones antropológicas. Así lo demuestran estudios con crías de mamíferos: «Cuando a las crías les da a elegir entre una muñeca o un camión, optaban por la muñeca. Mientras, los machos, más atraídos por las ruedas y lo que significa el desplazamiento, elegían los camiones. Quizá tiene una raíz antropológica: hace millones de años, las hembras adoptaban un rol maternal, mientras que los varones se desplazaban para buscar alimentos», recordó.

Otra cuestión diferente es el sexismo que puede existir en la publicidad. Existe un Código de Autorregulación de Publicidad Infantil. Concretamente, los artículos 33 y 34 estipulan que no deben «fomentar la discriminación» ni «mostrar sesgos de género en la presentación que hacen de niños y niñas». «La publicidad en general no debe ser inductora de un cambio social. En apenas 20 o 30 segundos deben sintetizar un mensaje para que la audiencia lo capte. Es cierto que la publicidad va un poco por detrás de la sociedad, pero son muy conscientes y están haciendo esfuerzos», aseguró Francés. De hecho, «se están introduciendo cada vez más la figura de niños y niñas reproduciendo diferentes roles», pues conforme avanza la sociedad, «los roles se van modificando»: por ejemplo, debido a que hoy cocinan muchísimos padres y que los chefs más famosos –algunos con programas de televisión– son varones, cada vez más niños están pidiendo «cocinitas» para hacer bombones, pasta, pizza... incluso más que las niñas. Antes, estos electrodomésticos se diseñaban con colores pastel, rosa... y ahora se diseñan con tonalidades más neutras. Del mismo modo, las niñas están mostrando más interés en los juguetes de construcción (tipo «Lego») o en los muñecos de Playmobil. Y con el fenómeno «do it yourself» («hazlo tú mismo») de internet, los juguetes de manualidades para hacer velas, jabones, tejer, etcétera son cada vez más aceptados por ambos sexos. «La publicidad no es igualitaria al 50% porque no es la realidad», explicó Francés. Pero el tema de la igualdad «está muy controlado a día de hoy». De hecho, en la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes afirman que la comisión de seguimiento de la publicidad infantil se han registrado sólo cuatro reclamaciones «y ninguna estaba relacionada con cuestiones de género».

Petra María Pérez, catedrática de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia, cree que, en el caso de las niñas, hay determinados juguetes que fomentan roles inadecuados en las niñas. Concretamente, algunas muñecas que provocan «una reducción de la infancia y dan pie a una adolescencia prematura», pues se apropian de «modelos adultos» que fomentan una serie de aspectos que «tienen que ver con lo “fashion”, con estar atractivas y con la seducción».

Así, hay un «hilo conductor» que lleva de las «Barbies» a las «Bratz», muñecas de «moda feroz y atrevida», de ojos rasgados y labios gruesos, que «arrasan la ciudad». «El chico Bratz es el que conduce el coche y, después, recoge a la chica en el salón de belleza», afirmó Pérez. Éstas muñecas fueron desbancadas después por las «Monster High» que, pese a sus calaveras, representan un «mismo universo simbólico», con sus pantalones pitillo, sus tacones, sus melenas sedosas... Todas ellas muñecas que se regalan a las niñas con apenas seis o siete años. «Y después, cuando tienen 13 o 14, dejan de jugar», entre otras cosas porque los chicos y las chicas «ya no cuentan con espacios terciarios, como una plaza, una esquina... Se ha expulsado a los niños de las calles. Antes estaban en ese universo mágico del juego, donde se proponen objetivos comunes, metas, lo que podía hacerse y lo que no, y donde desarrollaban muchísimo la imaginación».

Con todo, pensar en niños que jueguen con muñecas parece a día de hoy una quimera. «Los niños, realmente, no las quieren. Les gustan poco los colores pastel y rosa. Aunque sus padres se las regalen, no van a jugar con ellas», aseveró la catedrática. Y es que, el hecho de que se interesen más por los coches «no puede considerarse sexista».

Tras dos años de caídas, las ventas de juguetes parecen haberse estabilizado, según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. De hecho, el año pasado se produjo un ligero aumento con respecto a los anteriores y, para 2014, se espera repetir una cifra similar. Con todo, gracias a las exportaciones que han aumentado un 15% podría producirse un pequeño incremento. Y es que el juguete tradicional español goza de buena salud más allá de nuestras fornteras, con las muñecas y los coches como los productos más demandados.

Juguetes para jugar solos

Los niños suelen pedir una media de cinco juguetes a los reyes mayos y algunos incluso, el 32,6%, pide diez en sus respectivas y largas cartas. Una ilusión que tras abrir los regalos se desvanece en parte al jugar solos. Y es que según un estudio de la asociación Crecer Jugando, la tercera parte de losniños de entre tres y 14 años suele jugar solo. Los hermanos son un gran aliado. Así la mayoría juegan con ellos, después con sus padres y prácticamente nada con sus vecinos.

Sus Majestades, las preferidas

Sus Majestades de Oriente siguen siendo los personajes preferidos por los niños españoles para solicitar los tan esperados juguetes. Así lo desveló una encuesta realizada por la empresa Dale Tiempo al Juego tras consultar a más de 23.500 usuarios. En concreto, los reyes magos irán al 66,87% de los hogares españoles. Papá Noel fue, en cambio, al 27,48%. Otros protagonistas de la Navidad son el Olentzero y el Tió de Nadal, que fueron los personajes preferidos para el 2,8 y 2,7% de los usuarios consultados, respectivamente.