Desarrollo personal
Mario Alonso Puig, médico y experto en desarrollo personal: “La visión no es verlo todo, es saber hacia dónde ir”
Puig insiste en lo esencial: cuando aclaras el rumbo, el día deja de ser reacción y empieza a tener dirección. No se trata de exigirte más, sino de enfocarte mejor
En un tiempo de ruido y agendas saturadas, es fácil vivir con ansiedad entre correos, tareas pendientes y urgencias. Mario Alonso Puig, médico y experto en desarrollo personal, recuerda que la salida no es añadir tareas, sino elegir un norte. Una visión clara actúa como ancla: reduce la dispersión, devuelve sentido al esfuerzo y pone a trabajar la motivación -no solo la fuerza de voluntad-. No se trata de verlo todo, sino de saber hacia dónde caminar, aunque el camino aún no se vea completo.
Cómo convertir la visión en movimiento
Por visión, Puig no entiende una lista rígida de metas ni un eslogan motivacional. Habla de una imagen honesta de la persona en la que quieres convertirte y del tipo de vida que deseas sostener. Cuando conectas con esa imagen, las decisiones se simplifican -decir "sí" o "no" pesa menos-, la energía se concentra y tu día empieza a alinearse con lo que de verdad importa.
¿Cómo se aterriza? Empieza por una pausa breve para bajar revoluciones y escribe, en presente y a tres años vista, cómo vives, trabajas, te cuidas y te relacionas. Condénsalo luego en una frase que puedas recordar sin esfuerzo. El último paso es práctico: elige un gesto pequeño que puedas hacer hoy -una llamada, un bloque en la agenda, un paseo- y ejecútalo. No esperes claridad total, basta con claridad suficiente más el primer movimiento.
Para que la visión no se evapore en la rutina, conviene usarla como filtro. Antes de aceptar un compromiso, pregúntate si te acerca, aunque sea un poco. Reserva cada día un tramo breve y no negociable para algo que sostenga ese norte -aprendizaje, salud, una relación clave- y revisa la semana con honestidad: qué sumó, qué restó y qué ajustarás sin culpas.
Las señales de que vas bien no son grandilocuentes: menos ruido interno al decidir, más sensación de dirección, oportunidades que suenan coherentes. No es ausencia de esfuerzo; es esfuerzo con sentido. En el camino aparecerán tropiezos habituales: perseguir una visión prestada, esperar perfección para empezar o querer abarcar demasiadas prioridades. La salida es reescribir con tus palabras, actuar con la claridad disponible y elegir una palanca a la vez.
Si necesitas un inicio en tres líneas, sirve este guion rápido: describe quién quieres ser, por qué te importa y qué harás hoy durante quince minutos para honrarlo. Repite mañana.
Mario Alonso Puig, médico y experto en desarrollo personal: "La visión no es verlo todo, es saber hacia dónde ir; cuando la clarificas, las decisiones se simplifican, la energía se concentra y tu vida se alinea con lo que de verdad deseas".