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MSF pide a la comunidad internacional aprender las lecciones y mejor preparación ante futuros brotes

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha hecho un llamamiento a la comunidad sanitaria internacional para que aplique las lecciones aprendidas con el brote del ébola, después de que este jueves la Organización Nacional del Salud (OMS) declarará a Liberia libre de ébola, último país con casos registrados. "Hoy es un día de celebración y de alivio. Por fin se ha terminado esta epidemia", ha afirmado la presidenta Internacional de MSF, Joanne Liu, quien ha recordado que "todos debemos aprender de esta experiencia para dar una mejor respuesta en las futuras epidemias y para atender de manera adecuada a los pacientes afectados por enfermedades olvidadas".

"La respuesta al Ebola no se vio limitada por la falta de medios internacionales, sino por la falta de voluntad política para implementar rápidamente medidas que sirvieran para ayudar a las comunidades. Las necesidades de los pacientes y las comunidades afectadas deben permanecer en el corazón de cualquier respuesta por encima de los intereses políticos", ha añadido Liu. Asimismo, el director de Operaciones de MSF, director de Operaciones de MSF, ha felicitado a todas las personas que contribuyeron "incansablemente"para poner fin a esta epidemia "devastadora y sin precedentes"; y ha recordado a aquellos profesionales sanitarios que "perdieron la vida mientras luchaban en la primera línea de la batalla contra el Ebola".

"Esta devastadora epidemia golpeó Africa occidental casi 40 años después de que se identificara por vez primera el virus del Ebola, en 1976; sin embargo, la falta de investigación y desarrollo para luchar contra esta enfermedad se traduce en que todavía a día de hoy, después de haber hecho diferentes pruebas médicas y de que se haya declarado el final de la epidemia, no exista aún un tratamiento eficaz para acabar con ella. Además, aún es necesario obtener la licencia para producir la nueva vacuna que se ha desarrollado", añade de le Vingne.

"Durante mucho tiempo se pensó en el Ebola como un problema de países africanos y hasta finales de 2014, con un retraso de meses, no se activaron los recursos para responder a la epidemia", explica Luis Encinas,

Por su parte, el experto en Ebola de MSF, Luis Encinas, ha recordado que Estados Unidos, Reino Unido y Alemania asumieron más del 60 por ciento de los recursos destinados a la lucha contra el brote. "Es llamativo que España quedara en el puesto número 23 de la lista de donantes, destinando menos fondos a la lucha contra la epidemia en terreno que a la respuesta en nuestro propio país (con solo tres casos)", recalca Luis Encinas.

La organización recuerda que intervino en los países más afectados (Guinea, Liberia y Sierra Leona) desde el principio de la epidemia. Desde el inicio del brote, la organización ha invertido más de 96 millones de euros a la lucha contra la epidemia. La organización médico-humanitaria instaló centros de tratamiento de Ebola, prestó servicios de apoyo psicológico y llevó a cabo actividades de promoción de la salud, vigilancia y seguimiento de contactos. En el pico del brote, MSF empleó simultáneamente a casi 4.000 trabajadores humanitarios nacionales y más de 325 internacionales para combatir la epidemia en los tres países. Ingresó en sus centros a un total de 10.376 pacientes, de los cuales 5.226 dieron positivo en las pruebas de Ebola. De todos ellos, 2.478 lograron salir adelante.

Con una enfermedad tan impredecible, afirman que "es crucial que se mantenga la vigilancia en toda la región y que se disponga siempre de los recursos necesarios para responder rápidamente a nuevos casos". En el futuro, MSF trabajará con los supervivientes de Ebola que "son particularmente vulnerables y se enfrentan a continuos desafíos de salud, como por ejemplo dolor en las articulaciones, fatiga crónica y problemas auditivos y de visión". Por este motivo, ha abierto clínicas para supervivientes de la enfermedad en Liberia, Sierra Leona y Guinea, en las que facilita un paquete de servicios de atención integral, que incluye atención médica y psicológica, así como herramientas para aprender a protegerse del estigma.

"A lo largo de la epidemia, fui testigo de cómo muchas comunidades quedaron hechas jirones; completamente destrozadas", recuerda Hilde de Clerck, epidemióloga de MSF que trabajó en los tres países más afectados.

"Inicialmente, la respuesta de la comunidad sanitaria mundial estuvo paralizada por el miedo. Nos dejaron a nuestra suerte y sentíamos que íbamos corriendo constantemente detrás del Ebola; intentando infructuosamente alcanzar su ritmo. Sin embargo, resultó muy enriquecedor asistir a la dedicación extrema de todos los trabajadores nacionales con los que tuvimos el honor de colaborar y, afortunadamente, contar con la participación de los demás actores internacionales, que finalmente se involucraron en la respuesta", añade la experta. Si hubiera otra epidemia, continúa, "el mundo debería estar dispuesto a intervenir mucho más rápido y de manera más eficiente de lo que lo ha hecho en esta ocasión". "El brote del Ebola es un caso extremo y evidente de todo lo que puede salir mal cuando nos enfrentamos a una enfermedad cuyo tratamiento desconocemos. Es crucial que se revisen las capacidades para responder de modo adecuado a futuras alertas", concluye Luis Encinas.