El Papa Francisco, de 88 años, está internado desde este viernes por la mañana en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma por una bronquitis que arrastraba desde hace varias semanas y de la que no acaba de recuperarse. El Pontífice se ha visto obligado a frenar en seco su actividad después de intentar adaptar, que no reducir, su intensa actividad institucional. Esta inflamación en los bronquios por el agravamiento de un catarro de pecho ya le ha trastocado inviernos anteriores por la fragilidad de su sistema respiratorio, puesto que a los 21 años se le extirpó el lóbulo superior del pulmón derecho.

Tal y como anunciaba el comunicado oficial publicado en torno a las once de la mañana, acudió al centro para «realizar algunos exámenes diagnósticos necesarios y continuar el tratamiento en ambiente hospitalario de la bronquitis todavía en curso». Por la tarde, en un nuevo comunicado, la Santa Sede ha detallado que los análisis confirmaban «una infección en las vías respiratorias» y que el Pontífice presenta «una alteración febril leve». En cualquier caso, se ha aclarado que sus condiciones clínicas son «discretas», lo que hace rebajar las alarmas. Así pues, ya estaría recibiendo «la terapia farmacológica hospitalaria» correspondiente. Tras este primer parte, el portavoz vaticano, Matteo Bruni, ha afirmado que «el Papa está sereno, de buen humor y ha leído algún periódico».

A priori, se trataría de un ingreso programado, en tanto que por la mañana el Obispo de Roma cumplió con las cinco audiencias que tenía previstas. En estas reuniones de trabajo se incluía, por ejemplo, un encuentro con un grupo de la Fundación «Gaudium et spes» de Puerto Rico, así como una recepción con el primer ministro eslovaco, Robert Fico, con quien conversó durante media hora. El Vaticano distribuyó imágenes de ambos.

Estas citas tuvieron lugar en la casa Santa Marta, la residencia de Jorge Mario Bergoglio, donde precisamente se trasladó su agenda pública para evitar exponerle a cambios de temperatura perjudiciales para su infección respiratoria. Es allí donde hace justo una semana recibió a una delegación sevillana, liderada por el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, y el presidente andaluz Juanma Moreno, que dieron fe de su lucidez y simpatía, a pesar de su salud renqueante.

Solo unos días después, el pasado domingo, tuvo que presidir la misa del jubileo de las fuerzas armadas en la plaza de San Pedro. Esta celebración al aire libre en pleno invierno que duró cerca de una hora pudo influir a la hora de frenar su recuperación. De hecho, tuvo que interrumpir la lectura de la homilía para que la pronunciara uno de sus colaboradores, algo que repetiría este miércoles en la audiencia general. El Papa saludó y bendijo a los peregrinos, además de clamar de nuevo por la paz en una breve alocución, pero entregó su catequesis para que la leyera un sacerdote. «Por mi bronquitis todavía no puedo leer, la próxima vez podré», comentó. Y dejó caer un «me cuesta respirar».

De momento, el ingreso en el Gemelli le impedirá presidir los actos vinculados al jubileo de los artistas y del mundo de la cultura previstos para estos días, y en el que participaban actrices como Monica Belucci, cineastas como Tim Burton o escritores como los españoles Pablo d’Ors y Jesús Sánchez Adalid. En su lugar, será el prefecto para la Educación y la Cultura, el cardenal portugués José Tolentino de Mendoça, quien esté al frente tanto de la audiencia de este sábado como de la misa del domingo. De la misma manera, se anula la visita que este lunes estaba prevista a los históricos estudios cinematográficos romanos de Cinecittà.

De hecho, de las cuatro veces que ha sido hospitalizado en el Gemelli, la última ha estado vinculada a problemas respiratorios. Fue en marzo de 2023 cuando estuvo tres días ingresado por una gripe. En noviembre de ese mismo año tuvo que cancelar el viaje previsto a la cumbre del clima de Dubai por una inflamación pulmonar. A finales de febrero de 2024 acudió además a la sede del hospital en la Isla Tiberina de Roma para realizarse una tomografía computerizada de control de los pulmones.