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Una pincelada verde en la «Capilla Sixtina» del futuro

El Papa participó en Cascais pintando un mural intergeneracional de tres kilómetros

El Papa da una pincelada verde en el mural de Scholas en Cascais: "Es una capilla sixtina pintada por ustedes"
El Papa da una pincelada verde en el mural de Scholas en Cascais: "Es una capilla sixtina pintada por ustedes"Europa Press

En la mañana de hoy, Jorge Mario Bergoglio se escapó de Lisboa a Cascais. Allí le esperaba un mural de tres kilómetros y medio de longitud que ha sido ilustrado por colaboradores de Scholas Occurrentes, la fundación de carácter educativo que puso en marcha el Sucesor de Pedro. Mano a mano, han participado en su elaboración 2.000 personas de distintas edades, nacionalidades, credos, migrantes, sintecho… El propio Papa dio su propia pincelada al proyecto denominado «La vida entre mundos». Utilizó para ello el color verde y dejó caer el pincel sobre la pared hasta formar una circunferencia.

«Es una capilla sixtina pintada por ustedes», expuso con naturalidad el pontífice, que hizo un llamamiento a una alianza entre todos los jóvenes del planeta «sea del país que sea, de la religión que sea».

«Caminar juntos es constructivo, como estos kilómetros de mural», subrayó. Además de hablar, Francisco también tuvo la oportunidad de escuchar los testimonios de algunos de los chavales allí presentes. Con la gracieja que le caracteriza, ante la crisis vital que decía atravesar uno de ellos, el Papa planteó que «una vida sin crisis es una vida aséptica».

«¿A vos te gusta tomar agua? Si yo te doy agua destilada, vas a decir que es un asco. El agua destilada es un agua sin crisis. Una vida sin crisis es como el agua destilada. No tiene sabor a nada. No sirve para nada sino para guardarla en el ropero y cerrar la puerta. Las crisis hay que asumirlas y resolverlas porque quedarse en la crisis tampoco es bueno, porque es un suicidio continuo», resolvió. Con rotundidad, Francisco insistió a los presentes que se comprometieran con los más vulnerables: «A veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón». Como si se tratara de un párroco ante su grupo de catequesis, el pontífice latinoamericano les lanzó unas preguntas para el discernimiento, ante la mirada atenta de los chavales: «¿Cuántas veces se prefiere la pureza ritual a la cercanía humana? ¿Qué cosas a mí me hacen sentir compasión? ¿O vos tenés un corazón tan seco que ya no tiene compasión?».