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Salud

“No podía besar a mi esposa”: un hombre recupera su vida tras superar uno de los "peores casos" vistos de crecimiento nasal

Su caso, uno de los más graves de rinofima tratados en una clínica británica, se ha convertido en una advertencia para quienes retrasan buscar ayuda médica

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Durante años, Gerard McAliece, un hombre de 68 años de Kilmacolm, Escocia, sufrió un crecimiento progresivo en la nariz que acabó impidiéndole besar a su esposa y le generó una profunda inseguridad. Los médicos restaron importancia a su caso al considerar que podía respirar con normalidad, pero lo que parecía un problema menor terminó convirtiéndose en uno de los cuadros de rinofima más graves tratados por la clínica Ever Clinic de Glasgow.

De acuerdo con lo publicado por The Mirror, McAliece comenzó a notar los cambios hace seis años, cuando su nariz empezó a aumentar de tamaño y deformarse. Con el paso del tiempo, el tejido crecía tanto que se extendía sobre su boca y alteraba su rostro. “Traté de ignorarlo todo lo posible, pero seguía creciendo”, relató el jubilado, que durante tres décadas trabajó en IBM. La situación afectó a su autoestima y le hizo temer que sus nietos fueran objeto de burlas por su aspecto. “Los niños son sinceros, y me preocupaba lo que pudieran decir de mí en las fiestas”, recordó.

El empeoramiento de su estado llevó a su esposa, Carol, a tomar la iniciativa. Cansada de verlo evitar el contacto físico y social, decidió buscar ayuda médica fuera del sistema público y contactó con Ever Clinic, donde el especialista Cormac Convery confirmó que se trataba de un caso extremo de rinofima, una enfermedad originada por la proliferación de glándulas sebáceas y tejido conectivo que provoca hinchazón y deformidad nasal.

Una operación compleja y un cambio de vida

La intervención, que duró más de cuatro horas, permitió eliminar el exceso de tejido y devolver proporción al rostro de Gerard. “Dijeron que era el trabajo más grande que habían hecho y que iba a ser un reto, pero lo lograron en una sola sesión”, explicó. Pese al dolor y la prolongada cirugía, el resultado fue “fantástico”, según cuenta. “Ha cambiado mi vida por completo. Carol dice que he vuelto a ser el hombre que solía ser”.

El paciente describe que ahora vuelve a salir, conversar con la gente y disfrutar de actividades sencillas como leer o trabajar en el jardín. También ha recuperado la confianza y la vida social que había perdido. Su consejo a quienes padecen esta enfermedad es claro: “No esperen. Simplemente háganlo”.

El director de Ever Clinic, Jonathan Toye, confirmó que el caso de Gerard fue “el más avanzado” que habían tratado. “Tuvo dificultades para acceder al tratamiento adecuado en el sistema público, algo demasiado común”, señaló. La clínica ha pedido una mayor cooperación con el servicio de salud británico para atender a tiempo los casos de rinofima, una condición que, aunque benigna, puede tener un fuerte impacto psicológico y social si no se trata a tiempo.