Lujo

¿Por qué el vino es concebido como un producto de lujo? La respuesta de Carmen Romero fundadora de RobizaWine

De símbolo gastronómico a experiencia sensorial y estética: el vino vive un momento dorado en el sector del lujo. Hablamos con Carmen Romero, CEO de RobizaWine, para entender qué hay detrás de esta transformación

¿Por qué el vino es concebido como un producto de lujo? La respuesta de Carmen Romero fundadora de RobizaWine
¿Por qué el vino es concebido como un producto de lujo? La respuesta de Carmen Romero fundadora de RobizaWineCortesía

El concepto de lujo ya no es el mismo de hace una década. Si antes se asociaba con ostentación, exclusividad y objetos inalcanzables, hoy los consumidores buscan autenticidad, sostenibilidad y vivencias únicas. Marcas de moda, hoteles boutique y ahora también bodegas están abrazando un lujo más emocional, consciente y sensorial.

Según la Asociación Española del Lujo, el 78% de los consumidores de productos premium prioriza hoy la experiencia y los valores de marca por encima del precio o el estatus social. Y el vino, con su capacidad para unir territorio, cultura y emociones, se ha convertido en el vehículo perfecto para este nuevo lujo.

El vino, protagonista del nuevo estilo de vida premium

En España y Europa, el auge de catas al atardecer, experiencias de maridaje inmersivo, escapadas enoturísticas y proyectos que fusionan bienestar y gastronomía demuestra que el vino ha dejado de ser un simple acompañante de mesa. Ahora forma parte de un estilo de vida donde la estética, la sostenibilidad y la conexión emocional tienen un peso central.

Bodegas boutique, chefs reconocidos y hoteles de alta gama están creando propuestas que van desde retiros de yoga con catas privadas hasta eventos en viñedos bajo las estrellas. La tendencia es clara: el cliente busca algo más que un buen vino; quiere un relato, un entorno y una vivencia que lo haga único.

La visión de Carmen Romero, fundadora de RobizaWine

La visión de Carmen Romero, fundadora de RobizaWine
La visión de Carmen Romero, fundadora de RobizaWineCortesía

Para entender mejor esta transformación, hablamos con Carmen Romero, CEO de RobizaWine, una marca nacida en Ibiza que fusiona vino, diseño, sostenibilidad y experiencias sensoriales. Con una trayectoria en marcas como Bulgariy proyectos internacionales de lujo, Carmen aporta una mirada privilegiada sobre cómo el vino está conquistando el mundo premium.

Vienes de trabajar con marcas de lujo como Bulgari y ahora lideras RobizaWine. ¿Cómo fue ese salto del lujo tradicional al universo del vino?

Desde siempre me ha fascinado el lujo entendido como hospitalidad, diseño y conexión con la naturaleza. Tras trabajar en hoteles boutique y en marcas como Bulgari, entendí que el verdadero lujo no es solo material: es la privacidad, la gastronomía cuidada, el servicio impecable y la capacidad de emocionar. Con RobizaWine quise llevar esos valores al mundo del vino: crear una trilogía boutique -Sun, Sea y Moon- que no fuera solo para beber, sino para vivir como experiencia sensorial y estética, siempre con producción sostenible y diseño cuidado.

¿En qué momento viste que el vino podía convertirse en un lenguaje del lujo experiencial?

Fue en Ibiza. Allí descubrí una forma de lujo más espiritual, auténtica y conectada con la naturaleza. Quise que cada botella contara una historia: del paisaje, del mar, de la luz del Mediterráneo. El vino, cuando se presenta con un concepto sólido y con respeto por la tierra, deja de ser un simple producto gastronómico: se convierte en una forma de expresión y en un estilo de vida.

Has vivido en Dubái, Londres e Ibiza. ¿Cómo cambia la forma de entender el lujo en estos lugares?

Son tres mundos distintos. En Dubái, el lujo es más ostentoso, visual y ligado al estatus. En Londres, es ecléctico y cultural, menos centrado en impresionar y más en la diversidad de experiencias. En Ibiza, el lujo es consciente, sensorial y slow living: no busca impactar, sino hacerte sentir bien y en conexión con la naturaleza.

¿Qué busca hoy el consumidor de lujo cuando hablamos de vino?

Busca autenticidad, estética y sostenibilidad. Ya no basta con tener un vino caro; quiere saber cómo se produce, qué historia hay detrás, si respeta la tierra y si forma parte de un momento especial. Por eso hablamos de “affordable luxury” (lujo asequible) experiencias premium, pero con valores reales y alma.

En los últimos años hemos visto crecer las experiencias enogastronómicas. ¿Es esta la nueva cara del lujo en la gastronomía?

Sin duda. Hoy triunfan las experiencias todo en uno: yoga con catas, escapadas a viñedos con música en directo, maridajes inmersivos... La gente quiere conectar con el vino de manera sensorial y emocional, no solo probarlo. En Robiza hacemos experiencias como Yoga & Wine que combinan bienestar, diseño y naturaleza, y la respuesta ha sido increíble.

Mirando al futuro, ¿qué tendencias marcarán la relación entre vino y lujo en España y Europa?

Veremos más lujo consciente -productos sostenibles y con propósito-, más micro-experiencias exclusivas en hoteles boutique y destinos naturales, y un mayor peso del diseño y el storytelling. El cliente ya no busca solo beber vino: quiere vivirlo como parte de su estilo de vida.