Semana Mundial de la Inmunización
La revolución de las vacunas
Las tasas de vacunación infantil sufren un retroceso global que ha provocado brotes de enfermedades como el sarampión
A lo largo de los años, gracias a la valentía, ingenio y perseverancia de muchos científicos e instituciones, las vacunas se han convertido en una parte integral de la medicina moderna. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), gracias a las vacunas se salvan entre 3,5 y 5 millones de vidas cada año. «La vacunación es, tras el agua potable, el arma más eficaz para reducir la incidencia de enfermedades prevenibles y, por tanto, contribuye de manera decisiva en el bienestar de la humanidad», asegura Eduardo Díaz Rubio, presidente de la Real Academia de Medicina de España.
Uno de los sueros más revolucionario de los últimos dos siglos ha sido la vacuna contra la covid-19. Su mecanismo de acción, llamado ARN mensajero, consiste en una tecnología potente y revolucionaria que llevaba años en estudio y que, a principios del año 2020, muchos científicos consideraban ciencia ficción debido a que su desarrollo hubiera costado décadas sacarlo adelante.
Otro preparado inmunológico reciente que también ha supuesto un innovador avance es la vacuna del virus del papiloma humano, el microorganismo responsable del cáncer de cuello uterino. Y relevantes también han sido las vacunas desarrolladas a partir del enfoque conocido como vacunología inversa. «Los intentos de vacunación inversa comenzaron con Meningococo B y consiste en la extracción de los antígenos mirando la secuencia génica del microorganismo», comenta Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV).
Retos por resolver
Pese a todos los avances conseguidos, más de dos siglos después de que el joven médico inglés Edward Jenner se inyectara en su propio brazo el virus similar a la viruela y demostrase desarrollar inmunidad efectiva contra él, seguimos anclados en desafíos que nos alejan de poder hablar del éxito de las vacunas a nivel global.
En el marco de la Semana Mundial de la Inmunización, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef han hecho un llamamiento por el retroceso global que vivimos en las tasas de vacunación infantil. Según los datos disponibles, estas tasas han experimentado el mayor descenso sostenido en el tiempo de los últimos treinta años. El informe publicado por Unicef muestra que 67 millones de niños en todo el mundo se han saltado una o más vacunas durante estos tres años debido a la interrupción del servicio por la sobrecarga de los sistemas de salud, por el desvío de recursos, entre otros motivos.
Esta infravacunación ha hecho que resurjan amenazas como el sarampión o la poliomielitis. De hecho, se han registrado en el mundo brotes de estas enfermedades. El virus del sarampión es seis veces más contagioso que la gripe y, hace dos décadas, era una de las principales causas de muerte entre los niños, con una de cada cinco personas contagiadas en riesgo de desarrollar complicaciones graves.
Según la OMS y los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), el sarampión supone una «amenaza inminente». Según el informe emitido entre ambas instituciones, en 2021 cerca de 40 millones de niños en el mundo no recibieron su dosis de la vacuna contra el sarampión, una cifra sin precedentes, y casi 61 millones de dosis de vacunas contra el sarampión se pospusieron o no se administraron debido a los retrasos que la covid-19 causó en las campañas de inmunización de 18 países. Durante ese año, se produjeron alrededor de nueve millones de casos de sarampión que provocaron 128.000 muertes en todo el mundo.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) también ha aportado datos: desde que comenzó la pandemia en 2020, cerca de 1,2 millones de niños europeos se han saltado alguna dosis contra el sarampión o la rubéola. La disminución de la cobertura vacunal frente al sarampión también se ha apreciado en España. Según datos del Ministerio de Sanidad, el objetivo de vacunación de la triple vírica para mantener el estado de eliminación del sarampión y rubeola es alcanzar y mantener coberturas de vacunación ≥95% con la primera y segunda dosis de vacuna. Sin embargo, en 2021 el objetivo se cumplió con la primera dosis, mientras que, con la segunda, la cobertura nacional alcanzada quedó bastante alejada del objetivo. Seis Comunidades Autónomas mostraron coberturas de vacunación por debajo del 90% con la primera y/o la segunda dosis de este preparado.
En España, además de resolver este descenso en las tasas de vacunación, uno de los desafíos que pone sobre la mesa el presidente de la AEV es conseguir que los grupos de investigación básica consigan que sus investigaciones en vacunas lleguen al desarrollo clínico. «Hemos tenido varias de las vacunas que no han llegado a hacer un desarrollo clínico, por lo que, uno de los desafíos que hay en España es que la investigación básica se consiga traducir en desarrollo clínico y, por lo tanto, en ensayos clínicos en humanos, para que esas vacunas lleguen a estar en los brazos de la gente, que al final es lo importante», indica el experto.
Pero no solo fallamos en la producción de vacunas, sino también en su evaluación. «España tiene grupos muy consolidados en el análisis de la actividad, de la efectividad de las vacunas; sin embargo, falta sistematizar esos estudios de efectividad de forma que fuera más rutinario, como ocurre en otros países», señala.
Según el presidente de la Asociación Española de Vacunología, España es uno de los países del mundo que más ensayos clínicos en vacunas se realizan. A esta aportación científica, se añade otro mérito: España es el país donde más población y más profesionales sanitarios participan en ensayos clínicos en humanos.
Futuras vacunas
La tecnología y la ciencia médica avanzada han permitido mejorar la efectividad y la seguridad de las vacunas que ya conocíamos. Gracias a ello, actualmente, la vacunación protege a las personas a lo largo de su vida frente a más de 20 enfermedades graves. Pero también se está poniendo en foco en desarrollar fórmulas combinadas que faciliten la administración de las mismas a través de un único pinchazo. Los avances, también han ido dirigidos a la creación de nuevas vacunas. Actualmente, solo en Europa se encuentran en investigación más de 100 vacunas.
La vacuna frente al virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las que cuenta con más expectación de la comunidad científica. Otro prometedor desarrollo es el de la vacuna frente a la gripe con tecnología de ARN mensajero. El doctor Jaime Pérez también es optimista con la competencia de las vacunas frente a la infección congénita por citomegalovirus y frente a enfermedades emergentes como el Zika. «Las vacunas contra las enfermedades emergentes son importantísimas para el conjunto de la Humanidad. Son enfermedades que, a nosotros, de momento, nos pueden preocupar menos. Pero nunca se sabe cómo puede evolucionar la epidemiología de las enfermedades que se transmiten por mosquitos», comenta.
Además, los vacunólogos siguen de cerca de los hallazgos que se van produciendo en la etiología de algunas enfermedades. «Patologías que, hasta ahora, se creía que no eran infecciosas, como el cáncer de cuello de útero, han demostrado tener una etiología vírica y, por lo tanto, han pasado a ser prevenibles por vacunación. Todo parece indicar que con la esclerosis múltiple podría ocurrir lo mismo. Y las vacunas van a estar ahí para aportar nueva prevención para todas esas enfermedades», informa.
«Cada vez hay más vacunas que nos van a evitar más enfermedades infecciosas. Ante la pregunta de cuántas vacunas va a haber, pues lo ideal sería que hubiera tantas como enfermedades infecciosas que causan enfermedades graves existen para que se puedan evitar», concluye Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología.
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