Santiago de Compostela

Se va un ángel, llega otro

La Razón
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Hay historias que dejan sin palabras. Casualidades que resultan indescriptibles en momentos tan duros como los que ahora viven los heridos y los familiares de las víctimas del accidente de Santiago de Compostela. Tragedias que se mezclan con pequeños rayos de luz que dejan entrever que entre la oscuridad, hay un hilo de vida que indica que el camino continúa. Y esta es una de esas historias en la que se cruzan por deseos del azar y que ponen sobre la mesa las dos caras de la moneda.

Daniela, de dos años, regresaba a con su sus padres y su hermano a A Lomba, en Barallobre (La Coruña) y fue una de las últimas víctimas identificadas. Lidia y Rafa, sus progenitores, volvían de Cartagena junto a ella y su hermano Iago con la intención de disfrutar de las fiestas de su patrón, pero sus planes se truncaron tras el trágico accidente del Alvia. No sólo Daniela falleció. También su madre, Lidia. La noticia, tal y como relata «La Voz de Galicia» conmocionó a su pueblo, que también sobrellevaba la muerte de otra de sus vecinas. Según relata un periodista del diario gallego, el padrino de la pequeña Daniela salió a la puerta de su vivienda para recibir los pésames de amigos y compañeros. «El hombre no se mantenía en pie, lloraba desconsolado mientras explicaba lo sucedido y repetía lo cariñosa que era la niña», asegura. Rafa, el padre de familia, un andaluz residente en La Coruña que trabajaba como militar del Parque de Autos de la Armada en Ferrol, «ha sufrido un shock emocional muy fuerte tras la tragedia. No lo pudo soportar», explicaban en el periódico mencionado. Ahora, han desconectado sus teléfonos y viven su duelo acompañados de los suyos.

Tendida en las vías del tren

Ayer, junto a Daniela fueron identificados los tres últimos cadáveres a los que no se pudo reconocer a través de las huellas digitales debido al estado en el que se encontraban los cuerpos. Por este motivo, los forenses tuvieron que recurrir a la identificación a través de pruebas de ADN, por lo que el proceso se alargó más que el del resto de los fallecidos. Según explicó el comisario jefe de la Unidad Central de Policía Científica, Antonio del Amo, confirmó que todavía quedan 37 restos orgánicos que deben ser analizados, aunque aseguró que lo más probable es que pertenezcan a alguno de los fallecidos o, incluso, a los heridos. Por otra parte, mientras se confirmaba el fallecimiento de Daniela, la pasajera más joven del tren accidentado, una noticia esperanzadora contrastaba con el drama de la familia de A Lomba. Una mujer que viajaba con su hijo y que permanece ingresada en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago supo que estaba embarazada cuando se le efectuaron las pruebas médicas, según informó Efe, a quien pidió que mantuvieran su anonimato. A pesar de que prefirió no ser fotografiada, sí que explicó cómo vivió los momentos posteriores al impacto. Según relató, de repente se encontró tirada en medio del pasillo del Alvia y luego permaneció un largo tiempo en las vías del tren hasta que fue trasladada al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, donde permanece ingresada. Se encuentra fuera de peligro y el bebé también. Nunca olvidará el momento en el que le comunicaron que estaba embarazada. Ahora, sobrelleva la buena noticia con un sabor agridulce.